Félix Maradiaga: Democracia Venezolana Bajo Ataque y el Silencio Internacional
La comunidad internacional debe tomar nota de esta amenaza y actuar de inmediato. No basta con expresar preocupación; es necesario proteger a Edmundo González Urrutia, quien fue elegido legítimamente por el pueblo venezolano
Félix Maradiaga
El 2 de septiembre de 2024, la Fiscalía General de Venezuela emitió un documento que solicita una orden de aprehensión contra Edmundo González Urrutia, el legítimo presidente electo de Venezuela. Esta solicitud, dirigida a un tribunal especializado en delitos de "terrorismo", acusa a González Urrutia de una serie de delitos graves, entre ellos usurpación de funciones, forjamiento de documentos públicos, instigación a la desobediencia de las leyes, conspiración, sabotaje y asociación ilícita. Estas acusaciones no son más que un pretexto, una cortina de humo fabricada por la dictadura de Nicolás Maduro con el único propósito de silenciar la voluntad del pueblo venezolano.
Este no es un incidente aislado. Las acciones de Maduro reflejan claramente las tácticas represivas empleadas por Daniel Ortega en Nicaragua, donde se arrestó y silenció a los candidatos de la oposición en las elecciones de 2021. En aquel entonces, Ortega desmanteló cualquier posibilidad de competencia democrática al encarcelar a todos aquellos que osaron desafiar su poder. Maduro, en un intento desesperado por perpetuarse en el poder, ha decidido seguir el mismo guion. Pero este no es solo un ataque contra un hombre o un grupo político, es un ataque contra los principios fundamentales de la democracia y los derechos humanos.
En carne propia, conozco estas tácticas. Fui víctima de una persecución similar en Nicaragua, cuando fui acusado falsamente, encarcelado y despojado de mi libertad. La historia se repite en Venezuela, y no podemos, no debemos, quedarnos callados. Porque el silencio en este momento crucial no es solo complicidad, es una traición a todos aquellos que luchan y arriesgan sus vidas por la libertad.
La comunidad internacional debe tomar nota de esta amenaza y actuar de inmediato. No basta con expresar preocupación; es necesario proteger a Edmundo González Urrutia, quien fue elegido legítimamente por el pueblo venezolano. Si el mundo libre permite que Maduro siga el mismo camino que Ortega, estará enviando un mensaje claro a los dictadores de todo el mundo: la represión funciona, y la comunidad internacional no hará nada para detenerla.
¿Qué mensaje se le estaría enviando a quienes luchamos por la libertad de Nicaragua frente a la tiranía de los Ortega-Murillo? ¿Qué pensarán aquellos valientes del movimiento San Isidro en Cuba, que salieron a las calles en julio de 2021 buscando libertad? ¿Cómo responderán los disidentes en Hong Kong, que se enfrentan diariamente a la represión del régimen chino, o la oposición en Bielorrusia, que lucha contra la dictadura de Lukashenko? La inacción no es solo peligrosa; es una sentencia de muerte para la democracia en todas partes.
Los dictadores usan estas tácticas porque saben que les están funcionando. Debemos detener esta marea de autoritarismo antes de que sea demasiado tarde. No se trata solo de Venezuela; se trata del futuro de la democracia y de la esperanza de millones de personas en todo el mundo que sueñan con un mañana libre y justo. La comunidad internacional no puede, bajo ninguna circunstancia, permitir que esta violación flagrante de los derechos humanos y los principios democráticos quede impune. La elección del pueblo venezolano debe ser respetada, y los defensores de la democracia deben ser protegidos. El tiempo de actuar es ahora.
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