La libertad de prensa en Latinoamérica: ¿Cuáles son los desafíos?
La hostilidad por parte de gobernantes de algunos países y de sus fuerzas de seguridad hacia los medios de comunicación en Latinoamérica marcó la pauta de un 2019 envuelto en protestas sociales y cambios de gobierno.
“Una raza en peligro de extinción”, “fifi” y “noticias falsas” están entre los calificativos que han recibido los periodistas de líderes de la región como Jair Bolsonaro, de Brasil; Andrés Manuel López Obrador, de México y Nayib Bukele, de El Salvador.
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La estigmatización y el descrédito a la prensa preocupan a defensores de la libertad de expresión, quienes advierten del surgimiento de un patrón en ese sentido de parte de gobiernos “elegidos democráticamente”.
En su más reciente informe sobre la región, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) explica que los señalamientos a la prensa son una “constante” en países como Nicaragua y Venezuela, pero se han vuelto ahora una “práctica sistemática” en Brasil y El Salvador.
Los mensajes desde las altas esferas del poder ponen a la prensa “en el lugar de la oposición o se le adjudican intenciones a los periodistas por hacer su trabajo”, explicó a la Voz de América Edinson Lanza, el relator especial para la Libertad de Expresión de la CIDH.
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“Preocupa porque genera un efecto de acoso a los periodistas en medios y redes sociales y también a que mucha gente (…) no entienda cuál es el rol crítico que cumple la prensa”, agregó Lanza.
Y no solo se trata de la población. Los agentes de seguridad del Estado, como policías y militares, también agredieron a manifestantes durante las protestas que estallaron en Bolivia, Chile, Ecuador y Haití, según denunciaron tanto la CIDH como Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Ahora, con la pandemia del coronavirus, los medios se enfrentan a la tarea de informar sobre una crisis global en países donde su vida ha sido amenazada y su trabajo puesto en tela de juicio por el gobierno.
“Desafortunadamente, esta pandemia llega en un momento en el que estamos viendo un cierto tipo de movimiento global hacia al autoritarismo”, dijo a la Voz de América Nathalie Southwick, encargada para Centroamérica y Suramérica del Comité para la Protección de Periodistas.
“En situaciones de emergencia, la verdad y la información veraz tienden a ser las primeras víctimas”, sentenció la investigadora Southwick.
En Venezuela, el asedio hacia los medios por parte del gobierno en disputa de Nicolás Maduro son “algo cotidiano” y ya se han reportado desde que comenzó la pandemia del COVID-19 varios casos de periodistas que han sido arrestados por informar sobre el número de casos en el país.
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Las restricciones al acceso a los medios tradicionales de comunicación, fuerzan a la ciudadanía a acudir a redes sociales, como Twitter o Whatsapp, plataformas que son utilizadas para difundir desinformación, según Southwick.
Es relativamente fácil para los actores manipularlos y hacer que la desinformación se vuelva viral y se propague con mucha facilidad”, afirmó la experta.
En Nicaragua existe una situación similar; el año 2019 comenzó con la condena de varios periodistas y el hallanamiento de medios de comunicación, que obligó a más de 80 periodistas a exiliarse.
Frente al COVID-19, el gobierno de Daniel Ortega ha ido en contra de las recomendaciones globales para atender la pandemia, con eventos deportivos como partidos de fútbol que se siguen celebrando y las cifras oficiales cuentan solo once casos mientras en Centroamérica ya se han reportado más de 100.000 contagios.
Más hacia al norte, en El Salvador, las “declaraciones estigmatizantes” del presidente Bukele contra los medios han desencadenado campañas de hostigamiento hacia periodistas en redes sociales, según denuncian la CIDH y la CPJ. Su oficina también ha impedido el acceso a ruedas de prensa a medios independientes.
“Su estilo tiende a ser el de dar pronunciamientos públicos y no necesariamente aceptar muchas preguntas”, en lugar de ser abiertamente agresivo contra la prensa, explicó la experta de la CPJ.
Continúan los asesinatos
Por lo menos 27 periodistas y trabajadores de la prensa fueron asesinados en la región durante el año 2019, motivos relacionados con su trabajo, según el informe de la CIDH. México, donde mataron a diez periodistas en el último año continúa siendo el país más peligroso para los periodistas en el continente. El organismo también denunció las muertes de periodistas Colombia, Honduras, Haití, Guatemala, Brasil y Bolivia.
Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), México, además de ser la nación con más asesinatos a trabajadores de la prensa dentro de los países que no están en guerra, es también un reino de la impunidad.
“La probabilidad de que los instigadores de estos asesinatos sean llevados a la justiciaes prácticamente cero”, con más de un 90% de los crímenes sin resolver, escribió RSF en su informe sobre el 2019.