Nicaragua: 95% de los nicaragüenses no tiene para comprar la canasta básica

En Nicaragua, desde junio de 2021 hasta la fecha, hemos sido testigos de una escalada represiva que refleja una radicalización sin precedentes del gobierno de Nicaragua. Además del encarcelamiento de más de 250 personas como presos políticos, se ilegalizaron más de 3,000 organizaciones de la sociedad civil, y cerca de 300,000 nicaragüenses se han entregado en la frontera entre México y Estados Unidos en busca de asilo debido a la crisis política y económica que afecta directamente a la población.

Sumado a lo anterior, el gobierno ha mantenido la imposición del estado de excepción de facto, a través del cual se han vulnerado las libertades públicas. Esto ha impedido también obtener información sobre lo que ocurre en el país, ya que los medios de comunicación independientes han sido censurados y obligados a informar desde el exilio, con las limitaciones que esto implica.

Todo esto indica que existe muy poca información sobre el estado actual de la percepción de la ciudadanía acerca de los principales elementos que conforman la realidad nacional desde una perspectiva política y social.

En virtud de lo anterior, el gobierno ha impuesto una narrativa de normalidad y de superación de lo que han catalogado como un intento de golpe de Estado en 2018. Paralelamente, los nicaragüenses sienten el alto costo de la vida reflejado en el constante aumento de los precios de los alimentos básicos, sumado al desempleo. Además, continúan sufriendo represiones y la falta de libertades, factores que contribuyen a que los nicaragüenses sigan migrando.

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Asimismo, en este último trimestre, el régimen de Ortega continuó eliminando la autonomía de la educación superior al confiscar la Universidad Centroamericana (UCA), afectando a más de 5,000 estudiantes y aproximadamente 500 trabajadores, incluyendo a docentes y personal administrativo. Con la UCA, ya suman 27 las universidades confiscadas, a lo que se debe agregar el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), confiscado el 25 de septiembre de 2023.

Ante esta situación que marca el rumbo del país, se realizó una consulta para conocer la verdadera realidad política, económica y social del país. Nicaragua, una nación históricamente rica en cultura y potencial, enfrenta tiempos turbulentos bajo el gobierno de Daniel Ortega y su partido FSLN. Una encuesta reciente ha arrojado luz sobre la difícil situación que enfrentan los nicaragüenses bajo esta dictadura, y los resultados son preocupantes.

La lucha por el empleo y la creciente informalidad son dos de los problemas más apremiantes que afectan a los nicaragüenses. La encuesta revela un aumento en la informalidad laboral en el tercer trimestre del año, lo que tiene graves consecuencias para la capacidad de las personas para cubrir sus gastos mensuales y mantener la seguridad económica. La ausencia de empleo formal también está impulsando el deseo de emigrar en busca de mejores oportunidades.

Siete de cada diez nicaragüenses afirman que, de ser posible, buscarían nuevas oportunidades en el extranjero. Además, el 95.3 % expresa que no encuentra nuevas plazas de trabajo.

Los salarios insuficientes y las asimetrías salariales persisten a pesar de que la mayoría de los hogares encuestados tienen al menos un miembro trabajando. El salario sigue siendo insuficiente para cubrir los gastos mensuales. El 93.5% de los encuestados afirma que sus ingresos no son suficientes, lo que refleja las grandes diferencias salariales en el país. El costo de la canasta básica, con la inflación, ya ronda los C$ 20 mil córdobas.

El crecimiento del costo de la canasta básica ha aumentado significativamente, lo que agrava aún más la dificultad de las personas para llegar a fin de mes. Este aumento en los precios de alimentos esenciales, como el queso, la carne, los frijoles y el pan, está afectando gravemente a la población. El 88.2% siente un aumento sin control del costo de la vida. Solo basta comparar los precios de productos como el queso, los frijoles, la carne, el arroz y la tortilla, entre otros, para darse cuenta de cuánto han aumentado en los últimos tres meses.

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La desesperanza sobre el futuro ha empeorado, y esto se debe en gran parte a la falta de una solución política a la crisis. Un 97.6% de los encuestados tiene una percepción negativa sobre lo que vendrá. La oposición tiene un papel crucial que desempeñar no solo para mejorar su imagen, sino también para restaurar la esperanza en la ciudadanía. La desesperanza se debe a la falta de salida a la crisis socio-política, la crisis económica y la corrupción.

Los obstáculos para obtener empleo se deben en parte a la ausencia de plazas laborales y a la falta de aval político del partido de gobierno. Esto refuerza la percepción negativa sobre el futuro y demuestra la influencia política en el acceso al empleo.

La confiscación de la UCA según la encuesta, la mayoría de los consultados ven la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) como un acto de venganza del gobierno hacia la Compañía de Jesús por su defensa de los derechos humanos. Esto también amenaza la educación superior y la movilidad de los jóvenes en busca de oportunidades formativas en el extranjero.

La corrupción a nivel municipal sigue siendo un problema grave, y esto tiene fines políticos y de sostenimiento en el poder. Además, la vigilancia represiva se mantiene en un nivel alarmante, lo que refleja un estado policial cada vez más fuerte. El 84.1% siente que la dictadura aumentó la vigilancia en las calles y ejerce espionaje contra la ciudadanía.

La inseguridad ciudadana es un problema persistente, y la percepción del aumento de la criminalidad es generalizada. Esto pone de manifiesto la falta de políticas efectivas de seguridad pública y la distorsión de las funciones de seguridad para respaldar al gobierno. El 92.9% cree que los crímenes van en aumento.

La situación política, relacionada con el control absoluto ejercido sobre las alcaldías municipales, se ha convertido en la principal preocupación. Esto demuestra la consolidación del régimen totalitario.

La encuesta indica que la comunidad internacional debería considerar las sanciones como una herramienta legítima y necesaria para abordar el tipo de gobierno que Nicaragua enfrenta. Estas sanciones parecen afectar principalmente a la élite en el poder. Ocho de cada diez nicaragüenses incluso celebran en silencio cuando se aplican sanciones.

A pesar de que la oposición es vista de manera negativa por algunos, tiene la oportunidad de generar un acuerdo de unidad y devolver la esperanza a la ciudadanía. Esto es crucial en un contexto donde la desesperanza prevalece.

Los resultados de esta encuesta reflejan una realidad preocupante para los nicaragüenses bajo la dictadura sandinista. La falta de empleo, los salarios insuficientes, la creciente informalidad, la corrupción, la represión y la desesperanza son solo algunas de las dificultades que enfrenta la población. La comunidad internacional y la oposición tienen un papel importante que desempeñar en la búsqueda de soluciones a esta crisis y en la restauración de la esperanza en el futuro de Nicaragua.