Exiliados demandan al gobierno de Honduras investigar asesinato del “Comandante Flaco”

Este seis de enero se cumplió un mes del asesinato de Gerardo De Jesús Gutiérrez conocido como el “Comandante Flaco”, hecho ocurrido en Honduras y cuya acción generó mucha polémica y grandes cuestionamientos al gobierno hondureño, es por eso que sus seguidores continúan reclamando justicia. 

Unos de los reclamos es que se esclarezca este asesinato, fue un grupo de exiliados e integrantes del movimiento campesino en  Costa Rica quienes se plantaron en las afueras de la embajada de Honduras en la capital de este país para exigirle al gobierno del presidente Juan Orlando Hernández que no sea cómplice de la dictadura y se de con los verdaderos responsables. 

“El gobierno hondureño tuvo que haber resuelto desde hace mucho tiempo y haber pedido explicación al gobierno de Nicaragua porque le invadieron territorio hondureño, yo creo y pienso que este gobierno de Honduras es comunista, socialista o está a la par del gobierno Ortega Murillo” dijo uno de los exiliados presente en esta protesta. 

Por su parte Roberto Carlos Membreño uno de los organizadores del plantón manifestó que “El presidente de Honduras ni sus autoridades se han pronunciado, la muerte de nuestro comandante no puede quedar impune, su legado siempre estará vivo”.

En representación del movimiento campesino asistió Nemesio mejía quien aseguró que “justicia es lo que necesitamos por nuestros hermanos caídos y asesinados, por todos los exiliados”.

El plantón frente a esta sede diplomática fue otra oportunidad para pedir la libertad de los presos políticos.

“Le hago un llamado a los exiliados que nos unamos para pedir la liberación de nuestros presos y presas políticas secuestradas en las mazmorras de la modelo y la esperanza” dijo Ana María Hernández, conocida como la enfermera vandálica.

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Según estos opositores este asesinato y el de otros nicaraguenses en territorio hondureño podría tratarse de otro caso de ejecución extrajudicial y en el que estarían involucrados sus perseguidores políticos.