Crisis en Nicaragua afecta a más del cincuenta por ciento de Mipymes
Las Mipymes que aún sobreviven han replanteado los métodos de trabajo
La vida de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) se acorta en la medida que se extiende la crisis sociopolítica en Nicaragua, porque su falta de capacidad para sostenerse en medio de las protestas ciudadanas que llevan 103 días, ha hecho que más del 50% de ellas hayan desaparecido, afirman fuentes del sector.
Las Mipymes que aún sobreviven han replanteado los métodos de trabajo. Blanka Callejas, miembro de la Red de Empresarias de Nicaragua, explica que los negocios ligados principalmente a servicios y alimentación han cerrado o reducido al mínimo sus operaciones.
“Las Mipyme en estos tiempo de crisis han tenido que reinventar sus estrategias de ventas, hacer un análisis de costos y gastos, reducir personal y horarios y suspender bonos de incentivos”, dice Callejas.
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Agrega que en el caso de las panaderías, sus propietarios “han optado por mantener los productos líderes y eliminar el surtido”.
En el caso de los establecimientos dirigidos al sector servicio, emigraron de los locales donde funcionaban porque no pueden sostener el costo de la renta y “muchas tiendas han pasado a la venta en línea”.
“En el sector de restaurantes, comiderías, cafeterías, ha habido reducción en los horarios de atención. Asimismo, han iniciado la entrega a domicilio en aquellos lugares que no la tenían”, asegura Callejas.
Informalidad pasa la cuenta
Según datos de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), el 88% de las Mipyme del país están en la informalidad, porque no pagan ningún impuesto, no están inscritos en el Registro Mercantil o el Seguro Social, ni llevan contabilidad formal, lo cual les impide crear un fondo de emergencia y sobrevivir a situaciones como las actuales.
Una de las estrategias del gremio era incentivar la formalidad, para potenciar las relaciones comerciales con grandes empresas y las exportaciones de sus productos. Sin embargo, a partir de diciembre se venían desacelerando las afiliaciones. Pero, en abril y mayo ese comportamiento fue más marcado y, según otras fuentes, difícilmente se recuperarán.
“Toda la inversión que habíamos hecho y los planes de crecimiento que teníamos en nuestros negocios se terminaron. Solo con las deudas nos quedamos y nuestro sustento familiar desapareció”, asevera una pequeña empresaria que salió del país para trabajar y honrar los créditos que obtuvo previo a la crisis.
Las pequeñas empresas (de 1 a 20 empleados) que están en la formalidad representan el 86.67% de las empresas que cotizan al Seguro Social, según el anuario estadístico del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), mientras que la mediana empresa (de 21 a 100 empleados) son el 10% y la gran empresa, con más de 100 empleados, el 3.32%.
Hasta el 2017, las grandes empresas aportaban el 52.16% de los afiliados al INSS, las pequeños el 31.62% y la mediana el 16.2 por ciento.
En el comercio es donde se concentra la mayoría de las Mipyme y, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), entre abril y mayo las actividades registran una caída en afiliados al INSS del 6.11%, bajando de 158,271 asegurados en abril a 148,596 en mayo de este año.
Si comparamos mayo de 2017 con mayo de 2018, la caída de afiliados al INSS de ese sector es del 20%, lo cual deja en evidencia el impacto que marca esta crisis. Economistas y centros de pensamiento han estimado que la afectación más grave es la pérdida de más de 250,000 empleos, la fuga de talento humano a través de la migración y el retiro de la inversión extranjera.
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