Denis García, el veterinario excarcelado político desterrado y su nuevo comienzo en EEUU
El veterinario nicaragüense Denis García, excarcelado y desterrado el 9 de febrero de este año por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, intenta reiniciar su vida en Estados Unidos, luego de varios años de presidio político.
La historia de Garcia fue publicada en la web The Journal Gazette, allí narró su violenta detención “regresaba a su casa -en Nindirí- a bordo de un taxi el 12 de octubre de 2019 luego de reunirse con un exprisionero político…El taxi fue detenido en un retén, rodeado por la policía nicaragüense. A García, a su amigo y al taxista se les ordenó salir del auto con un AK-47 apuntando a sus cabezas…” dice el artículo que además detalla que el grupo de hombres fueron golpeados en la cabeza con las culatas de los rifles, arrojados boca abajo a la carretera, atados de las manos y pateados.
Inicialmente, García fue llevado a El Nuevo Chipote, fue aislado durante 15 días hasta que lo acusaron de fabricación, uso y posesión de un arma explosivas.
“Fue trasladado a la prisión La Modelo, más peligrosa, en las afueras de Managua. Allí compartió una celda de concreto de 43 pies cuadrados con 26 reclusos comunes, aquellos encarcelados por razones no políticas. El tribunal tardó 600 días en sentenciar a García a 5 1/2 años, junto con la opción de pagar una multa grande o cumplir 300 días adicionales. Fue liberado con otros 221 presos políticos el 9 de febrero” indica el artículo de The Journal.
Un nuevo comienzo para el veterinario excarcelado
Luego de su excarcelación y destierro, García, de 34 años, se encuentra bajo la protección de Jeff y Maria Osborne en el norte de Indianadonde tiene estatus de parole humanitario.
El mes pasado, García habló sobre su lucha con la ayuda de un traductor del Centro de Ciencias de la Universidad de Manchester.
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Allí, García describió los maltratos sufridos en en La Modelo, donde los presos políticos eran separados unos de otros, aunque muchos de los presos comunes también eran opositores al régimen.
“Los presos recibían dos baldes con agua insalubre cada día para atender todas sus necesidades, incluido bañarse y preparar comidas. Un hueco en el suelo servía de retrete. El agua de alcantarillado goteaba desde el piso de arriba. Las drogas proliferaban. Las enfermedades eran omnipresentes y las pandillas gobernaban a los reclusos” describen así las terribles condiciones en la cárcel donde recibía solo dos visitas familiares al mes.
Finalmente el 9 de febrero, después de tres años y cuatro meses de encarcelamiento, García escuchó correr la voz por toda la prisión de que los presos políticos estaban siendo trasladados y se le ordenó salir con las pocas cosas que podía llevar. García dijo que lo llevaron en autobús al aeropuerto de Managua y lo escoltaron a un avión del Departamento de Estado de EE. UU. con los otros 221 desterrados políticos.
La publicación indica que todos los prisioneros fueron obligados a firmar un documento de una línea que confirmaba que se marchaban voluntariamente a Estados Unidos, dijo García. Si alguien se negaba a firmar, lo amenazaban con regresarlo a una prisión de máxima seguridad.
García dijo que le dijeron que se reuniría con su familia en dos meses. Así que firmó. Sin embargo, no se le permitió una llamada telefónica para despedirse de su familia y hasta hoy espera reunirse con su esposa y sus tres hijos.
Denis García se graduó de la Universidad Nacional Agraria donde dirigía una clínica veterinaria y trabajaba en la universidad. También fundó el grupo literario Karebarro y publicó su revista. En Amak, parte de la Reserva de la Biosfera de Bosawas, la segunda selva tropical más grande de las Américas, lo puso en contacto con el presidente de la Universidad de Manchester, Dave McFadden y tuvo oportunidad de hacer trabajo comunitario.
Actualmente García está aprendiendo inglés, comunicándose con su familia a través de WhatsApp, enseñando español, manteniéndose en forma y en contacto con los desterrados nicaragüenses que trabajan por la reunificación con la familia, los amigos y el país.
A finales de marzo, García se enteró de que el régimen de Nicaragua rechazó los pasaportes de sus hijos. La reunificación familiar sigue siendo una de las principales preocupaciones de los ex presos desterrados.
“Quiero el sacrificio y la lucha de mi pueblo para servir al mundo para que los países con democracia eviten una dictadura”, dijo García. “Cada día que Daniel Ortega esté en el poder habrá más presos políticos, con muerte, exilio o cárcel para todo aquel que se oponga a su régimen”.