Rea política Karla Escobar está botando el pelo y en pabellón con 100 presas comunes
Deprimida, botando el pelo, con sus problemas de presión alta, pero firme en sus convicciones por ver a una Nicaragua en libertad, se encuenta la rea política Karla Escobar Maldonado de 38 años de edad.
Escobar fue detenida junto a su vecino Wilfredo Brenes el pasado 30 de abril. Ambos son habitantes del barrio Fox de la ciudad de Masaya y a quienes les imputaron un rosario de delitos comunes como transporte de estupefacientes, psicotrópicos y otras sustancias controladas, portación y tenencia ilegal de armas y municiones, en perjuicio del Estado de Nicaragua.
"Ella no da un pié atrás nunca, siempre está en pié de lucha aunque se deprima, aunque salga calva, pero considera que se debe seguir la lucha" dijo a 100% Noticias Maritza Escobar, hermana de Karla.
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Maritza expresa que su hermana le pregunta que si afuera están haciendo algo para liberar a los presos políticos "yo le digo que se está haciendo todo lo posible, no le doy falsas expectativas porque no está en manos de uno".
Escobar informó que a la rea política se "le está cayendo el pelo, se está adelgazando" y en algunos momentos ha caído en depresión a tal punto que pasó solo durmiendo como tres días sin ánimos de levantarse porque siente que la presión para su liberación está "frío" y más con toda la pandemia.
En el penal de mujeres Karla está en un pabellón con 100 presas comunes, trata de no tener problemas con nadie, pasa distante, aunque ha recibido algunas provocaciones de presas que se identifican como sandinistas, "había una señora que la insultaba diciéndole traidora y ella nunca ha sido sandinista. Se la quitaron a Karla y ahora se la pusieron a Doña María Esperanza Sánchez" expresa Escobar.
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"Hace un mes le dan el patio sol, busca como no ir porque la vuelan la empujan, le guiñan el pelo, hay gente sandinista presa" manifiesta su hermana quien es la única de la familia que la visita.
"Esto es horrible, mi mamá está bien mal, mi madre ya casi no ve de un ojo. Nosotros vivimos con el Jesús en el boca, tenemos vecinos que son paramilitares y nos tienen fichados. Vivimos en zozobra. El niño (hijo de Karla) está bien malcriado, por cuenta se siente oprimido porque no puede salir y seguro que todo esto le afecta. Mi mamá solo es llorar por la impotencia de no poder hacer nada" manifestó preocupada Maritza.
Esta es la segunda vez que Escobar es encarcelada por el régimen, la primera fue el 3 de Enero del 2019 y fue acusada por "terrorismo" junto a otros pobladores de Masaya. Fue liberada el 15 de marzo de ese año.
Tras salir de prisión buscó como retomar su vida, como masajista a domicilio. Escobar había tomado unos cursos de fisioterapia, prevención prenatal y logró estudiar hasta segundo año de la carrera de derecho. Siempre se declaró opositora, antisandinista, cuando eran votaciones era muy activa con el PLC y daba su tiempo en la fiscalización en las Juntas receptoras de votos, luego se retiró del partido, según su hermana.
Cuando Karla ingresó al penal de mujeres estuvo aislada y le "ponían a una guardia que la maltrataba, ella solo metía las manos y rasguñaba" relató Maritza Escobar quien dice que no le han permitido pasarle a su hermana papel, lápiz y un nuevo testamento. Karla tiene prohibido asistir a misa que se realizan en el penal, denunció su hermana.
El juicio de Karla Escobar y Wilfredo Brenes está programado para el 7 de septiembre del 2020. En ese mismo caso se procesa a un taxista que ninguno de los dos conoce, pero que la Policía inventó como vincularlos, pues en el taxi "supuestamente" se encontraron armas y droga para imputarles delitos comunes, cuando tanto Escobar como Brenes son reconocidos opositores en Masaya.