Óscar René Vargas: ¿Cómo evaluar la correlación de fuerzas de poder en Nicaragua?

Para medir la correlación de fuerzas de poder entre la oposición real y el régimen Ortega-Murillo es necesario determinar el rango en el que se encuentran ocho factores/categorías que nos permiten medir y conocer a quién favorece, en un momento determinado, la correlación de fuerzas. A continuación, analizamos los ocho factores indispensables para el análisis de la correlación de fuerzas
Oscar René Vargas
Junio 09, 2024 09:44 AM
Óscar René Vargas, Sociólogo y analista político. • Foto: 100% Noticias

“La verdad y las ideas, sin una correlación de fuerzas de poder favorable y sin un contrapoder son como hojas, que se las lleva el viento”. ORVE. 

Evaluar la información, comprender cuándo se debe o no creerla, ser prudente con la información disponible son normas esenciales y elementales, el abecé del pensamiento político sano. El arte de la política es la combinación de la razón, el conocimiento y la inteligencia.

El objetivo de una estrategia radica en ingeniárselas para debilitar al adversario y simultáneamente reforzarse. El análisis de la correlación de fuerza no se centra solamente en una situación determinada en un contexto en el que se produce. La valoración estratégica debe captar hacia dónde se dirige la coyuntura y proponer alternativas para conseguir que la correlación sea favorable a la oposición real. Ninguna coyuntura política es estática.

Hay que tener conciencia que Ortega toma sus decisiones políticas basado en el análisis de la correlación de fuerzas. Para medir la correlación de fuerzas de poder entre la oposición real y el régimen Ortega-Murillo es necesario determinar el rango en el que se encuentran ocho factores/categorías que nos permiten medir y conocer a quién favorece, en un momento determinado, la correlación de fuerzas. A continuación, analizamos los ocho factores indispensables para el análisis de la correlación de fuerzas.

Uno. La posibilidad de aumentar las alianzas con otros sectores, es decir la capacidad para reclutar a otros sectores sociales, políticos y económicos a su lado. Existe la presión de continuar el pacto de Ortega con el Gran Capital buscando cómo aislar a los sectores de la oposición real. Ortega le ha quitado dinero al Estado para favorecer al capital a través de las exoneraciones y otras prebendas. Estratégicamente Ortega es débil por eso la estrategia del movimiento popular debiera de buscar cómo desacoplar a la elite económica del régimen.

El régimen Ortega-Murillo es muy frágil debido a la pobreza de la gran mayoría de los hogares, las cuales hacen malabares para asegurar la alimentación diaria de la familia y por el incremento de la brecha social; por lo tanto, el régimen tiene poco margen para ampliar su base social. La pobreza masiva es aceptada por las elites políticas y económicas. Es decir, el punto fuerte del régimen es su entendimiento con los políticos tradicionales comparsas y su alianza con el Gran Capital; su debilidad es el deterioro social del país.

El cambio estructural y el cambio político requieren de una articulación de esfuerzos, de sensibilidad colectiva, del análisis intelectual, de una sumatoria de actores emergentes para crear un nuevo bloque de poder y una nueva hegemonía que venzan las resistencias internas que permita impulsar las posturas democráticas y progresistas.

Dos. La autoridad estratégica, es decir su capacidad para mantener un curso de acción racional y consistente para alcanzar los objetivos preestablecidos. La dictadura emplea las herramientas represivas y jurídicas para la consecución de su objetivo político, utiliza las leyes como arma para anular y/o destruir las protestas de los movimientos sociales y debilitar a sus adversarios.

La Ley de la Regulación de Agentes Extranjeros forma parte del “paquete” de leyes que el régimen Ortega-Murillo implementa para permanecer en el poder, como la Ley del Ciberdelitos que castiga cualquier información que el régimen considere como amenaza; la Ley de Defensa del Pueblo a la Independencia que limita las candidaturas a cargos de elección popular; la Ley estableciendo la cadena perpetua por “crímenes de odio” sin especificar en consiste y una reforma legal a las Leyes penales para que las personas permanezcan en prisión hasta por tres meses sin juicio de por medio. Por último, la reforma de la Ley 842 para proteger a los sancionados que busca cómo doblegar al capital financiero. Todas estas leyes tienen el objetivo de garantizar la continuación en el poder de la dictadura más allá del 2026.

Estas leyes son facetas de la misma política contra todas las actividades independientes de los ciudadanos, contra la libertad de expresión y la divulgación de opiniones críticas con el régimen y contra todos los intentos de formar una oposición política mayoritaria frente a la dictadura Ortega-Murillo.

Tres. La capacidad para proyectar sus valores, su discurso y cultura en la sociedad nicaragüense. El deterioro del discurso del régimen se incrementó al negar ayuda médica y humanitaria a los opositores tanto en durante la rebelión 2018, la pandemia y los huracanes. Sin embargo, el control de la gran mayoría de los medios de comunicación de televisión y radiales le permite transmitir, todos los días, su discurso para convencer a la población de la justeza de su posición.

Cuatro. La pericia militar, es decir la capacidad para disuadir/controlar a las fuerzas militares, policiales y paramilitares para que permanezcan favorables al régimen. Este ha sido el factor principal que ha utilizado la dictadura para neutralizar/destruir a los movimientos sociales y tener a su favor la correlación de fuerzas. No hay que olvidar que el Ejército controla un sistema económico complejo lo que lo hace dependiente de los favores del dictador.

Pienso que los mandos superiores del Ejército harán todo lo posible por mantener el “status quo”, no renunciará a los beneficios económicos, privilegios e inmunidad que obtiene con su alianza con la dictadura. El miedo de un cuestionamiento de este lucrativo sistema por parte de un gobierno democrático preocupa al Ejército mucho más que las sanciones desde el exterior. El Ejército no impulsa ninguna distribución del actual poder político y está a favor de las actuales estructuras del poder.

El juego del poder interno del alto mando del Ejército es una estructura tan opaca que es difícil identificar sus secretos y dinámicas internas. La ideología y visión del mundo de altos oficiales siguen guiándose por los hitos y mitos de la revolución de 1979 y defienden el lugar primordial que tienen en la distribución del poder y de los excedentes económicos.

Cinco. La habilidad económica (su capacidad para mantener el crecimiento del PIB dentro de la crisis sociopolítica). La fusión de los intereses del régimen con los sectores dominantes de la economía alcanzó niveles sin precedentes permitiendo el surgimiento de la dictadura Ortega-Murillo. Sin embargo, el empobrecimiento de la mayoría de la población ha transformado el tema económico es un talón de Aquiles para el régimen.

La contribución de Ortega al surgimiento de nuevos millonarios consistió en dar luz verde al enriquecimiento inexplicable tanto de la nueva y la vieja oligarquía. La consecuencia de esto ha sido el incremento de la desigualdad de ingreso entre “los de arriba” y “los de abajo”, lo que crea una situación socialmente explosiva. La corrupción se ha transformado como un elefante en la sala de estar. Todos lo ven, lo sienten y se mueve en la habitación. Pero los poderes fácticos fingen no verlo, ni sentirlo y simulan que no estorba. Prefiere eludir el tema. Fingir que no pasa nada y que las cosas sigan su rumbo. Sin embargo, la corrupción se hace, cada día, más evidente repercutiendo negativamente en el régimen.

Seis. La influencia mediática sería su capacidad para obtener el apoyo de grupos claves de los medios de comunicación. Cuanto más se conoce internacionalmente las violaciones cotidianas de los derechos humanos en Nicaragua, más se preocupa Ortega-Murillo por el flujo de información generada por el periodismo independiente, de ahí la persecución contra los medios y periodistas independientes.

El flujo de información simplemente debilita los intereses centrales de la dictadura: permanecer en el poder indefinidamente. Esto llevó a la dictadura a promulgar las cinco leyes (ciberdelitos, cadena perpetua, regulación de agentes extranjeros, inhibición política por ley a los opositores y protección de los sancionados), lo que creó un efecto “boomerang” negativo a sus intereses, incrementando aún más su aislamiento internacional.

Siete. Desde abril de 2018 a la fecha, el factor internacional ha sido el punto más débil de la dictadura Ortega-Murillo. De manera reiterada los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea presionan al régimen para que restablezca los derechos humanos. Por otro lado, la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y diversas organizaciones internacionales y nacionales han señalado las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos en Nicaragua.

La falta de proyecto nacional democrático de parte de la dictadura se traduce, entre otras cosas, en una manifiesta debilidad internacional, porque la política exterior no es más que una extensión de la interior. Sin embargo, esta fragilidad no ha sido plenamente aprovechada por la carencia de un contrapoder de parte de la oposición.

Aplicando el análisis de la correlación de fuerzas, Ortega tiene conciencia que la crisis actual son cinco crisis (económica, política, social, ambiental e internacional) en una, las que pueden generar un “cisne negro”; es decir, un hecho inesperado puede producir un maremoto sociopolítico. Es decir, cualquier falla en el sistema se puede multiplicar como las réplicas de un terremoto que se expanden a las diferentes instituciones estatales produciendo una crisis generalizada, una implosión.

Ocho. El aparato de seguridad y espionaje ha sido una de las herramientas utilizadas por el régimen Ortega-Murillo. La lucha política no se gana solamente en la correlación de fuerzas en las calles, sino también en el resbaladizo mundo del espionaje y contraespionaje. Ortega tiene agentes infiltrados en el seno de la oposición, que le dan información de primera mano de sus tácticas, lo cual le permite utilizarla en su beneficio político y/o económico. Por otro lado, la falta de experiencia en la lucha clandestina de los principales líderes de los movimientos sociales se traduce en la incapacidad de creer y entender algo que no confirme sus prejuicios e ideas.

También las actividades de los informantes de Ortega se centran en detectar las actividades de posibles simpatizantes de la oposición al interior del régimen. Aunque los impactos de los órganos de inteligencia del régimen suelen ser tácticos, pueden llegar a ser estratégicos dependiendo de la importancia del informante y la calidad de la información.

Otra actividad desarrollada es la acción generalizada de piratería informática por medio de la cual capta información reservada, incluidos aspectos como el seguimiento de los movimientos de los líderes opositores.

Al mismo tiempo, los agentes de Ortega desinforman al liderazgo opositor inventando historias, creando ficciones, incredulidades y dudas, produciendo efectos tan diversos como tristeza, desolación o incluso repugnancia. Es decir, promueven la utilidad de lo inútil para confundir y empobrecer el análisis del adversario.

Conclusiones

a)    Detrás de estos ocho factores debe buscarse el problema central: la decadencia generalizada de las burocracias del partido de gobierno y del Estado. Lo que más le preocupa a la “nomenclatura” orteguista es que la corrupción y el enriquecimiento ilícito queden al descubierto. El tema de la corrupción y su impunidad es otro factor negativo del régimen.

b)    Hay muchos políticos tradicionales, empresarios y servidores públicos ligados a la corrupción. Esto quiere decir, que el nivel ético-moral de la elite dominante ha descendido. La elite política y económica enquistada en la cúpula del poder hace negocios enormes al amparo del poder. La elite en el poder con el dinero ilícito procedente del tráfico de drogas y otras fuentes logran corromper y tener relaciones mafiosas con el sistema judicial y el dinero.

c)    La corrupción se ha convertido en la segunda naturaleza de los políticos tradicionales y del empresariado que no paga impuestos constituyendo en una mafia que controla al Estado. Los pequeños corruptos sostienen al gran corrupto. La lucha contra la corrupción se estrella con la sombra de la impunidad fomentada por el régimen. Es necesario transformar la lucha contra la corrupción en un eje de lucha contra la dictadura. Los que apoyan y votan a los ladrones son cómplices.

d)    Las elites políticas y económicas tradicionales tienen miedo de enfrentar el futuro, tienen miedo de ver el futuro. No quieren ver la verdad, no les gusta la verdad. Ortega también tiene miedo del futuro. Las drogas que promueve el régimen para insensibilizar/adormecer a la gente es la resignación y la ausencia de memoria histórica. Por la falta de memoria, la historia de Nicaragua se ha repetido muchas veces, se pudiera escribirla/sintetizar en una hoja.

Un análisis de estos distintos factores/capacidades permite comparar la correlación de poder integral de ambas fuerzas sociopolíticas: el régimen y la oposición real. Ello implica poner en la balanza no sólo sus respectivos niveles de poder duro y poder suave, sino también sus capacidades de innovación y su consistencia de propósito en la persecución de sus objetivos.

La oposición tiene que tener conciencia que la gran mayoría de la población ha pasado de la edad sin libro y del analfabetismo funcional a la época de la televisión e internet. Sin saber escribir, sin leer, sin pensar no se puede cambiar la realidad. Para triunfar la rebelión social pacífica tiene que contar con el apoyo de la mayoría de la gente. La lucha política también es pedagogía.

La “salida al suave” implica pasar de una dictadura a un gobierno “democrático” sin pagar por las barbaridades realizadas por el régimen Ortega-Murillo y sus aliados. La gran mayoría de la población no tiene un concepto claro de la democracia. Básicamente la democracia sirve para elegir a nuestros gobernantes, controlar su ejercicio y despedirlos cuando proceda.

Las cúpulas de los poderes fácticos políticos y económicos se resisten a romper con la figura de Ortega que ha consumado la degradación del país. Los partidos tradicionales han sido defensores de mantener el mismo sistema político-económico con algunos cambios cosméticos. Desde el 2007 ellos aprobaron el pacto público-privado de Ortega y el gran capital.

La lucha iniciada en Abril de 2018 es por la construcción de una nueva hegemonía y por la conformación de un nuevo bloque de poder La contribución de Ortega al surgimiento de nuevos millonarios consistió en dar luz verde al enriquecimiento inexplicable tanto de la nueva y la vieja oligarquía. La consecuencia de esto ha sido el incremento de la desigualdad de ingreso entre “los de arriba” y “los de abajo”, lo que crea una situación socialmente explosiva.

Las fuerzas políticas y sociales que empujan hacia adelante enfrentados a la dictadura y a sus aliados que, instaladas en el pasado, presentan serias resistencias al cambio y niegan el cambio generacional para seguir monopolizando el poder absoluto.

Al cambiar la correlación de fuerzas de manera negativa en su contra, las dictaduras suelen acabar no con un gemido/lamentación de los políticos fácticos tradicionales sino con un fulminante estallido social como culminación del proceso de implosión.
 

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