Víctor Boitano y 28 extrabajadores del Estado, presos en Galería 2 baja del penal de Tipitapa
Ortega ordenó la habilitación de la Galería No. 2 especialmente para trabajadores y funcionarios que cayeron en desgracia
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha encarcelado a unos 28 trabajadores del Estado, quienes llevan meses presos en condición de desaparición forzada. Fuentes anónimas ligadas al Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como “La Modelo,” informaron a 100% Noticias que existen 28 empleados y funcionarios públicos recluidos en la planta baja de la Galería No. 2 de la cárcel.
Según la fuente, Ortega ordenó la habilitación de la Galería No. 2 especialmente para trabajadores y funcionarios que cayeron en desgracia ante los ojos de la pareja dictatorial.
Trabajadores de la Corte Suprema
En el primer grupo están los extrabajadores de la Corte Suprema de Justicia, entre ellos: Álvaro Carcache, exdirector de Infraestructura; Miguel Torres, exsubdirector de Infraestructura; Herroll Raití Morales González, exasesor de la expresidenta de la CSJ; Martín García, exdirector de Tecnología de la Información y Comunicaciones (DGTIC); Jazziel Canda Velásquez; y Berman Martínez, exsecretario administrativo del Poder Judicial.
“Nunca han recibido visitas de sus familiares, fueron condenados a largas penas, pero aún no saben formalmente cuánto tiempo,” indicó la fuente.
En los primeros meses de prisión no recibían paquetería, pero ahora reciben paquetes mensuales con muchas restricciones: algunos artículos de higiene personal, jabón de baño, pasta de dientes, algo de pan, galletas y fresco en polvo, pero nada de comida elaborada, pinolillo o queso.
A pesar de que han pedido autorización para recibir visitas familiares, les han respondido que “...eso solo una orden de arriba puede resolver”.
Grupo La Comuna
Otro grupo recluido en esa galería son los ocho trabajadores que formaban parte del grupo de WhatsApp “La Comuna” dirigido por Carlos Fonseca Terán, hijo del fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador, quien también se encuentra desaparecido.
“La Comuna” está integrada por Isaías Bonilla Chamorro, Ernesto Paredes, Cristhian Eduardo Bermúdez Roque, Gustavo Antonio Zapata, Frank Matus, Rigoberto Ramos Mora y José Ángel Bermúdez (Chepe Nicaragua).
El octavo integrante, identificado como Alejandro Taleno Rueda, aparentemente está recluido en la Galería 300.
Según la fuente, “La Comuna” nunca ha recibido visitas ni paquetería. Fueron juzgados a través de una videoconferencia. “Todos expresaron que no sabían de qué los acusaban hasta que los llevaron a la primera audiencia. Insistían que debía haber alguna confusión, que sería aclarada. Expresaron que no tenían nada que ver con el delito del que los acusaron y tenían la esperanza de que a los tres meses del proceso de investigación saldrían libres,” indicó la fuente.
Excoronel Víctor Boitano
Otro que comparte espacio con los ex trabajadores del Estado es el excoronel Víctor Boitano, quien llegó hace dos meses. “No se sabe dónde lo tuvieron antes, pero fue trasladado en el mes de junio de 2024,” comentó la fuente.
Agregó: “Cuando lo llevaron, casi no hablaba y se veía deprimido. Contó que él había estado alejado de las cosas del Señor, y se fue incorporando a la actividad religiosa diaria. Es hipertenso, y cuando se le acaban las pastillas, camina dentro de la celda como terapia para soportarlo.”
Los esposos de las hermanas Sequeira Vanegas
En esta lista también figuran Domingo Antonio Munguía Carrión, quien se desempeñaba como conductor en el Poder Judicial, y Ovidio Johan Aguirre Urtecho, abogado de la institución.
“Ellos estuvieron inicialmente en la Galería No. 11 y luego fueron trasladados a la Galería No. 2, planta baja, unos quince días después de su captura,” comentó la fuente.
Supuestamente, Domingo ha acusado a Ovidio de ser el responsable de su prisión por haber renunciado a la Corte Suprema. Por lo menos en dos ocasiones, lo ha agredido mientras dormía. Aunque Ovidio pidió que los cambiaran de celda, nunca le hicieron caso.
Las esposas de ambos también están presas en la cárcel de mujeres “La Esperanza.”
Otros casos
En la lista hay dos trabajadores estatales más recluidos, los primeros identificados como Julio y Alexander, quienes fueron trasladados después de estar siete meses en la Estación Policial III. Se desconocen sus apellidos.
Otro preso es un hombre de Estelí llamado Dagoberto, de 62 años, que trabajaba en una finca cafetalera.
El preso Joel Morales, identificado como leonés y abogado dedicado a negocios en el sector de las minas, fue encarcelado como represalia porque su hijo emigró a los Estados Unidos, acogiéndose al programa Parole Humanitario.
Indígenas presos
También está el indígena Eusebio Lacayo Bretan, de 75 años. En la segunda planta, recluyen a presos comunes de la tercera edad, con enfermedades crónicas e hipertensión.
“Supimos que los ubican con restricciones especiales, separándolos de los comunes con celdas vacías intercaladas.”
Perfecto del Socorro Huete Sobalvarro y Agustín Antonio Polanco están presos por su vinculación a conflictos por tierras en el territorio Mayagna Sauni As.
También está el profesor de educación primaria Melvin Medina, acusado de falsificación de documentos y quien daba clases en el Instituto Manuel Olivares, originario del Ayote.
Condiciones carcelarias
Sobre las condiciones de reclusión en el penal de máxima seguridad, 100% Noticias conoció que las condiciones de aislamiento extremo, insalubridad y limitaciones en el acceso a necesidades básicas afectan a los prisioneros.
Las celdas, de aproximadamente 20 metros cuadrados, están diseñadas para alojar hasta dos personas, aunque en muchos casos solo retienen a un preso, quien permanece aislado y sin contacto con el exterior.
Las celdas cuentan con una pequeña ventana con barrotes y malla ciclón, que limita la visibilidad y bloquea cualquier contacto con el exterior. Las puertas de acceso están cubiertas con gruesas cortinas de plástico que se cierran para evitar que los presos reconozcan a otros nuevos ingresantes.
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El abastecimiento de agua es restringido y controlado: solo llega dos veces al día, a las 4:00 a.m. y a la 1:00 p.m., en períodos de una hora. Los detenidos deben almacenar agua en cubetas para satisfacer otras necesidades y reciben una botella de dos litros para su consumo diario. Además, cuentan con una colchoneta y una sábana como únicas pertenencias.
La alimentación es limitada y de baja calidad, con raciones de arroz, frijoles y un banano cocido. En ocasiones, reciben pinolillo o algún cereal como bebida. Los reclusos no tienen acceso a ningún tipo de cocina ni comisariato, ni derecho a recibir paquetes de alimentos u otros artículos de sus familiares.
En cuanto a las condiciones de higiene, se les suministra un jabón de baja calidad, que utilizan para lavar la ropa, limpiar la celda e incluso bañarse. Los presos han descrito que el jabón “tiene un olor fuerte a manteca de cerdo y deja un residuo pegajoso en la piel, que se intensifica con la exposición al sol.”
No tienen derecho a comunicarse entre sí, y la señal de celulares está bloqueada. El único tiempo permitido de socialización es durante tres horas diarias de actividad religiosa, entre las 6:00 p.m. y las 9:00 p.m. Las celdas están bajo vigilancia continua, con cámaras instaladas y rondas constantes de los guardias, lo que impide la comunicación entre ellos.
Los detenidos tampoco tienen acceso a materiales de lectura ni a elementos de escritura, prohibiéndose incluso el ingreso de Biblias o cualquier otro libro.
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