Rosario Murillo continúa ataques contra sacerdotes, dice que sus corazones “hablan codicia”
En un nuevo ataque contra la Iglesia católica, Rosario Murillo, acusó este martes a los obispos de Nicaragua de codiciosos y envidiosos. Sus declaraciones se produjeron horas después de que el Papa Francisco expresó su preocupación por la situación en el país y de que el obispo Silvio Báez demandó a la comunidad internacional ser más “eficaz” contra la “dictadura sandinista”.
“Cómo podemos creer en personajes que destilan maldad, cómo podemos creer en personajes cuyos corazones hablan de codicia, de envidia, de maldad, cómo podemos creer que puedan ser representantes de Dios en la tierra porque Dios es bueno, es misericordioso…”, reprochó Murillo.
En este sentido, Rosario Murillo acusó a los líderes religiosos de mantener afán por el protagonismo y negó que sean dignos representantes del rostro de Jesús ni del rostro de Dios.
“Las expresiones de algunos que vemos con las caras conocidas, caras de destrucción, de demolición sobre todo de farsa, de engaños, de fraudes. Ese no és el rostro de Jesús, no es el rostro de Jesús, no es el santo rostro de Dios. Son rasgos que más tienen que ver con los vicios y los pecados capitales”, expresó.
Según Murillo, la fe que profesa el clero nicaragüense responde a ambiciones personales tras señalarlos de “acomodar la vida a sus designios que no son divinos son terriblemente humanos y muchísimas veces son designios que hemos conocido como diabólicos, designios que no se pueden comprender en buena voluntad”, enfatizó.
El mensaje de rechazo de Murillo a solo horas de que el Papa Francisco expresó su "preocupación" por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua de parte del régimen de Daniel Ortega y pidió que "se busque siempre el camino del diálogo" para superar los problemas.
Por su parte, el obispo nicaragüense Silvio Báez pidió a la comunidad internacional ser más “eficaces” para frenar los ataques de la dictadura sandinista.
“Les pido presiones eficaces contra un régimen criminal, que les toquen la bolsa porque es lo único que les duele. Y sobre todo se acuerden de Nicaragua que es un país pobre, pequeño…pero estamos sufriendo enormemente. La Comunidad Internacional es necesaria pero el cambio tiene que venir de adentro, lo tenemos que hacer los nicaragüenses”, dijo Monseñor Báez.