Policía se toma residencia Jesuita y expulsa a sacerdotes

La dictadura de Daniel Ortega continúa su cruzada en contra de los miembros de la Compañía de Jesús. Este sábado, el régimen envió a la policía a tomarse la residencia Villa Carmen, donde viven los sacerdotes jesuitas, así lo denunció el periodista Carlos Fernando Chamorro a través de la red social Twitter. 

“Los expulsó. Todos los jesuitas se vieron obligados a retirarse y se marcharon a la comunidad San Ignacio del CCA en Managua”, denunció Chamorro. 

La residencia Villa Carmen, ubicada en Managua, donde viven los sacerdotes jesuitas, fue ocupada por la "Policía del régimen y funcionarios del Poder Judicial" la tarde de este sábado, indicó Confidencial.

Una fuente informó a 100%Noticias que durante la toma ilegal a la residencia se encontraban seis jesuitas; entre ellos un padre  de 99 años.

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También estaban dos sacerdotes que trabajan en Fe y Alegría y los otros que colaboraban en la UCA.

100%Noticias conoció que los sacerdotes presentaron las escrituras del terreno propiedad de la Compañía Jesuita pero los ignoraron.

"Presentaron las escrituras pero no hicieron caso. Fue un acto ilegal como todos", dijo la fuente a 100%Noticias. 

El allanamiento de la residencia de los sacerdotes ocurre en el marco del cierre de la jesuita UCA, uno de los centros de estudios privados más prestigiosos de Nicaragua.

El régimen publicó el viernes en el Diario Oficial La Gaceta un acuerdo del Ministerio de Gobernación en el que se aprueba la cancelación de la personalidad jurídica de la UCA, otorgada el 13 de agosto de 1960, y ordena el decomiso de sus bienes.

La Justicia de Nicaragua ordenó esta semana traspasar los bienes muebles e inmuebles, así como las cuentas bancarias de la UCA, al Estado de Nicaragua, luego de ser acusada por el Ministerio Público (Fiscalía) de ser un "centro de terrorismo, organizando grupos delincuenciales".

La UCA confirmó el miércoles el oficio y rechazó los "señalamientos infundados" de las autoridades.

Jesuitas confirman expulsión

En una nota de prensa, la Compañía de Jesús confirmó que un grupo de jesuitas fueron expulsados de su vivienda en Managua, a pesar que la propiedad no le pertenece a la UCA. 

"A comienzos de la tarde de este sábado. 19 de agosto, la policía nicarguense se presentó junto a miembros del poder judicial en la vivienda de los jesuitas, residencia Villa Carmen (al lado de la UCA, pero propiedad de la Compañía de Jesús), para exigir su desalojo argumentando que esa vivienda es también propiedad del Estado de Nicaragua", denunciaron.

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Según la Compañia, los miembras de la comunidad mostraron a los agentes la documentación de escritura de propiedad que afecta a la vivienda como un bien diferente de la UCA y propiedad de la Compañía de Jess; sin embargo, los agentes hicieron caso omiso de la documentación y se les ordenaron dejar la casa, permitiéndoles sacar únicamente algunos objetos de uso personal.

"Los seis miembros de la cumunidad obedecieron las árdenes de la autoridad y se retiraron de la vivienda. Los jesuitas desalojados se encuentran bien en un lugar seguro. La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús condena este atropello y manifiesta su confianza en que el Serior de la Historia siga acogiendo bajo su bandera a los jesuitas de
Nicaragua en estos momentos".

Indignación 

Félix Maradiaga, excarcelado y desterrado político, se pronunció acerca de la expulsión de los sacerdotes jesuitas y calificó el hecho como una violación de Derechos Humanos.

“Es descorazonador presenciar una flagrante falta de respeto por los derechos humanos y los principios de la libertad religiosa. Es una clara muestra de autoritarismo y opresión. Estas figuras religiosas, dedicadas a servir a su comunidad y promover la educación, se vieron obligadas a retirarse y buscar refugio en la comunidad de San Ignacio del Colegio Centroamérica (CCA) en Managua”, dijo Maradiaga. 

Maradiaga, hizo un recuento de las transgresiones y sus alcances en contra de la compañía de Jesús “no solo viola la santidad de los espacios religiosos, sino que también socava los valores fundamentales de la libertad de expresión, asociación y la búsqueda del conocimiento. La comunidad Jesuita ha sido un pilar de iluminación, abogando por la justicia social y brindando valiosas oportunidades educativas a innumerables personas”, escribió. 

El ex prisionero político hizo un llamado a la comunidad internacional para que levante su voz contra estos ataques “Este tipo de acciones de la dictadura debe ser abordado con la máxima atención por la comunidad internacional, activando mecanismos de severa respuesta ante lo que es el ataque más brutal contra la libertad de culto y la historia reciente de Nicaragua”.