Acusan a los primeros opositores secuestrados en abril por Policía de Nicaragua
Este 24 de abril, la Fiscalía, que se ha convertido en uno de los principales tentáculos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, acusó a la opositora Brenda Lee Baldelomar, quién fue detenida el 17 de abril en la Colonia Roberto González de Chinandega, y a 6 personas más, sin especificar delito alguno.
La acusación aparece en el Sistema Nicaragua con número 007 08-0RM4-2023-PN y aparece interpuesta el 24 de abril en el juzgado cuarto penal de Managua, donde la titular es la jueza Ana María Vado Miranda.
Con Brenda Lee Baldelomar la “justicia” sandinista está practicando el mismo modus operandi que con los demás presos políticos que han caído en manos de ellos, los acusan en juzgados, pero no les señalan un delito específico, pero sí se especifica que la víctima es la sociedad nicaragüense y el Estado de la República de Nicaragua.
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Sin embargo, la fiscalía no sólo la señala a ella, sino que en la acusación de la fiscal Heidi Estela Ramírez Olivas también circulan los nombres de Arnoldo Horacio Guillén Monterrubio, quien fue desterrado el sábado hacia México. También fueron acusados Marta Lorena Centeno Marín, Hazel del Socorro Martínez Ulloa, Luis Enrique Obando Palma, Ivonne Patricia Espinoza Hurtado y Enner Herrera.
Más opositores sin acusar
La familia de Lee Baldelomar vivió un verdadero calvario durante 9 días, pues la policía no le informaba absolutamente nada sobre ella, sin embargo, pudieron enterarse que estaba secuestrada en el Distrito III, que se ha convertido en el lugar sustituto del nuevo Chipote, pues la mayoría de secuestrados han sido llevados a esa estación policial.
Asimismo, en esta acusación solo figuran 7 de los 39 secuestrados por la policía en el mes de abril, de los demás no se sabe nada sobre su situación jurídica y siguen aislados, sin permiso a recibir visitas de sus familiares.
Entre los secuestrados se encuentra el periodista Víctor Tikay, quien fue detenido el propio Jueves Santo, sólo por transmitir una actividad religiosa.