Vacuna rusa y cubanas “enlenteció” el proceso según fuentes médicas
Las filas enormes que surgieron a mediados de septiembre cuando las autoridades anunciaron la vacunación contra la Covid-19 con la primera dosis del suero AstraZeneca para mayores de 30 años, es asunto del pasado. Para el 13 de octubre, a la jornada de vacunación ya se habían sumado las mujeres embarazadas, puérperas y lactantes para recibir el inoculante de la Pfizer.
Sin embargo, la asistencia a los centros habilitados disminuyó desde que el Ejecutivo anunció que a los niños de 2 años hasta los adolescentes de 17 años se les aplicaba las vacunas cubanas Abdalá y Soberana y para las personas de entre 18 y 29 años la vacuna rusa Sputnik Light.
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La capitalina Arelis Palma acudió el lunes pasado a vacunar a sus dos hijos de 8 y 16 años, aunque sabía que ambos biológicos son cubanos dice que no tuvo otra opción y contó que al menor lo inyectaron con la Abdalá y al mayor con la Soberana.
“Yo no tengo los recursos para irme a otro país a vacunar a mis hijos, aunque quisiera. Primero, confío en Dios y después es preferible que estas vacunas cubanas los protejan un poquito a nada. Llegué al Centro de Salud Carlos Rugama del Distrito Cinco y salí rápido porque estaba vacío”.
Por su parte, Mariela González madre de dos adolescentes de 12 y 17 años dijo a 100% Noticias que el 21 de octubre acudió a la vecina Honduras a vacunar a sus dos hijas. “El viaje fue cansado. A mis hijas las vacunaron con la Moderna y la verdad preferí ir hasta allá porque desconfío de las vacunas cubanas”.
Actualmente, los nicaragüenses continúan asistiendo a los puestos de vacunación, pero a ritmo lento, la mayoría acude a completar esquema.
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El médico independiente José Antonio Delgado cree que efectivamente la vacuna rusa y las cubanas “enlenteció” el proceso de vacunación.
“Las personas desconfían de estas vacunas y lo vemos reflejado en las filas de nicas en Honduras que, en caso de salir del país, no quieren que ni la rusa ni las cubanas sean impedimento para ingresar a otro país”, concluye.
Por su parte, el epidemiólogo Leonel Argüello señaló que sobre la vacuna Sputnik Light, no hay evidencia científica de su eficacia y de las vacunas cubanas no ha conseguido evidencia científica que las avale. “Si no hay evidencia científica no puedo recomendar”.