Drama de las familias nicaragüenses por repatriar a 10 migrantes fallecidos
Son más de una decena entre niños y adultos que abandonaron Nicaragua para mejorar sus vidas y en el mes de marzo encontraron la muerte en el extranjero. Sus familiares han recurrido a préstamos y han solicitado ayuda humanitaria de manera pública para cubrir los costos de repatriación que anda entre los 7,000 y 13,0000 dólares.
Entre los casos más recientes se encuentran la esteliana Neyling Rizo quien falleció ahogada el pasado 5 y sus restos fueron repatriados este 1 de abril. La joven intentaba llegar a Estados Unidos viajando de forma irregular y pereció al cruzar el río Bravo en México.
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En otro barrio de Estelí, el mismo día que se realizaba la vela de Neyling Rizo, familiares y amistades de Francisco Javier Quintero Jarquín quien falleció el 20 de marzo por complicaciones de salud le daban el último adiós luego de costear su repatriación desde Montevideo, Uruguay. Pese a que el esteliano de 49 años de edad, tenía 20 años de residir en ese país sus familiares quisieron que sus restos descansaran en la tierra que lo vio nacer, aunque para repatriarlo se hayan endeudado.
“Queremos tener un lugar donde irlo a llorar”, dijo una pariente de Quintero Jarquín.
En la misma tragedia que pereció Neyling Rizo quien fue encontrada el 9 de marzo a la orilla del río Bravo de lado mexicano, murió el esteliano Edgard Josué Centeno Palacios de 27 años de edad, cuyo cuerpo fue encontrado flotando en el río Bravo de lado estadounidense y trasladado a una morgue de Texas, pero fue hasta el 15 de febrero que su familia confirmaría su muerte. La familia ya empezó los trámites para su repatriación.
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De igual manera, la familia de la capitalina Gabriela Tatiana Espinoza Pérez lucha por retornarla al país, ella falleció en el río Bravo el pasado 21 de marzo cuando perseguía el sueño americano, aunque a diferencia de los casos anteriores los familiares de Espinoza conocieron su deceso de forma inmediata, no han logrado reunir los fondos para su repatriación.
“Qué bueno por la familia de Neyling, que descanse en paz. A nosotros todavía nos falta reunir la plata para traer a Gabriela Espinoza a su patria, pero no perdemos la esperanza”, escribió una prima de la joven fallecida.
La tragedia de perder a un ser querido en el extranjero une a las familias sin importar las circunstancias de su muerte. Jorge Luis Pérez padre del niño chinandegano Steven Missael Pérez de diez años realiza esfuerzos en España para retornar al país con el pequeño quien falleció el pasado 30 de marzo en un hospital de Sevilla cuando intentaban realizar un trasplante de médula ósea al menor quien desde hace dos años padecía leucemia mieloide aguda.
El mismo día, pero en Wisconsin, Estados Unidos falleció el segoviano Everth Eliat Osegueda Benavídez de un paro cardíaco. El joven tenía 27 años y había emigrado hace un año desde su natal Jícaro, Nueva Segovia. La familia se encuentra realizando los trámites para repatriar sus restos.
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Una familia caraceña también se ha sumado a solicitar apoyo comunitario para la repatriación de la joven María de los Ángeles Mercado Fierro quien falleció el pasado 28 de marzo tras sufrir un accidente en el apartamento que se realizaba mantenimiento. El incidente ocurrió en Bilbao, España a tan solo 14 días de haber dejado su natal Diriamba.
El pasado 17 de marzo, los restos de Clorinda Alarcón Urbina de 20 años fueron repatriados a Nicaragua para ser sepultados en Waslala, municipio del Caribe Norte. La joven quien estaba embarazada y fue reportada como fallecida por las autoridades mexicanas el 6 de marzo en Monclova, una ciudad fronteriza del estado de Coahuila.
Alarcón tenía como destino Estados Unidos y viajaba con su esposo y su esposo junto a un grupo de 64 migrantes en un tráiler que fue abandonado sin agua ni ventilación. La joven y la criatura que cargaba en su vientre murieron un día después de ser rescatados.
No fueron repatriadas
La niña Angélica Mariel Silva Mendoza de cuatro años falleció ahogada el pasado 4 de marzo en el río Bravo, cinco días después el cuerpo de la menor fue localizado flotando en el perímetro de Piedras Negras, una ciudad fronteriza al norte de México. Medios locales informaron que la madre de la pequeña cruzó sola a suelo estadounidense y se presume reclamó los restos de Mariel que para esa nación.
En la misma localidad mexicana, la chinandegana Felícita Soza de 49 años murió ahogada tras su intento de cruzar río Bravo el 16 de marzo. Por su parte, su hijo Félix Montes confirmó a este medio de comunicación que los restos de su madre serían incinerados ya que las autoridades aztecas les informaron que no había posibilidad de ser repatriada
“aunque paguemos lo que paguemos”, solo les estaba permitido sepultar a Soza en México o incinerarla y entregarle sus cenizas, la familia accedió a lo último.