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Alfredo Gutiérrez: ¿Qué esperar de las elecciones en Venezuela?

Ciertamente las elecciones de este veintiocho de Julio en Venezuela ha develado muchas tesis y escenarios

Julio 26, 2024 09:47 AM
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Alfredo Gutiérrez: ¿Qué esperar de las elecciones en Venezuela?
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Alfredo Gutiérrez

El heredero del creador del socialismo del siglo veintiuno, Nicolás Maduro, finalmente se acerca al borde del precipicio de su criminal y delincuencial régimen.

Está aún por verse si el gorila sureño terminará desbocado en el barranco político al que se ha expuesto, o si, como es costumbre en todos estos regímenes de izquierda, alteran la voluntad popular e intentan sostenerse fraudulentamente en el poder.

Ciertamente las elecciones de este veintiocho de Julio en Venezuela ha develado muchas tesis y escenarios.

Primeramente hay que decir que, a pesar de que Venezuela sufre un régimen cuyo modelo socialista coarta las libertades individuales, el que ha asesinado a centenares de sus ciudadanos, generado la mayor crisis de migración humana en la historia de Latinoamérica y, ya no digamos, ha destruido la capacidad productiva y económica de Venezuela, contra todo pronóstico, ha permitido una endija de juego democrático, permitiendo que exista oposición pública y que esta haga proselitismo político a lo largo y ancho de la nación suramericana.

Mas importante es aún la sabiduría, la astucia y la estrategia política con que la oposición venezolana ha jugado a esa endija.

La máxima expresión de la oposición y, legítima representante de la misma, ganada a pulso en las primarias de la oposición de Venezuela, María Corina Machado, junto a un formidable equipo político, han sabido inteligentemente sortear todas y cada una de las artimañas del régimen de Nicolás Maduro.

Desde inhibiciones, restricciones de movilización de sus cuadros políticos y hasta cárcel para muchos de los mismos son apenas algunos de los medios delincuenciales y antidemocráticos que el sistema les ha impuesto.

A pesar de los innumerables boicots al juego democrático electoral, algo no está saliendo como planeado para los arquitectos del proceso eleccionario venezolano.

En la antesala de la fecha cúspide, el chavismo ha mostrado diversos síntomas no solo de preocupación y alerta ante los inminentes resultados electorales, sino que ha incrementado sus medidas que son una indudable seña del plan fraudulento.

Maduro amenaza con baño de sangre si el chavismo pierde, retira invitaciones a observadores electorales internacionales, reacciona inclusive desmedida y radicalmente con algunos de sus propios aliados ideológicos regionales.

El General Padrino hace unas declaraciones que, en lugar de generar certidumbre, son prácticamente una abierta y directa amenaza a la oposición para que de antemano acepte los resultados, sean asi mediana o monstruosamente fraudulentos.

Se ha planteado diversamente que el proyecto electoral venezolano no solo se había diseñado para orquestar una enorme farsa de cara a la comunidad internacional sino que también como parte de un plan diseñado por el Foro de Sao Paolo con el objetivo de defender hasta las últimas consecuencias a su principal benefactor y base política de la América del Sur.

Considerando los últimos acontecimientos, al menos públicos, de parte de miembros activos del Foro de Sao Paolo y firmes aliados tradicionales de Maduro como son Lula de Brasil, Fernández de Argentina, Petro de Colombia y Boric de Chile, todo hace apuntar a que muy probablemente el plan de fraude electoral ha sido más bien diseñado desde Cuba con la especial y muy puntual coparticipación de los Ortega Murillo de Nicaragua, ya que los cubanos, a pesar de ser ciertamente el principal germen de la expansión izquierdista en Latinoamérica, carecen completamente de experiencia en asuntos electorales y en cómo alterar la voluntad popular en un juego electoral que al menos se dibuja bajo estándares acercados a las normas internacionales.

El expertise en fraudes electorales del sandinismo

Los sandinistas en Nicaragua tienen una larga trayectoria en la alteración de la voluntad popular y con el fin de tratar de dar una guía de lo que acontece en Venezuela y sucederá posteriormente a las elecciones de este próximo Domingo 28 de Julio, proporcionamos algunas acciones implementadas por el sandinismo en Nicaragua.

Así pues, sucedió primero en 1990, cuando a pesar de que los resultados electorales les fueron completamente adversos al sandinismo y, que se vieron irremediablemente obligados a aceptar su pérdida debido a la estrepitosa caída del principal sustento de los sandinistas, la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), bajo una serie de irregularidades e imposiciones a manu militari, alteraron sustancialmente resultados que les proporcionaron una cantidad adicional de diputados que no les correspondían.

Luego, en el año dos mil siete, el proceso electoral nacional no logró contar con la trasparencia que correspondía debido a la eliminación en el conteo de al menos el ocho por ciento de los votos, mismos que provenían de zonas geográficas con comportamiento sociológico, estadístico y tradicional de oposición al sandinismo.

La corona de oro en el inicio de la formalización de los recurrentes fraudes electorales se llevó a cabo en el proceso electoral municipal del año dos mil ocho, en el cual la oposición logró documentar con una contundencia envidiable el detalle de cómo se llevó a cabo dicho robo electoral.

Luego el frente sandinista continuó perfeccionando sus fraudes en las subsiguientes elecciones de los años dos mil once, dos mil doce, dos mil dieciséis y diecisiete.

Las elecciones últimas del dos mil veintiuno culminó con el encarcelamiento arbitrario de todos los precandidatos electorales opositores y su obligada salida de la “contienda electoral”, así como también la cárcel para una enorme cantidad de liderazgos políticos antisandinistas y empresarios privados. En todos esos procesos, exceptuando el del dos mil veintiuno, la oposición contaba con una pequeña endija para organizarse en partidos políticos, hacer proselitismo político y brindar declaraciones públicas con discursos críticos a la administración sandinista.

No obstante, esas pequeñas endijas se veían constantemente amenazadas por la violencia de las fuerzas para políticas sandinistas que acechaban y atacaban las expresiones públicas de los opositores, así como medidas intimidatorias provenientes del régimen sandinista contra periodistas independientes y creadores de opinión.

En la elección del año dos mil once, diversos líderes liberales de oposición fueron asesinados por motivos políticos.

Entre los diversos eslabones para ejecutar cada uno de los fraudes electorales, el sandinismo tomó, entre muchas mas, las siguientes medidas:

1- Alteró el padrón electoral, negándose a su depuración para dar de baja a fallecidos, pero también inflando el mismo con homónimos, así como cedulando a menores de edad pertenecientes a familias tradicionalmente sandinistas.

2- Modifícó el padrón electoral entre activo y pasivo, con lo cual trasladaban al padrón electoral pasivo a miles de votantes anti sandinistas.

3- Modificaron la designación de Juntas Receptoras de Votos de miles de ciudadanos opositores, abruptamente cambiándolos de su tradicional centro de votación hacia otros muy distantes a su lugar de residencia.

4- La normalización de amañadas resoluciones electorales emanadas desde el Consejo Supremo Electoral (CSE) con directrices arbitrarias, inconsultas, restrictivas para la oposición y que favorecían a el partido sandinista.

5- Un laberinto de retrasos y manipulación de los listados de fiscales electorales partidarios de oposición, obstaculizando inclusive la entrega de las credenciales de ley para que dichos fiscales pudieran llevar a cabo sus funciones fiscalizadoras.

6- La creación de la figura Coordinador de Centro de Votación, dejando los coordinadores en manos de afiliados y militantes del partido sandinista.

7- No aceptación de ingreso de fiscales opositores a los centros de votación, así como expulsión arbitraria de centenares de ellos de sus respectivas juntas receptoras de votos.

8- Como resultado de la documentación del fraude electoral del dos mil ocho, el que se sustentó principalmente con actas en mano, el sandinismo a través del Consejo Supremo Electoral (CSE), impulsó una nueva resolución para entregar a la oposición la última copia de las actas manuscritas en las cuales la calidad del carbón no lograba que los datos de la acta original pasaran a las restantes copias.

9- Se procedió a realizar conteo de preferencias electorales diferentes a las plasmadas en las boletas electorales, convirtiendo votos de la oposición hacia los candidatos sandinista, hechos consumados en las Juntas Receptoras de Votos en las que no permitieron la presencia de fiscales opositores, pero también en JRV’s en las cuales se tenían fiscales opositores pero que eran directamente amenazados junto a sus familiares.

10- Se cambiaron expedientes electorales completos en los Centros de Cómputo, eliminando expedientes que venían con resultados favorables a la oposición, reemplazándolos por expedientes que beneficiaban al partido sandinista.

11- Alteración de actas electorales en los centros de cómputos, imprimiendo tinta blanca sobre los resultados originales y reescribiendo los resultados con cifras de votos a favor de la opción sandinista.

12- El registro en los sistemas de cómputo de conteo de votos diferentes a los que las actas originales no alteradas registraban.

13- Retrasaron la publicación de “resultados electorales”, desactivando (botando) la página web del Consejo Supremo Electoral (CSE) mientras alteraban y ajustaban la alteración numérica de las votaciones.

14- Eliminación de resultados electorales por Junta Receptora de Votos (JRV) en las publicaciones digitales del Consejo Supremo Electoral (CSE).

15- No aceptación de procesos de impugnaciones, tanto en las Juntas Receptoras de Votos como en los Consejos Electorales Municipales y/o Departamentales.

16- Impuso una reglamentación absolutamente política y restrictiva a la Observación Electoral Internacional de países con larga y fuerte tradición democrática.

17- Habilitó a Observadores Electorales Internacionales ideológicamente afines al partido sandinista y comprometidos con refrendar públicamente los resultados fraudulentos de las diversas elecciones.

Así mismo, el sandinismo tomó control de las magistraturas electorales, pero también introdujo la figura de comisionados políticos en las diversas direcciones tanto nacionales, departamentales y municipales del Consejo Supremo Electoral (CSE).

Durante este proceso de implementación de todas estas y otras medidas, el Frente Sandinista compró voluntades mediáticas imponiendo por medio de ellos una narrativa cuyos objetivos eran, además de desacreditar a la oposición liberal, también llevaba como elemento principal la destrucción de la credibilidad social en el mecanismo de elecciones democráticas y libres, vendiendo el sistema electoral democrático como obsoleto, desfasado e inútil.

De igual forma, en línea con esos objetivos, el sandinismo adquirió una serie de “líderes” liberales por medio de la compra económica de conciencias y/o bajo amenazas particulares. 

Inminente escenario electoral en Venezuela 

Tomando como punto de partida cómo se ha venido desenvolviendo el proceso electoral venezolano, las diferentes alteraciones que se han realizado a los estándares internacionales en la materia, así como la inescrutabilidad del sistema de cómputo, sumando a eso la implementación de varias o muchas de las medidas de la escuela electoral sandinista, también hay que exponer sobre la mesa no solo esos elementos, sino que otros que, aunque no corresponden a la parte meramente estructural del sistema electoral, tiene un componente político poderoso que obliga a decisiones políticas específicas de parte de la cúpula chavista.

La República Bolivariana de Venezuela, desde los años del padre de la revolución del siglo veintiuno, inició un proceso de acercamiento y alianzas con la Cuba de Fidel Castro.

Esas alianzas, además de chupar los hidrocarburos en beneficio de la nomenclatura política cubana, tuvo como contraparte el envío de miles de militares cubanos a Venezuela, el entrenamiento de dichas fuerzas castrenses por fuerzas militares cubanas y, la introducción de un férreo sistema de espionaje político dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas, todo diseñado e implementado por los militares e inteligencia cubana.

Como resultado de esos largos años de “instrucción” militar cubana, el ejército de Venezuela se ha transformado de una fuerza militar soberana, a un ejército político de izquierda, convirtiéndose en un vivo apéndice del cubano.

Así mismo y de forma paralela, el Gobierno de Hugo Chávez inició y dejó listo previo a su deceso, diversos convenios de asistencia militar con Rusia.

Además de igualmente de contar con adiestramiento militar, también estos involucraron el avituallamiento del ejército venezolano de bienes rusos. Varios de esos acuerdos otorgaron al ejército de Venezuela con maquinaria y equipamiento militar ruso.

Parte de esos acuerdos llevaron a la instalación de fábricas de manufactura de armamento ruso en Venezuela, con el fin de producir fusiles Kalashnikov (AK-47) para consumo del ejército venezolano pero también para su exportación al resto de Latinoamérica. Muchas de esas armas finalmente también han llegado a manos de fuerza irregulares de Colombia, así como a diversos y poderosos grupos de narcotraficantes.

El actual régimen madurista ha establecido alianzas y convenios militares con Corea del Norte, por medio de los cuales negociaron la apertura de una fábrica de drones en Venezuela.

Fuera del ámbito militar, el chavismo estableció fuertes relaciones con la China Comunista, convirtiéndose China en la principal fuente de financiamiento del Estado Venezolano, quedando las reservas petroleras y de minerales empeñados ante dicha potencia. Igualmente, el Gobierno de Nicolás Maduro decidió convertirse en un aliado geo estratégico de China Comunista, estableciendo diversos convenios políticos que convirtieron las relaciones diplomáticas entre ambas naciones en una poderosa alianza estratégicos regional contra la tradicional hegemonía norteamericana en la región.

Por otro lado, adicionalmente a esos elementos de índole diplomático-militar-económicos, también se debe agregar que el régimen de Nicolás Maduro no corresponde al modelo tradicional occidental en el cual el Presidente es autónomo y soberano de las cúpulas partidarias, en este caso, Maduro es el eslabón representante de la nomenclatura política del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cuya dirigencia determina mayoritariamente sobre las mas importantes decisiones políticas de Venezuela y el Presidente Maduro se convierte en la caja de resonancia y ejecutor de los mandatos partidarios.

En otro ámbito que se encuentra fuera de lo tradicional y que igualmente se constituye una fuerte presión sobre las decisiones políticas internas en Venezuela se encuentra la influencia del narcotráfico.

Ha sido ampliamente denunciado y demostrado que la clase política del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), al menos varios de su máxima dirigencia, son parte del denominado Cartel de los Soles. Desde esa plataforma criminal, Venezuela produce pero principalmente se convierte en puente en el trasiego de psicotrópicos que fundamentalmente tienen como destino final los Estados Unidos.

Las fortunas que el narcotráfico producen no solo constituyen un elemento que contribuye a la economía local venezolana, sino que más importante aún, tal poder del dinero sucio compra estructuras de poder político completas, de las que no se pueden excluir tampoco a la casta militar y diversos cuadros intermedios.

Pero además, para el régimen chavista, el narcotráfico representa una forma de combatir a los Estados Unidos enviando sustancias que no solo dañan la juventud y sociedad norteamericana en sí, sino que también en un problema de flujos de lavado de dinero que ingresan a la nación del Norte.

Todos estos elementos conjugados representan compromisos especiales y poderosísimos que obligan al Estado Venezolano a mantenerse en línea con semejantes acuerdos y convenios.

El Estado Venezolano, como consecuencia de la profundidad de todos esos convenios y acuerdos, se encuentra en un estado de entrega completa a la voluntad individual y/o colectiva de dichas naciones. Por consiguiente, la soberanía venezolana es no mas existente y es completamente dependiente de los mandatos fundamentalmente de Cuba, Rusia y China Comunista.

Ante tales condiciones, no nos es difícil intuir que los resultados electorales próximos serán ilegalmente modificados y alterados con el objetivo de intentar cerrar el camino del ascenso político opositor al Gobierno de Venezuela. Sin embargo, a pesar de todos estos elementos, para suerte de Venezuela, el liderazgo opositor, fundamentalmente de María Corina Machado, ha logrado despertar la movilización popular y, han logrado mantener la presencia popular en las calles de los pueblos y ciudades de Venezuela.

Ante la inminencia de un atraco electoral al pueblo venezolano, la única, pero igualmente costosa forma para enfrentar el fraude y la consecuente permanencia en el poder del chavismo, es imperativa la ininterrumpida movilización popular, misma que debe fortalecerse el mismo Domingo veintiocho de Julio, convocándose los venezolanos en las afueras de todos los centros de votación y, mantenerse activa y simultáneamente en las calles de las ciudades y poblados, de forma permanente, demandando resultados electorales ajustados a la voluntad y soberanía popular, sin desistir hasta que el régimen no tenga otra opción mas que dimitir.

Elemento clave en esta fase es que la oposición debe lograr documentar con firme evidencias el fraude electoral, en todas sus fases, desde las violaciones de los derechos políticos, pasando por la alteración de las votaciones en todas y cada una de sus partes, como también de las violentas reacciones que ejerza el régimen chavista.

Siguiendo el guión de fraudes electorales sandinista de Nicaragua, el régimen no dará curso a las denuncias opositoras, por lo que la oposición tiene que tener establecido todo un sistema de difusión masiva de todas las pruebas del fraude electoral de tal forma que no exista la mas mínima posibilidad de que el régimen logre imponerse con una narrativa diferente, alejada de los acontecimientos y alineada con sus intereses fraudulentos y de permanencia en el poder.

Indudablemente que el régimen de Maduro debe tener todo un plan de contingencia de sus fuerzas paramilitares (mejor conocidos en Venezuela como colectivos), los que llevarán la misión de aplacar a cualquier costo el éxito de cualquier movilización popular opositora. En contraste, la dirigencia opositora venezolana, como fuerza conductora del cambio y la movilización, debe permanentemente acompañar a la ciudadanía venezolana en dichas movilizaciones y coordinarse eficientemente entre ellos.

Así mismo, después de semejante muestra cívica que los venezolanos han mostrado durante los últimos meses, en los cuales se han logrado manifestar por centenares de miles en contra del chavismo; después de haber los venezolanos enseñado su firme e irreversible convicción de cambio, no cabe vacilación alguna de parte de la comunidad internacional, de los países democráticos y defensores de las libertades, así como de los diversos organismos políticos multilaterales.

Estas naciones y organismos tienen no sólo la responsabilidad sino que también la obligación de hacer que se respete la soberanía popular venezolana y no permitir que se consume un monstruoso fraude electoral en Venezuela.

Si la comunidad internacional le falla a Venezuela, la radicalización del modelo político chavista traerá funestas consecuencias no solo para la pérdida total de las libertades en dicha nación, sino que igualmente graves consecuencias para los países democráticos del Hemisferio Occidental.

El autor, Alfredo Gutiérrez, es un político liberal, Dirigente Liberales Nicaragua. Ex Candidato Alcaldía de Managua.
Ex Concejal Alcaldía de Managua. Ex Diputado Liberal. 

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