Secuestradores mexicanos aseguran que mataron a nicaragüense y envían fotografías a familiares

En un acto de brutalidad que ha conmocionado a Nicaragua, un grupo de criminales presuntamente secuestró y asesinó a Gilda Lilibeth Rivera Rivera, de 38 años, en México, una migrante nicaragüense. 

Para infligir aún más dolor a su familia, los captores enviaron macabras imágenes de la joven, quien estaba desaparecida desde el 14 de julio.

Las fotografías muestran a una mujer amordazada, golpeada y con los ojos vendados, un cruel testimonio de la violencia que sufrió antes de perder la vida.

“Ahí les dejo a la cabrona esa. Ya la mandamos a San Pedro. Se portó muy cabrona, no quería cooperar y no quedó de otra”, afirmaron los presuntos criminales adjuntando tres fotografías.

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En las imágenes se ve a una mujer amordazada, con los ojos vendados y visibles golpes en rostro. “Ahí les dejo un regalito de cómo quedó, para que la vean por última vez y no digan que no saben dónde está. Ahora ya saben que se fue con San Pedro”, agregaron.

La difusión en redes sociales de macabras imágenes y mensajes amenazantes enviados por sus captores abre una profunda herida entre sus familiares en Nicaragua. 

Los hijos de Gilda, quienes descubrieron las fotografías en la cuenta personal de Facebook, según la organización Texas Nicaraguan Community (TNC), ahora exigen respuestas a las autoridades sobre la posible muerte de su madre.

Por su parte, la TNC, criticó que las autoridades mexicanas, hasta ahora “no han logrado hacer nada” para esclarecer el caso de Gilda, mientras que “los delincuentes publican sus delitos a sus anchas”.

“Desde el perfil de ella, su familia, amigos y sus niñas pudieron ver todo esto y no han logrado hacer nada”, criticó la TNC a la policía cibernética y autoridades de México.

Gilda desapareció el 14 de julio en Granada, Miguel Hidalgo, Ciudad de México, lo que activó una alerta de búsqueda por parte de las autoridades mexicanas. 

Lamentablemente, en lugar de encontrarla, fueron los captores quienes se comunicaron con la familia, sumiéndola en un dolor aún mayor.