Félix Maradiaga, Bertha Valle y su hija se reúnen como familia después de tres años
El encarcelamiento de Félix Maradiaga por parte del régimen Ortega Murillo no solo lo privó de su libertad, sino que también lo condenó a estar lejos de su esposa y de Alejandra, su hija a la que dejó de 5 años y la encontró de 9. Hoy, la distancia es tan solo un recuerdo y se han fortalecido como familia.
“Han sido meses muy difíciles, teníamos 3 años de no podernos abrazar, de no poder estar juntos, esto es realmente un milagro del señor, así que se pueden imaginar lo lindo que es estar reunidos en familia nuevamente”, dijo Bertha Valle a 100% Noticias.
Félix y Bertha intercambian miradas tiernas y no pueden evitar las sonrisas que se dibujan casi automáticamente en sus rostros cuando hablan del reencuentro que están viviendo como pareja y como familia.
“Esto solo puedo describirlo como un milagro, este es el poder del amor, el poder de la oración, le he estado haciendo una auditoría al corazón, para estar seguro de que salimos de ese horrendo lugar sin cicatrices emocionales que obstaculicen el trabajo que hay que hacer, de sanar en Nicaragua las atrocidades y las heridas”, señaló Maradiaga.
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El expreso político aseguró que desde el odio no se puede hacer nada, “tiene que ser desde una perspectiva espiritual, ese debe ser el aprendizaje. Uno realmente cree que tiene cercanía con el señor, pero vos Lucía, que lo viviste en carne propia, sabés que es cuando uno atraviesa un desierto más duro cuando más fuerte clamamos”.+
Compromiso con Nicaragua
Por otro lado, Maradiaga apunta que estar nuevamente con su familia ha sido una oportunidad “para resignificar esa importancia de la familia, la importancia de darle tiempo a los hijos”.
“Yo entiendo que es fundamental para los que hemos tomado esta lucha poner como prioridad el país, poner como prioridad el cambio social frente a una dictadura que nos ha robado la oportunidad de ser felices, la oportunidad de construir sueños comunes, pero a veces uno no se da cuenta que en la búsqueda de esa construcción colectiva, los niños y niñas están sufriendo porque están exigiendo tiempo con nosotros”, recalca el ahora desterrado.
“La falta de presencia del padre no se puede explicar. No hay que pasar por el calabozo para entender que el cambio de un país empieza construyendo familias sanas y llenas de amor”, recalca Maradiaga, quien recibió de su esposa la Biblia que tanto pidió mientras estaba encerrado.
“Mi compromiso como nicaragüense es que no vamos a descansar hasta que podamos ver libres a todos los nicaragüenses, a monseñor Álvarez y a los hermanos que están secuestrados todavía”, concluyó Félix Maradiaga, ex preso político de Daniel Ortega.