Padre Somarriba: “Jezabeles de hoy, llegarán a su fin y no quedará polvo de sus huesos”

En su mensaje dominical, el sacerdote Marcos Somarriba, dijo a los creyentes qué hay “jezabeles” que persiguen y matan a quienes se le oponen. Al mismo tiempo, se refirió a la emotiva historia de la mujer cananea quien insistente pidió a Jesús que sanara a su hija atormentada por demonios. 

Somarriba, exaltó la fe de la mujer, quien no tuvo una respuesta inmediata, pero que finalmente fue escuchada por Jesús quien sanó a su hija. 

“Esta es la fe que insiste, que no pierde pisada, no se desanima, ya que se trata de un bien mayor. Es necesario que la oración invite a Dios a ser protagonista de nuestras vidas”, reflexionó Somarriba desde el púlpito, en la iglesia católica Santa Agatha, en Miami.

El sacerdote Marcos Somarriba, recordó a los asistentes, que la mujer cananea que clamó por el milagro de sanación pertenecía a un pueblo oprimido por la malvada reina Jezabel, una reina tirana que causó el sufrimiento de muchos.

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“En su ambición por conseguir más poder e influencia, Jezabel  buscaba destruir a toda persona que cuestionara todos sus métodos y decisiones. Como resultado muchos profetas de Dios fueron asesinados o expulsados”, comentó Somarriba. 

El religioso, comparó la maldad de Jezabel, quien era fuente de sufrimiento y degradación de su pueblo, con la maldad de los poderosos que persiguen y destruyen a quienes los critican. 

“Decir la verdad a los poderosos es un riesgo y siempre lo ha sido , y siempre lo será, pero no hay que dejar de decirlo, la maldad en Jezabel no tiene límites, roba, mata, confisca a base de mentiras”, manifestó el sacerdote en su homilía. 

El mensaje del religioso, resuena en un contexto represivo para Nicaragua, donde la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se valieron de su poder y confiscaron los bienes de la Universidad Centroamericana, robaron sus bienes y apenas ayer sábado, expulsaron a los sacerdotes jesuitas de su residencia.

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“Es que no se quieren bajar del trono. Una vez montados en el burro, no lo quieren soltar,  porque tienen la inseguridad de poder poner una hora de trabajo honesto”, criticó el religioso. 

El padre Somarriba, compartió en su homilía que Jezabel fue lanzada desde una torre y devorada por perros, tal y como lo vaticinó en aquel tiempo el profeta Elías. Así como terminó el reinado asesino de Jezabel, Somarriba confía que otras “jezabeles” terminarán igual. 

“Nadie es para siempre. Todas y todos los jezabeles de hoy llegarán a su fin y ni siguiera quedará el polvo de sus huesos”, sentenció el sacerdote, quien aseguró, que al igual que la mujer cananea, los pueblos oprimidos deben insistir en su fe y clamar por su liberación.

El religioso apeló a no perder la fe y pedir por la liberación de los pueblos, aún aquellos que enfrentan regímenes asesinos “La oración de un pueblo sencillo abre el corazón de Dios que siempre escucha el clamor del sufrimiento, y la sangre derramada de los abeles de hoy, que se convierten en abono para una tierra mejor”.

“La fe mueve montañas y puede mover al mismísimo Dios. El don de la vida y de la salvación es para los que buscan la vida y se esfuerzan en liberarse de las cadenas que aprisionan su vida y las de los demás”, concluyó el sacerdote Marcos Somarriba.