Emergencia volcánica en La Palma puede durar meses tras el fin de la lava
El portavoz del comité de dirección del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, indicó que la presencia de gases es el principal factor que mantiene fuera de sus casas a la mayor parte de las personas evacuadas
Santa Cruz de Tenerife (España), 9 dic (EFE).- La eventual interrupción en la emisión de lava en La Palma no implica el fin de la emergencia por la erupción, puesto que la desgasificación del centro eruptivo y de las coladas puede durar meses, según ha advertido María José Blanco, portavoz del comité científico del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca).
Blanco, directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional español, explicó que el volcán submarino Tagoro, que erupcionó cerca de la costa de El Hierro hace una década, siguió emitiendo gases durante varios meses después de que se diera por finalizada la erupción y es probable que lo mismo suceda en el caso de La Palma.
Es difícil precisar el tiempo que transcurriría hasta el final de la desgasificación en La Palma, pero "las medidas de emergencia no desaparecen" con el final de la emisión de lava en superficie, subrayó la portavoz científica.
El portavoz del comité de dirección del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, indicó que la presencia de gases es el principal factor que mantiene fuera de sus casas a la mayor parte de las personas evacuadas en esta erupción, aunque en algunos casos también la cercanía de las coladas.
Precisamente el estancamiento de la colada en las inmediaciones de La Laguna y la ausencia de gases en las inmediaciones es lo que ha permitido el regreso a sus casas desde esta mañana de una parte de los evacuados de la zona de Nicolás Brito Pais y Las Martelas, evacuados desde octubre.
Morcuende ha explicado que la superficie afectada por la lava se mantiene con respecto al miércoles en 1.184 hectáreas, ya que el aporte de magma se está dirigiendo fundamentalmente a la zona central de las coladas a través de tubos lávicos, solamente con un ligero ensanche hacia el sur en dirección al mar.
Tampoco se ha ampliado la superficie ocupada por los dos deltas lávicos sobre el mar, de 48 y 5 hectáreas, ni la anchura máxima entre las coladas, de 3.350 metros.
Los datos sobre edificaciones destruidas se mantienen igualmente sin cambios, 1.628 según datos del catastro y 3.039 según las mediciones del sistema de satélites europeo Copernicus, que utilizan distintos criterios.
En cuanto al número de personas evacuadas alojadas en alguno de los tres hoteles dispuestos por el Gobierno de Canarias ascienden a 555, y además hay 43 personas dependientes en instalaciones sociosanitarias del Cabildo de La Palma.
En cuanto a los datos sobre la erupción, María José Blanco indicó que la altura de la nube de cenizas y dióxido de azufre sobre el volcán es de 1.700 metros, con orientación del penacho hacia el suroeste, lo cual es favorable para la navegación aérea.
La sismicidad sigue baja tanto en profundidades intermedias como de más de 20 kilómetros, con un terremoto de magnitud 3.6 a 37 kilómetros bajo la superficie, que no fue sentido por la población, como episodio más significativo.
La calidad del aire ha registrado algunos episodios desfavorables en las estaciones de Los Llanos de Aridane y Punta Gorda en cuanto a dióxido de azufre, aunque después ha remitido, y respecto a partículas menores de 10 micras está en niveles razonablemente buenos.
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