Nicaragüense se convierte en la mejor maestra del Año en EEUU: “Yo quería ser una agente de cambio”
Ana Cunningham descubrió su amor por la docencia cuando daba clases en un centro de detención hace once años y ahora se esfuerza desde la educación para que menos jóvenes lleguen a ese punto. Conozca su historia aquí:
La nicaragüense Ana Cunningham fue nombrada en Estados Unidos como la Maestra del Año en el Sistema Escolar de Charlotte-Mecklenburg (CMS) el pasado 3 de mayo en los premios Gem, evento destinado para destacar el trabajo de los docentes en Charlotte.
En 2008, Ana Cunningham quien para entonces se visualizaba en los juzgados como abogada inició una investigación sobre defensa pública en Maryland y comenzó a dar clases de literatura y matemática en el centro de detención New Beginnings Youth Center.
Supo que no había vuelta atrás porque quería ser maestra.“Allí me di cuenta de que yo no quería ser reactiva cuando todas las cosas pasan, yo quería prevenir de que los muchachos llegaran a ese punto y cambié completamente de carrera”, señaló en entrevista con La Noticia.
Ana también se dedicó a la investigación científica para la escuela de leyes de Northwestern University, que le permitió ampliar sus conocimientos sobre la incidencia de la falta de educación y oportunidades en la reincidencia y en las decisiones que muchos jóvenes toman antes de ser detenidos, por ello lo anima a perseguir sus sueños e intenta quitarles los tropiezos del camino.
Convencida de que quería impactar en la vida de los jóvenes apoyándolos en la educación en vez de reducir sentencias pensó “si hubiera alguien que les diga que sí pueden lograr sus sueños y los apoye a conseguirlos, las cosas serían diferente. Fue con ello que me di cuenta de que no quería ser una abogada que trate de reducir la sentencia, yo quería ser una agente de cambio para que no llegaran a ese punto”, enfatizó.
Ana se inscribió en un programa para docentes y desde hace once años se dedica a impartir clases en donde trata de hacer sentir cómodos a sus alumnos para orientarlos en su futuro conociendo primero sus obstáculos y ayudándolos a superarlos.
Tiene miles de anécdotas de superación de sus alumnos logradas gracias a su esfuerzo, asegura que una de las barreras comunes de los jóvenes para alcanzar sus sueños es la falta de documentación o no contar con el dinero suficiente para ir a la universidad.
Por ello, Ana les orienta a sus estudiantes donde conseguir información para becas y diversos programas de apoyo, cuenta que en varias ocasiones años más tardes sus exalumnos la contactan y le aseguran que siguen estudiando y esto para ella es de mucha satisfacción.
“Hay que trabajar, nada se consigue sin trabajo, hay que enfocarse y no hacerlo solo, rodearse de personas que les ayuden a alcanzar sus metas”, dijo la docente.
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Ana tiene una licenciatura en Inglés y Ciencias Políticas del Northwestern University, además de dominar el idioma inglés a la perfección habla español, lo aprendió de su madre la nicaragüense Esperanza Cunningham, una nicaragüense que emigró en los años 80 a Estados Unidos.
“Por ella aprendí el español y de mi cultura. Siempre hablo con ella, con mis tías y con mis primas y en la casa siempre se habló español”, señaló.
La importancia de hablar español para enseñar
Para Ana Cunningham ser una maestra bilingüe le ha abierto muchas puertas de conexión y cercanía entre alumnado y padres de familia.
Sencillamente es la maestra que le hubiera gustado tener durante su infancia. Confiesa que en su caso su madre nunca comprendía a las maestras porque ella no hablaba inglés ni las docentes el español.
“Cuando yo fui a la escuela no había traductores, no había aplicaciones para aprender este idioma, ni personal que hablara español. Entonces cuando mi madre iba a la conferencia de padres, no sabían qué hacer con esa información que querían transmitirle, entonces yo era la traductora y fui su traductora desde los 10 años, porque mi padre (Curtis) estaba presente, pero su español no es tan bueno”, comentó.
En la actualidad, el idioma no es una barrera para Ana, pues con los padres latinos se comunica en español sobre lo que pasa con sus hijos en las aulas de clases, del 20 al 30 por ciento de todo el alumnado son latinos entre las edades de 15 y 16 años.
“Ya no hay ese obstáculo en mis clases: el del idioma y para mí esto es algo que no debería existir, porque muchas veces los padres de familia no saben qué está pasando con sus hijos, entonces al quitar esta barrera, yo puedo hablar con ellos de forma directa”.
Hablar de educación en los jóvenes es un tema que apasiona a Ana y espera incidir con sus lecciones a mejorar su futuro porque “cuando se es maestra no existen días normales, cada día es diferente y por eso me encanta. Pero comúnmente un día se empieza saludando a los alumnos y esto es algo que me gusta, ya que por ellos es que estoy aquí. Entonces veo la emoción que tienen ellos cada mañana y cualquier cosa puede pasar”.
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