Miguel Mora: Crónica de una derrota esperada
En la política no hay sorpresas solo sorprendidos.
¡Qué barrida histórica la de Donald Trump en estas elecciones en Estados Unidos!.
Su victoria deja muchas lecciones, con un claro ganador y una larga lista de perdedores.
¿El gran ganador? Para mi es el pueblo norteamericano, que decidió masivamente, libre y en democracia, a quién quería al mando.
¿Y los perdedores?
Bueno, aun están en shock, es una larga lista y se preguntan como paso esto?.
Primero, vamos a la autocrítica los medios.
Sí los grandes medios progresistas que, por tercera vez, se volcaron contra Trump.
Le dieron con todo: en debates, análisis, portada incluso cuando las matemáticas ya apuntaban a su victoria.
Se resistían a darle el triunfo, aunque él no solo ganó el voto electoral, ¡también el popular!.
Los periodistas también tenemos que aprender algo de esto.
A veces, no es que nos equivoquemos por error, sino por decisión, muchas veces nos desconectamos de la realidad de lo que siente el pueblo en la calle. Informamos lo que quisiéramos que sea cierto, y eso nos juega en contra.
Por eso no es sorpresa que los directivos de grandes medios como The Washington Post, The New York Times, CNN, ABC, NBC y CBS se encuentren hoy en reuniones de crisis, preguntándose: ¿qué estamos haciendo mal? ¿Cómo es posible que hayamos perdido la influencia que en otras épocas fue casi incuestionable?.
Las décadas doradas del periodismo norteamericano parecen lejanas, y en su lugar, hoy vemos una audiencia que busca información fuera de los canales tradicionales.
La pérdida de confianza y relevancia de estos gigantes mediáticos es un tema serio para ellos, y no cabe duda de que vendrán grandes cambios.
La pregunta es si lograrán los medios adaptarse a una realidad donde el control de la narrativa ya no les pertenece exclusivamente o cederán aún más terreno a las redes sociales y a las plataformas independientes.
La industria del periodismo en Estados Unidos está en un momento crítico, y los ajustes que hagan en los próximos años definirán su futuro.
En este contexto, los grandes ganadores en el mundo de las redes sociales fueron sin duda Twitter, ahora conocido como X, y YouTube.
Durante esta época de desconfianza en los medios tradicionales, la gente se refugió en estas plataformas para encontrar una visión alternativa, una información que sintieran más cercana a su realidad.
Es allí donde el público ya no solo consume, sino también crea y comparte sus propias noticias.
Ahora cualquier usuario puede tomar su teléfono y convertirse en reportero, compartiendo su perspectiva de los hechos en tiempo real.
Esto ha abierto una puerta a una pluralidad de voces y una inmediatez que antes estaba reservada solo para los grandes medios.
Así, Twitter y YouTube se han convertido en verdaderos espacios de comunicación y debate, donde la gente encuentra una forma de expresión y acceso a información sin filtros.
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Siguen en la lista de perdedores las encuestadoras. Otra vez, no vieron venir la ola roja que barrió con el muro azul.
Fallaron en pronosticar el control del Senado, la Cámara Baja y muchas gobernaciones.
El movimiento progresista, grupos LGBTQ, los pro abortos y la agenda globalista también sintieron el golpe.
Otro gran perdedor, sin lugar a dudas, el numero uno, son los inmigrante indocumentados.
Estamos hablando de más de 18 millones de personas que ya están en Estados Unidos, y millones más que están en camino o planeando hacer el arduo viaje hacia el norte, con la esperanza de empezar de nuevo en una ciudad estadounidense.
La situación se les pone cuesta arriba.
Todo apunta a que el programa de parole será cancelado, y las solicitudes de asilo serán cada vez más limitadas.
Antes de iniciar deportaciones masivas, Trump se ha propuesto cerrar la frontera sur con un “muro de hierro”.
La idea es poner un freno contundente a la migración ilegal y, según su lógica, es trasladar la presión a los países de origen para que enfrenten sus propias crisis.
Duras medidas que los Norteamericanos consideran son necesarias por la ola cada vez mas masiva de inmigración.
Así que, quienes soñaban con cruzar esa frontera para cambiar su destino, ahora se enfrentan a una realidad mucho más dura y restrictiva.
En estas elecciones el triunfo de Trump no solo representa una victoria política, sino también un gran logro para la comunidad cristiana en Estados Unidos.
Tanto evangélicos, protestantes como católicos ven en él a un presidente que defiende sus principios y valores fundamentales.
Para muchos, esta elección tiene un matiz casi profético.
Quiero resaltar la sorprendente predicción del pastor Brando Biggs, quien en marzo de este año afirmó proféticamente que Trump sufriría un atentado.
Incluso detalló que el ataque sería por disparos y que una bala provocaría sangrado en su oído derecho.
Pero eso no fue todo: también predijo que una “ola roja” surgiría desde los Estados azules, asegurando la futura victoria del candidato republicano.
Si les suena increíble, les invito a que vean el video que enlazaremos en este articulo, para que puedan juzgar ustedes mismos.
Según muchos creyentes, esta predicción se cumplió al pie de la letra, lo que alimenta la idea de que Trump está destinado a cumplir un propósito especial.
En cuanto a las dictaduras en América Latina, estaban cruzando los dedos para que todo siguiera igual en Washington, para mantener sus negocios con el “imperio” y seguir haciendo de las suyas sin que nadie las moleste aunque critican públicamente a los EEUU ¡como aquel dicho de beberse la leche mientras maldicen a la vaca!.
Ahora con Trump en la Casa Blanca, parece que las cosas van a cambiar. Pueden esperarse mas sanciones y más presión económica. Bloqueos financieros y mano dura.
Lo más probable es que Trump, en su estilo, busque negociar con China y Rusia, pero a cambio pediría la cabeza de algunos líderes de la región.
¿Por qué? Porque esos regímenes no solo pueden ser un foco de terrorismo; también generan inestabilidad económica, impulsan la migración hacia Estados Unidos, promueven el narcotráfico y amenazan su seguridad nacional.
Y ojo, que esta historia no es nueva. En los 80, los rusos dejaron solos a los sandinistas. ¿Pasará lo mismo ahora?.
Como dice el refrán: “Cuando dos elefantes se pelean -o cuando hacen el amor-, la hierba es la que sufre”.
Uno de los grandes puntos de la campaña de Trump es endurecer las políticas migratorias.
Quiere cerrar las fronteras y deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Según su lógica republicana, esto pondrá la presión donde debe estar: en los países que, por la falta de democracia y el abuso de sus dictaduras, obligan a su gente a huir.
Así que, si Estados Unidos cierra la puerta a países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, responsables de buena parte del éxodo, tal vez se vean forzados a cambiar su rumbo.
Quizá esos migrantes, al no encontrar el sueño americano, se queden en casa soportando la tempestad o ir por otras fronteras en busca de mejorar las cosas.
Todo ese panorama parece ser la lógica del nuevo gobernante.
En el escenario internacional, Irán, Hezbollah y Hamas también pierden con un aliado implacable de Israel en el poder. Y en Europa, ni hablar: Ucrania, por ejemplo, podría verse obligada a negociar con Rusia.
Otro perdedor obvio es la farándula: Las celebridades que creían que sus “likes”, seguidores y fama influirían en la política estadounidense quedo corta. Al parecer en estos tiempos ser famoso y rico no significa ser influyente en la política.
¿Y por qué los norteamericanos eligieron esta propuesta republicana?
La respuesta está en que, para ellos, sigue siendo la ECONOMIA lo que cuenta.
Como tener un mejor empleo. Quien mejore los salarios, votaron por el que creen dará estabilidad económica para pagar la renta, los alimentos, la escuela y la salud.
Permitame hacer un repaso de mis comentarios
Primero, regresemos a los medios.
Periodistas que se preguntan, si han dejado de ser ese “cuarto poder” que dictaba la agenda.
Las grandes narrativas, esas historias que los medios nos cuentan para orientar la opinión, ¿acaso han perdido peso?.
¿Cada vez más personas buscan sus propias respuestas y confían menos en lo que les dicen los noticieros tradicionales?.
¿Y qué hay de las encuestas? Pues, amigos, parece que ya no son el termómetro confiable que solían ser. Los métodos clásicos de medir la opinión pública se quedan también muy cortos.
Nos encontramos con resultados sorprendentes, que no siempre coinciden con lo que predijeron los analistas.
Seguimos con algo que muchos ya sabían: “¡es la economía, solo la economía!”.
El bolsillo sigue siendo el tema clave para la mayoría de las personas. No importa cuánto se hable de otros temas; al final, la economía es la que manda.
Y hablando de economía, el capitalismo sigue siendo el sistema favorito para miles de millones en todo el mundo. A pesar de todas las críticas, sigue siendo el que más atrae y brinda oportunidades.
De hecho, los inmigrantes, cuando llegan y empiezan a trabajar, valoran esas oportunidades que encuentran en el sistema capitalista.
¿Porque el electorado norteamericano compro la propuesta económica de Trump?
Simple, el candidato se conecto a su publico al hacer una pregunta “¿Usted esta mejor o peor que hace 4 años? Y acto seguido les afirma yo puedo reparar esto, ya lo hice. Yo soy el cambio para tu bienestar”.
Otro punto interesante es que los liderazgos fuertes y el nacionalismo inteligente están en auge. En tiempos de incertidumbre, la gente busca figuras firmes que defiendan sus intereses. Esto supera muchas de las “causas” que la izquierda ha tratado de imponer.
¿Y en cuanto a la energía? Los estadounidenses, a diferencia de los europeos, no aceptan un “declive controlado”. Creen en producir su propia energía, mantener su prosperidad y no depender de otros. ¡Ellos prefieren ser autosuficientes!.
Claro que están preocupados por los temas raciales, pero rechazan la idea de que, para corregir errores del pasado, haya que cometer otros nuevos. Buscan justicia, pero no a cualquier costo.
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Otra cosa que caracteriza a los norteamericanos es su optimismo. Son un pueblo que prefiere ver lo positivo, avanzar y superar los retos juntos.
Esa visión progresista que solo resalta lo malo de su historia no va con ellos; prefieren construir un futuro compartido y dejar atrás las divisiones.
Así que, en resumen, estamos viendo una nación que valora la independencia, la prosperidad y el esfuerzo personal, que sigue apostando por el capitalismo, que busca liderazgos fuertes y rechaza las visiones pesimistas o paternalistas.
Al final, los estadounidenses son una mezcla de pragmatismo y optimismo, y eso es lo que los lleva siempre hacia adelante.
Además, hay algo muy claro en la cultura norteamericana: detestan el control excesivo del gobierno.
Para ellos, la libertad es sagrada, y están dispuestos a pagar el precio que sea necesario para mantenerla, incluso si eso significa asumir la autosuficiencia y enfrentar los desafíos sin la “mano protectora” del Estado.
Esa mentalidad de independencia y responsabilidad personal es parte de lo que define el espíritu norteamericano.
Prefieren lidiar con los obstáculos por sí mismos, en lugar de depender de las regulaciones o limitaciones que el gobierno pueda imponer.
¡Y es que la libertad, para ellos, no tiene precio!.
Que Dios le bendiga y que Dios bendiga a Nicaragua.