Oportunismo, estrés y discusiones en filas extensas en Migración y Extranjería en Managua
Son las 9:30 de la mañana, el sol golpea con fuerza sobre la capital. Afuera de Migración y Extranjería en Managua, hay una extensa fila de ciudadanos que esperan con sed bajo el inclemente sol para poder tramitar su pasaportepasaporte y “salir del país” en busca de nuevas oportunidades.
Entre las personas que se encuentran afuera de Migración y ExtranjeríaMigración y Extranjería está Carlos José Rojas, un joven que porta en sus manos un folder con sus documentos personales.
Él es padre de dos niños menores de cinco años. Está recostado sobre la acera frente a las oficinas centrales de Migración y Extranjería en Managua, a espera de poder ingresar al recinto para tramitar su pasaporte y salir de Nicaragua “lo más pronto posible”.
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Carlos labora para una empresa láctea como levantador de pedidos en pulperías de Managua. En su “larga espera” no está solo, anda acompañado de dos amigos más. Dicen que pidieron permiso en el trabajo para tramitar sus pasaportes.
“Vengo a tramitar mi pasaporte, pero ya no hallé lugar para entrar, la fila está muy larga. Aquí dormí y no pasaré hoy. No alcancé número”, dice Carlos, mientras revisa el voucher donde pagó el equivalente a 30 dólares por el pasaporte.
La fila a la que Carlos se refiere es la que la gente hace desde la noche del jueves. Dentro de las instalaciones de Migración hay centenares de personas en fila, lo que confirma que dentro de la sala de espera, hay otra gran cantidad de ciudadanos realizando el trámite. “Aquí hay gente que dicen que llevan hasta tres día aquí”, comparte.
“En Nicaragua el dinero no rinde. Tardas más en retirarlos del cajero automático que en pagar los recibos del hogar. No se ajusta ni para comer”, dice con voz baja, mientras afirma tener fecha de viaje.
“Pienso irme en cuanto me lo den. Si Dios me lo permite me voy la otra semana buscando el norte (Estados Unidos de AméricaEstados Unidos de América). La meta es trabajar y mandar dinero para la comida, componer la casita y sobre todo que los chavalos estudien”, dice mientras responde una llamada telefónica.
“Aquí no se hace nada”
Don José Rodríguez, es uno más de los tantos abuelos que llegó a acompañar a uno de sus nietos a Migración, son originarios del departamento de Matagalpa, situado al norte de Nicaragua, dice que lo mejor es que su nieto salga del país “porque acá no hay oportunidades laborales”, se lamenta.
“Lo mejor es que él se vaya a Estados Unidos. Él dice que quiere irse, que allá hay amigos de él y le ofrecen ayudarlo a encontrar trabajo. Le dicen que el trabajo sobra por aquellos lados”, dice don José, quien ha decidido venir hasta Managua a realizar el trámite.
El nieto de “don chepito” -a como lo llamaba el joven, tiene una edad aproximada de 20 años, don José, a quien a simple vista se le calcula unos 70 años, lo ha criado como si fuese un hijo para él y está dispuesto a apoyarlo.
“Él acá estudió en la universidad Agraria, nosotros tenemos una finquita, apenas conseguimos dinero para comer. Voy a vender tres cabezas de ganado para que él pague el viaje. En Matagalpa la cosa está fea, ni en la Iglesia se siente seguro uno porque lo andan vigilando y no quiero que mi nieto caiga preso”, expresa José con voz baja.
Mientras el nieto de “chepito” se alista para ingresar a Migración, su abuelo se acomoda su sombrero artesanal, con el que se protege del sol.
“Yo no quiero que él se vaya, pero la verdad es que a como le digo, aquí no se hace nada. Mire cuántos jóvenes están buscando como irse. Él es quien me cuida cuando me enfermo, como decimos los viejos, ´él es mi bastón”, expresa entre risas.
Don José explicó que ellos son una familia de fe católica y como consuelo se hace la idea de que su nieto va a lograr en el extranjero lo que en Nicaragua no ha podido.
“Dios quiera y me le vaya bien. Yo sé que él ganando dinerito me va a apoyar con los medicamentos, Me duele que se vaya, sé que es un viaje peligroso, pero aquí no hay oportunidades para los jóvenes”, dice.
“70 dólares y te meto sin hacer fila”
Afuera de Migración central, el oportunismo reina y hay quienes se aprovechan de la necesidad de la ciudadanía. 100% NOTICIAS confirmó que los abogados que se ubican con toldos frente a la sede migratoria, cobran hasta 70 dólares por persona para ingresarlo a la institución “sin necesidad de hacer filas”.
“Si haces el trámite conmigo de sacar permisos o cualquier otro poder legal, te cobro 70 dólares y te meto por el portón principal sin hacer la fila”, dice uno de los corredores al equipo de 100% NOTICIAS.
- “¿Y si hago el trámite con vos qué garantía me das para ingresar sin hacer la fila y me atiendan rápido?”, le preguntamos.
- “Es fácil, nosotros trabajamos con los que están en los portones y hasta con los mismos policías que custodian la entrada, por eso no hay problemas”, explica el hombre que se identificó como “abogado”.
Afuera de migración es común ver a un buen número de abogados apostados con toldos, ofreciendo sus servicios. Comercializan desde los formularios migratorios, hasta fotografías tamaño pasaporte, pero hay quienes van más allá y ofrecen mesas de cambio en efectivo.
En el caso de las personas que se deciden a pagar los 70 dólares, los corredores o abogados les explican que al tramitar con ellos los servicios legales, les excluyen el llenado de formularios y toma de fotografías “porque eso se lo hacen los oficiales de migración”, puntualiza.
“Yo mismo te meto por el portón, las fotos te las toman ellos son pagar de más y los formularios las llenas adentro porque ellos los dan”, insiste el hombre de barba y que viste de camisa morada.
El proceso que se realiza dentro, está incluido en el pago del pasaporte, porque un servicio externo, es un gasto en vano para los ciudadanos.
Discusiones en filas
Basta con observar a las personas que hacen fila, muchos utilizan una sombrilla para protegerse de los rayos del sol, otros utilizan las chaquetas para taparse la cabeza, mientras que otros utilizan un folder para detener los rayos del sol.
La tensión aumenta a medida que algunos ciudadanos intentan “colarse” entre los primeros lugares y es justo el momento en que inician las discusiones entre quienes esperan en la fila y los que llegan a meterse.
“No es justo que los esten dejando meter a esos que están viniendo hasta ahorita, sáquenlos y mándenlos al final de la fila”, dice a gritos una mujer que alegó estar desde la tarde del jueves haciendo fila para poder tramitar el pasaporte.
Las discusiones son constantes a medida que pasan los minutos. “¡Afuera, sinvergüenzas, respeten el orden de la fila!”, dice una señora que acompaña a su nieto a las afueras de Migración. “El chavalo vino desde anoche a hacer fila y no ha pasado y estos están viniendo con el disimulo que van a preguntar los requisitos y se están metiendo a la fila”, agregó una señora de unos 65 años de edad.
Las personas señalan que quienes llegan a meterse, muchas veces son las personas que venden los lugares a “costos altos”.
Policías y civiles rondan la zona
Utilizar el teléfono móvil para tomar una foto o documentar la fila en estados de WhatsApp, puede convertirse en un peligro para los usuarios de redes sociales. 100% NOTICIAS también comprobó que fanáticos sandinistas dirigen sus miradas a quienes toman fotografías, mientras patrullas policiales circulan cada cinco minutos.
“Yo tomé un par de fotos para mandárselas a mi jefe y que viera que probablemente me voy a tomar el día, porque ya casi serán las 12 del mediodía y no he pasado y esos dos hombres se me pusieron a la par para ver que hacía con las fotos”, comenta una joven con otra persona que está en la fila.
“Uno de ellos en tono de bromas se acercó y le preguntó a otra muchacha que para que tomaba fotos, que a qué medio las iba a mandar porque él no quería salir en esos videos, pero la muchacha le dijo que era para enviárselas a su papá, para que la llegara a recoger”, explicó.
Abogados con “buenos ingresos”
Uno de los comercios informales que reportan “buenos ingresos” son los abogados y corredores que se ubican frente a Migración, dicen que en las últimas semanas les ha ido mejor que en años anteriores, debido al aumento en la solicitud de servicios notariales.
“Un permiso de salida para un menor te lo hago en 400 córdobas”, dice uno de los corredores a una pareja que llegó a uno de los toldos en busca de fotocopias para realizar el trámite.
-“¿Ahora sí les está yendo bien con toda esta cantidad de gente que viene a tramitar pasaporte?”, preguntamos en tono de broma a uno de los corredores, quien respondió que sí.
“Al día estamos haciendo entre cinco mil y seis mil córdobas solo en permisos de salida para menores de edad, eso es un promedio de entre 10 y 15 permisos, más el dinero de las fotocopias y otros servicios legales que hacemos como poderes a terceros”, explicó uno de los corredores, quien se puso a la “orden para cualquier trámite”.
Remesas representarán casi el 25 % del PIB
La salida masiva de nicaragüenses ha representado un aumento récord en el envío de remesas. Datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), solo entre los meses de enero a agosto de este año, representaron uno 299.7 millones de dólares en Nicaragua, superando en un 71.5% a las registradas en igual mes de 2021.
La entidad financiera indicó que los países de origen de las remesas de agosto continúan siendo: Estados UnidosEstados Unidos con el 78,8 % del total, seguido de Costa Rica (7,8 %), España (7,2 %), Panamá (1,9 %) y Canadá.
En los próximos años, en términos de crecimiento de remesas, la tendencia será menor que en 2021, 2022 y 2023, y crecerán a 10 %, la mitad de lo que están creciendo en 2022, aseguró Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano a Voz de América.
“La razón principal estriba en que la tendencia migratoria irá disminuyendo toda vez que el éxodo masivo haya acaparado al 20 % de la población. Sin embargo, frente a la situación en cómo el régimen intenta gobernar Nicaragua, sin opciones de generación de riqueza, las remesas representarán casi el 25 % del PIB”, explicó Orozco.
Pero más allá de eso, según datos oficiales del gobierno de Ortega, las remesas son un importante aliciente para las familias nicaragüenses que no tienen acceso a complementar para la canasta básica que hasta septiembre de este año costaba 17.981 córdobas, unos 513 dólares, cuando el salario mínimo oscila entre 4.700 córdobas, que son unos 134 dólares y 10.500 córdobas, que equivalen a unos 300 dólares.
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“Las remesas constituyen una fuente del ingreso total de un hogar receptor de remesas, y en el caso de Nicaragua son el 65 % del ingreso total del hogar. En las circunstancias actuales en donde existe carestía de bienes y sus precios han crecido, y las opciones en promedio de invertir en la economía local no son propicias—no hay interés en invertir, el dinero se consume casi en más de 90 %”, agrega Manuel Orozco, cuya institución se encuentra en Washington.