Monseñor Silvio Báez: “El deseo enfermizo de poder puede convertir a las personas en auténticos tiranos”
La prédica dominical de Monseñor Silvio Báez,Monseñor Silvio Báez, se basa en la parábola de Jesús en el Libro de Mateo, que narra como unos viñadores ambiciosos se convirtieron en asesinos para apoderarse de una viña que no era suya.
En su mensaje, el religioso resalta que la actitud de los viñadores tiene su causa en dos “venenos” : el afán de poseer y la ambición de poder.
Báez, explicó que el afán de poseer es una actitud humana profundamente negativa “la ambición desenfrenada de poseer y de querer tener siempre más. No ponen límite a su voracidad, hasta el punto de que llegan a apoderarse de los bienes que pertenecen a otro (...) nos volvemos egoístas, insensibles, duros, capaces de usar hasta la violencia con tal de conservar y aumentar los propios bienes”, comentó.
Agregó que la ambición es un veneno para la vida humana y para la convivencia. “Estemos atentos cuando nos empezamos a dejar llevar por la ambición de tener y tener cada vez más”, dijo el religioso desde el púlpito en la Iglesia Católica Santa Agatha, en Miami.
Monseñor Báez, continuó hablando sobre la ambición de poder “no somos dueños de ninguna persona ni de ningún pueblo. Cuando en la sociedad el deseo enfermizo de poder se apodera de las personas las puede convertir en auténticos tiranos, que no dudan en convertir en ley sus oscuros y desquiciados deseos a través de regímenes de terror asentados en la agresividad y la violencia”, criticó en su mensaje.
El obispo Báez, compara la viña con el pueblo de Dios, que debe cuidarse “Dios nos ha encomendado la viña(…)no debemos arruinarla con nuestros egoísmos y ambiciones, ni con nuestras violencias y agresividades”, exhortó.
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, lamentó las acciones de quienes lastiman a los pueblos.
“Qué pena que se siga imponiendo en nuestra sociedad la ley del más fuerte, que casi siempre es el más malvado. Qué triste que la historia siga en manos de gente que no piensa más que en hacer sufrir, robar, encarcelar, exiliar o matar.
A pesar de ello, el religioso asegura que a los malvados no se les debe responder con violencia.
“No perdamos la esperanza. No faltarán buenos viñadores que en lugar de devastar, cuiden con ternura; que en lugar de hacerse servir, sirvan a los demás; que, en lugar de expulsar al Hijo, crean en él y lo escuchen. No lo dudemos. La vendimia de mañana será más abundante que las ambiciones y violencias de hoy”, concluyó monseñor.