Argentina y México llaman a consulta a sus embajadores de Nicaragua ante radicalización de dictadura
Los presidentes Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, ante el recrudecimiento de la represión en Nicaragua, retiraron a sus embajadores informó el medio argentino INFOBAE. La medida es para repudiar las violaciones a los derechos humanos cometidos por la dictadura sandinista que lidera Daniel Ortega.
“Los gobiernos de la República Argentina y México informan que el día de hoy instruyeron a sus embajadores en la República de Nicaragua, Mateo Daniel Capitanich y Gustavo Alonso Cabrera Rodríguez, respectivamente, a trasladarse a sus respectivas capitales, con el objetivo de realizar consultas sobre las preocupantes acciones políticas-legales realizadas por el gobierno nicaragüense en los últimos días que han puesto en riesgo la integridad y libertad de diversas figuras de la oposición (incluidos precandidatos presidenciales), activistas y empresarios nicaragüenses" precisa un comunicado conjunto.
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El comunicado también expresa que "Argentina y México se mantendrán atentos a la evolución de los acontecimientos relacionados con la hermana República de Nicaragua y seguirán promoviendo inequívocamente el pleno respeto y promoción de los derechos humanos, las libertades civiles, políticas y de expresión de toda persona, con independencia de su nacionalidad y/o profesión".
Ambos mandatarios reiteran "su disposición plena para colaborar constructivamente en la promoción del diálogo para que sean las y los propios nicaragüenses, quienes superen esta situación por la vía pacífica, respetando la división de poderes, el respeto a las minorías, las garantías constitucionales y, en general, el pleno respeto al estado de Derecho y todos los derechos humanos”.
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Argentina y México habían sido criticados por su abstención en la votación en la OEA que condenó al régimen por las recientes detenciones de opositores en Nicaragua y demandaban a acatar la resolución de la misma organización para la realización de elecciones libres, transparentes, observadas.
Alegaron que no estar de acuerdo con "los países que, lejos de apoyar el normal desarrollo de las instituciones democráticas, dejan de lado el principio de no intervención en asuntos internos, tan caro a nuestra historia. Tampoco con la pretensión de imponer pautas desde afuera o de prejuzgar indebidamente el desarrollo de procesos electorales".