Periodistas rusos asesinados en África investigaban grupo paramilitar
Los tres periodistas rusos asesinados en República Centroafricana investigaban la presencia del grupo paramilitar ruso Wagner en un país en el que Moscú desplegó estructuras militares, indicó el miércoles el organismo con el que colaboraban.
Los reporteros, cuyos cuerpos fueron encontrados el martes en Sibut, en el centro del país, fueron asesinados por “secuestradores con turbantes”, según informó el gobierno centroafricano.
Nueve “secuestradores con turbantes” que no hablaban francés ni sango, los dos idiomas oficiales en este país, mataron a balazos a los tres periodistas después de haber robado su vehículo, indicó el portavoz del gobierno, Ange Maxime Kazagui, en una declaración el martes en la noche en la televisión nacional.
La Justicia centroafricana, las autoridades federales rusas y la misión de la ONU en este país (Minusca), lanzaron una investigación sobre las circunstancias en que murieron el corresponsal de guerra Orkhan Dzhemal, el documentalista Alexander Rastorguyev y el camarógrafo Kirill Radchenko.
Un periodista habría muerto en el acto y los otros dos sucumbieron a sus heridas, según informó Kazagui, quien dijo que uno de los periodistas se habría opuesto violentamente a los hombres armados que querían robarles su equipo.
Estos detalles fueron suministrados por el conductor del vehículo, que resultó herido, según el ministro.
El ataque se produjo a unos kilómetros al norte de Sibut, ciudad situada entre Bangui y Kaga Bandoro, declaró un miembro de la Minusca que pidió el anonimato.
Esta misma fuente agregó que los tres periodistas provenían de Bangui cuando llegaron el lunes a Sibut y luego partieron en la tarde hacia Dékoa, al norte de Sibut, aún cuando se les aconsejó que no tomaran esa ruta a esas horas.
Los tres hombres colaboraban con el Centro de Gestión de Investigaciones, un proyecto lanzado por el magnate y opositor en el exilio Mijail Jodorkovski.
"El asesinato de los periodistas por parte de bloqueadores de rutas pertenecientes a un grupo armado" es "una hipótesis muy verosímil", estimó Kazagui, al ser consultado por la AFP.
Los periodistas “tomaron riesgos que no fueron muy bien calculados y, en mi opinión, desproporcionados”, agregó.
“Tenían visas de turismo. No vinieron a registrarse en mis oficinas, ni en la Embajada de Rusia ni con ninguna autoridad”, precisó Kazagui.
La República Centroafricana sufre de actos violentos cometidos por grupos armados que se enfrentan en las provincias por el control de los recursos, especialmente los diamantes, el oro y el ganado en este país de 4,5 millones de habitantes que figura entre los más pobres del mundo.
Tras grupo paramilitar
Los tres reporteros “volaron el 27 de julio a República Centroafricana para filmar imágenes sobre las actividades de la empresa militar privada Wagner en ese país”, explicó ese organismo en su página de Facebook.
El grupo Wagner fue creado por un exoficial del GRU (servicios de inteligencia militar rusos), Dmitri Utkin.
Las empresas militares privadas, que carecen de existencia legal, están prohibidas en Rusia. Wagner ha estado implicada desde junio de 2014 en los combates del este de Ucrania con los separatistas prorrusos, según medios y servicios ucranianos.
En Siria, ha actuado en paralelo al Ejército ruso, que desde setiembre del 2015 interviene en apoyo del régimen de Bashar al-Asad.
El grupo estaría financiado por Evgueni Prigojin, un empresario próximo a Vladimir Putin quien hizo fortuna en la restauración, antes de cerrar numerosos contratos con el Ejército o con la Administración rusa.
En este país "Rusia no tiene un interés geopolítico" y "Wagner busca probablemente ganar dinero", estimó el experto militar Pavel Felguenhauer.
Desde finales del 2017, Rusia tiene una presencia cada vez mayor en la República Centroafricana.
Después de obtener una exención para vender armas al Gobierno centroafricano, Rusia envió 175 instructores rusos para entrenar a los militares de ese país en el manejo de las armas entregadas.
“Estos entrenadores no son soldados convencionales, sino mercenarios”, afirmó una fuente militar centroafricana.
Estos instructores estarían empleados por una empresa privada, Sewa Security Services, creada en Bangui el 7 de noviembre del 2017, según varias fuentes coincidentes.
Sewa Security Services, dirigida por un suboficial del Ministerio de Defensa ruso, también se usaría para garantizar la seguridad de Lobaye Invest, una compañía minera creada el 25 de octubre dle 2017 en Bangui y que ya ha ganado concesiones mineras, precisó una fuente diplomática.
Lobaye Invest pertenece a Evgueni Khodotov, que también dirige M-Finance, una empresa dedicada principalmente "a la extracción de piedras preciosas".
Según varios investigadores de las actividades militares y mercenarias rusas en el extranjero, el perfil de M-Finance se parece al de Evro-Polis, una firma que agrupa actividades petroleras y de mercenarios en Siria.