Denuncian en CIDH las 866 agresiones a la libertad religiosa en Nicaragua desde 2018 a julio 2024

La activista nicaragüense y exiliada por la dictadura sandinista, Martha Patricia Molina, del Grupo Ecuménico de Nicaragua, denunció durante la Audiencia número 22 del periodo ordinario de sesiones 190 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el régimen Ortega Murillo ha instrumentalizado los símbolos religiosos y ha manipulado a autoridades y rituales religiosos para su proyecto autocrático en este país. 

“La presencia de religiosos católicos en mítines religiosos busca proyectar una falsa comunión con el liderazgo religioso creando una fachada de legitimidad y unidad. En las denominaciones evangélicas se identifican campañas de apoyo y oración, participando en vigilias y organizando jornadas de oración con pastores internacionales. Estas acciones refuerzan el control del régimen sobre las expresiones religiosas y las comunidades de fe”, sostuvo Molina.

Explicó que una de las principales características que limitan y estigmatizan la libertad y el liderazgo religioso en Nicaragua, lo constituyen la construcción de un discurso de odio dirigido hacia actores religiosos con adjetivos como “terroristas”, “servidores de satanás”, “falsos representantes de Dios”, “golpistas”, entre otros, que han sido parte de los calificativos que usa el oficialismo desde 2018 y de manera sostenida se han venido dando en contra de líderes católicos y evangélicos.

“De acuerdo con datos del colectivo de derechos humanos Nicaragua Nunca Más hasta abril de 2024, 312 organizaciones religiosas han sido canceladas de las cuales 22 fueron canceladas por la Asamblea Nacional y 290 por el Ministerio de Gobernación, entre ellas 38 están asociadas a la iglesia católica, 233 son asociaciones evangélicas y 41 de otras denominaciones religiosas. Entre abril de 2018 a julio de 2024, la Policía ha prohibido 9687 procesiones y actividades tradicionales religiosas”, datalló la abogada. 

Según sus apuntes, desde abril de 2018 hasta julio de 2024, la dictadura Ortega Murillo ha perpetrado 866 agresiones contra la iglesia católica de Nicaragua, en ese mismo sentido lamentó que todo esto ha quedado en completa impunidad debido a la falta de institucionalidad y la división de poderes, pero “una de las principales agresiones que se registran son las pintas ofensivas que hacen en edificios religiosos y robo de artículos de valor en los templos. En 2024 se han cometido 87 agresiones con seis meses aún por transcurrir”, sostuvo la activista de derechos humanos.  

Por su parte la oficina de la relatoría para la libertad de expresión comentó que por lo expuesto por Molina, en Nicaragua la libertad religiosa se le estaría dificultando un entorno colectivo identitario de fe, de creencia, que es importante en cualquier sociedad, sin embargo consideraron que también es importante el impacto que tienen este tipo de denuncias. 

“El objetivo de documentar esta ominosa violación de derechos humanos a pueblos indígenas y campesinos y la libertad religiosa, son inaceptables porque son derechos de la más alta jerarquía porque tienen que ver el foro interno de la persona por lo que puede creer con su libertad de pensamiento”, explicó la oficina de la CIDH.
 
Subrayaron que el objetivo de estas denuncias es que los pueblos de las Américas y más allá a nivel político se den cuenta de estas violaciones y que con esto pronto haya un cambio de régimen en Nicaragua y que se pueda disfrutar de una democracia constitucional y que lo que se ha documentado pueda formar parte de un proceso de justicia transicional y pueda formar parte de la verdad y la justicia y de la reparación a las víctimas.