Valeska Sandoval, torturada y golpeada en El Chipote
"Ya sabemos que vamos a morir, pero moriremos por algo justo. Mamá perdóname, salí a defender mi patria, te amo", decía Valeska Sandoval, una joven de 20 años, en un video “en vivo” durante un ataque a la UNAN-Managua.
Sandoval se volvió popular no solo por el video donde pide perdón a su mamá, sino por ser un ejemplo de resistencia estudiantil. Ella fue secuestrada, amenazada, torturada y golpeada por policías mientras estaba en El Chipote, donde permaneció por seis días.
Eran las 5:30 de la mañana cuando el anuncio de “Policía Nacional” los despertó. Era un viernes 20 de julio cuando la policía llegó a uno de los tramos del Mercado Oriental donde se encontraban escondidos Valeska junto a cinco compañeros. En el grupo había dos mujeres más.
“Ahí está la hijueputa, que salía hablando mierdas del comandante en La Catedral”, recuerda Valeska sobre su llegada al distrito uno. Alrededor de 20 policías le sacaron fotos con sus teléfonos.
“Si levantás la cabeza te la volamos”, amenazaban los policías a los jóvenes al ser traslados de la estación uno al Chipote. “Lo primero que se me pasó por la mente es ‘estos majes nos van a matar”, aseveró Valeska.
Una vez que llegó al Chipote, las cosas se tornaron peor. Oficiales mujeres eran las primeras en denigrarla. “Ahora sí la vamos hacer llorar de verdad. Vamos hacer que llorés y que grités y que volvás a llamar a tu mamá”, relata Valeska.
Culpan a Báez
“‘¿Quién les da armas a ustedes?, Decí quién les da las armas. Las armas se la dan la iglesia. ¿Silvio Báez les está proporcionando las armas?’”, fueron las palabras de los oficiales al momento de interrogación.
Cada vez que salía de su celda, Valeska sufría una “lluvia” de golpes en su cabeza. “Era muy frustrante el saber que me estaban golpeando y no poder hacer nada”.
La joven originaria de la Isla de Ometepe contó que solo un plato de comida recibía, a pesar de estar tres personas en la celda, y que todos los días hacían cultos. “Cállense hijueputas que ni Dios los va a salvar”, le gritaban los policías.
Policía al servicio de Ortega
“¿Sabías vos que por el comandante estás estudiando? ¿Quién creés vos que te paga los estudios?”, eras las preguntas de los policías. “El pueblo”, contestaba Valeska.
La policía trató de intimidar a Valeska diciendo que la "fama" que había alcanzado le podría traer problemas, al igualarse al liderazgo de Lesther Alemán."¿No tenés miedo que te manden a matar (la gente de Lesther)?", le preguntaban. "Ellos me dieron la perspectiva de que ellos estaban asustados de mi salida", señaló Valeska.
Los oficiales le propusieron "seguridad" a cambio de que Valeska cooperara con ellos. "Ellos piensan en la desunión de nosotros es ganar terreno para ellos".
Otros presos políticos
Valeska comentó que todos los días eran las mismas preguntas. Los mismos golpes en la costilla y en la cabeza.
En las celdas pudo escuhar las voces de Cristian Fajardo y su esposa María Adilia, así como el del líder campesino Medardo Mairena.
"Jamás me sentí presa. Mi mente era aguantá, aguantá, aguantá".
Valeska Sandoval ya había sido secuestrada por paramilitares en junio pasado. En esa ocasión, la desnudaron, golpearon, le pusieron un choque en una de sus piernas y le cortaron una de sus uñas de sus pies.
Valeska Sandoval pudo salir de El Chipote gracias a sus compañeros varones de batalla, quiénes se "echaron toda la culpa". Sus amigos fueron trasladados a La Modelo.