Dictadura confisca casa a Jaime Arellano, valorada en 1 millón de dólares
Mientras Rosario Murillo pregona que en Nicaragua hay paz, la dictadura continúa llevando a cabo una ola de confiscaciones contra opositores desnacionalizados y esta vez le tocó el turno al comentarista político Jaime Arellano, a quien le confiscaron su casa valorada en un millón de dólares, la cual estaba en litigio con sus hermanas.
Arellano confirmó a 100% Noticias la acción que la dictadura tomó contra el patrimonio que heredó de su padre y que ahora está en manos de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Hoy me confiscaron el 66.66% de la casa que mi papá me heredó, donde vive mi hermana. La procuraduría llegó hoy y notificó”, señaló Arellano.
Jaime Arellano señaló que “la casa que me expropiaron o mi porcentaje vale 1 millón de dólares. Estaba en disputa con mis hermanas desde antes de caer preso, porque nunca quisieron pagarme”.
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Asimismo, Arellano, quien fue desnacionalizado por la dictadura y obligado a vivir en el exilio en Estados Unidos, dijo que “llegaron a la que era la casa de mi papá y mamá, los cuales entre los 2 me heredaron el 66.66% de la casa en Los Altos de Santo Domingo y donde mi hermana menor Patricia y su esposo, Fernando Morales, vivían. Se presentó la procuraduría con la policía y tomaron fotos de todo y notificaron que esa casa era del Estado”.
Otras confiscaciones
Si la propiedad estaba en litigio, no queda claro qué sucederá con las personas que en este caso serían co-propietarias del inmueble ubicado en esa zona de alta plusvalía en la capital de Nicaragua.
Cabe resaltar que este lunes, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó la ocupación de las viviendas de cuatro opositores más, entre ellos, la escritora Gioconda Belli, ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
También fueron confiscadas las propiedades del ex canciller Norman Caldera, la activista de derechos humanos Haydée Castillo, así como del político y ex miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, Moisés Hassan. También ocuparon la casa de Camilo Belli y su esposa.
Gonzalo Carrión, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, también fue víctima de la confiscación de la casa que asegura compró con un crédito hipotecario que pagó con el esfuerzo propio y de su esposa.