Padre Marcos Somarriba: “Todo mal tiene sus días contados, y la luz de un nuevo amanecer llegará”
En su homilía de este domingo, el sacerdote Marcos Somarriba, compartió un mensaje profundo sobre la fe, la esperanza y el servicio a los demás, basado en el encuentro entre la Virgen María e Isabel, en el contexto de la opresión romana.
“Los encuentros auténticamente humanos hacen el bien. Los encuentros humanos llenos de falsedad y engaño hacen daño, deshumanizan a la persona, producen tristezas y angustias, dividen a las familias, rompen la unidad familiar y social”, dijo el religioso.
El sacerdote recordó que María, al igual que muchos de los creyentes de hoy, vivió en una época marcada por la violencia y la injusticia. Sin embargo, su respuesta fue de servicio y caridad.
"María, tomando el sendero de la caridad, entra en la casa de Zacarías y saluda a Isabel con un 'shalom', una paz interior que nace del corazón. 'Todo bien conmigo, todo bien contigo, aquí vengo a servirte'", expresó el sacerdote, resaltando cómo el saludo de María, provocó la danza de alegría en el niño Juan Bautista, que aún en el vientre, saltó de gozo.
El sacerdote subrayó que, en un mundo dominado por el egoísmo y el poder mal ejercido, "los encuentros auténticos son para servir y alegrar, no para ofender, humillar o producir dolor".
En medio de las divisiones sociales y familiares, el Padre Somarriba hizo un llamado a la unidad.
"Que este valle de lágrimas pueda ser transformado en el sendero de la alegría, el camino de la familia unida y en paz", expresó el sacerdote, recordando que Dios siempre tiene la última palabra. "La solución a la problemática humana es acoger su palabra, saber escuchar y dar el paso para ir al encuentro de quienes necesitan de nosotros", refrendó el religioso.
En este sentido, hizo referencia a la dignidad de María, quien, en su humildad y fe, cumple el plan de Dios para la humanidad. "El poder de María y de Isabel no radica en la fuerza, sino en la humildad y en la fe profunda en la palabra de Dios", aseguró Somarriba.
Al final de su homilía, el sacerdote recordó a los feligreses que, a pesar de los sufrimientos y las dificultades de la vida, "el bien vencerá al mal. Siempre. Todo mal tiene sus días contados, y la luz de un nuevo amanecer llegará porque Dios lo puede todo".
Además invitó a la comunidad a escuchar la voz de Dios ya actuar en concordancia con su voluntad, recordando que "quien trabaja por la justicia".