Familiares desde Nicaragua pueden apoyar a migrantes a prevenir el suicidio en el extranjero

Tres nicaragüenses que lucharon por emigrar al extranjero se quitaron la vida en los últimos días. No hay forma de tratar el suicidio sin reconocer que es un problema social donde la mayoría de las víctimas son jóvenes, varones, menores de treinta años que a menudo se ven atrapados en una real depresión, pero es importante conocer los factores de riesgo para prevenir nuevos casos y también atender las recomendaciones que especialistas en salud mental hacen a familiares.

La organización pro migrante Texas Nicaraguan Community (TNC) recientemente declaró a 100%Noticias que son decenas de llamadas las que a diario reciben de nicaragüenses que ya no desean estar en Estados Unidos y les expresan que desean volver de inmediato a Nicaragua.

Sin embargo, TNC les explica que no es posible realizar viajes internacionales y solo tienen dos maneras de hacerlo; una de ellas es entregarse a las autoridades migratorias y eso incluye que podrían permanecer algún tiempo en los centros de detención o ser deportados.

Ante la insistencia de los migrantes por abortar el “sueño americano” para volver al país lo antes posible, TNC ha dispuesto una línea de apoyo con atención psicológica.

Para analizar sobre estas muertes en el extranjero, Oscar Enrique Pérez Miranda, licenciado en psicología por la Universidad Centroamericana explica a 100%Noticias que las estadísticas apuntan a que quienes intentan más acabar con su vida son las mujeres, sin embargo, son los hombres los que consuman el acto suicida.

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“Hay diferentes circunstancias tanto en nuestro país como externamente que han hecho que jóvenes se quiten la vida”, detalla el experto en salud mental que esto sucede por un cúmulo de problemas que podrían ser de tipo psicosocial, económicos o persecución política.

Pérez Miranda explica que existen factores que pueden incidir en que los jóvenes que están en el extranjero se vuelvan vulnerables a quitarse la vida porque de repente se enfrentan al problema de no tener como solventar su vida, falta de sentido a su existencia con una escasa red de apoyo y un historial familiar de suicidio.

“Realmente, estos factores son los puntos más importantes, porque estos factores ayudan a que el suicidio no ocurra”, precisa Pérez Miranda.

Ante ello, el especialista recomienda crear una red de apoyo que favorezca a estos jóvenes migrantes en momentos de crisis, ansiedad, depresión. "Tenemos la oportunidad de utilizar esta red de apoyo como una válvula de escape, porque se activa para actuar en la parte emocional”.

Añade que la parte religiosa también juega un papel importante “porque las personas que no cuentan con este recurso no encuentran sentido a lo que les está ocurriendo en su vida para sentirse respaldado”.

Al mismo tiempo, Pérez Miranda externa la importancia de preservar los hábitos sanos en la alimentación, las horas de sueño y espacios de recreación como la práctica de lectura.

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“Es importante darles cabida a las dificultades económicas y aquí hay mucha relación con las personas que se suicidan en el extranjero”, analiza el experto.

Cubrir las dificultades económicas en el extranjero es importante para estas personas “porque actúa como factor protector frente a la posibilidad del suicidio ya que sentirse solo en un país extranjero podría incidir en una conducta suicida”, concluye.

La migración y el desplazamiento forzado es un duelo

Por su parte, la psicóloga Ceshia Ubau plantea que la migración y el desplazamiento forzado es un duelo, porque la persona abandona su estilo de vida, su comunidad, la comida, amistades y la estabilidad emocional al pausar sus proyectos, sueños y metas.

Sin embargo, esta realidad que enfrentan miles de migrantes puede empeorar cuando el exilio está rodeado de eventos traumáticos como la violencia y secuestros, por ejemplo.

“Como todo duelo, hay etapas, desde la negación de haber salido del país, la ira, hasta la adaptación y la integración a un nuevo ambiente. Para todas las personas es diferente, pues todos tenemos diferentes aptitudes y actitudes ante la sobrevivencia y las situaciones de emergencia”, explica Ubau.

En este sentido, Ubau recomienda a la familia que queda en Nicaragua que la mejor forma de apoyar es “escuchando sin emitir juicio contra la persona desplazada” y señala que se debe aprovechar esa oportunidad de cercanía para “hablar o desahogar sus sentires”.

“No emitir un juicio es muy importante y, además no dar un consejo si no ha sido solicitado. Aunque haya buenas intenciones, es mejor evitar decirle que hacer a la persona y simplemente escucharle o motivarle a reconocer lo que ya ha logrado y lo que es capaz de lograr en otro país”, apunta Ubau.

Los especialistas en salud mental coinciden que es importante identificar una red de apoyo, la cual podría encontrarse en círculos cercanos como familiares y amistades, pero cuando no se cuenta con estos es importante reconocer los distintos centros de apoyo psicológico que existen en el país para las personas migrantes y refugiadas en cada país de acogida.

Asimismo, coinciden que la depresión es una enfermedad seria, pero no es eterna y puede superarse con el tratamiento adecuado y siempre y cuando se le dé la importancia que amerita.