Presidente de Irán acorralado por protestas, pide a guardianes no bloquear a candidatos para próximas elecciones

Acorralado por las protestas, el presidente busca una salida para moderar la creciente pérdida de legitimidad del régimen teocrático. También exhortó a las Fuerzas Armadas a “pedir disculpas” y “explicar lo que pasó” en el derribo del avión ucraniano que dejó 176 muertos
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Enero 15, 2020 08:54 AM

“La gente quiere la garantía de que las autoridades la trate con sinceridad, integridad y confianza”, dijo el presidente iraní Hassan Rohani tras una reunión del gabinete este miércoles. Además agregó que “el pueblo quiere diversidad”, refiriéndose a las elecciones legislativas que tendrán lugar el 21 de febrero. Exhortó además a las autoridades encargadas de validar las candidaturas a que no descalifiquen a mansalva.

Con esto hizo referencia al Consejo de Guardianes, un poderoso organismo que debe aprobar cada candidatura (sea al poder legislativo o al ejecutivo) y cada ley aprobada por el Majlis, el parlamento iraní, si es que estos están en sintonía con la Constitución y los valores de la Revolución Islámica de 1979.

En la práctica esto ha permitido al régimen dominado por el líder supremo ayatollah Ali Khamenei, que es quien designa a parte de los miembros del Consejo de Guardianes, controlar de cerca cada proceso electoral y rápidamente deshacerse de políticos demasiado alejados del discurso oficial.

“El pueblo es nuestro amo” y “nosotros somos sus servidores. El servidor debe dirigirse al amo con modestia, precisión y honestidad”, afirmó Rohani, quien luego aseguró que hace falta tomar “una gran decisión” con respecto al sistema político de Irán. De ser escuchado, se trataría de una reforma mayúscula en el régimen teocrático.

                             

Reclamo a las Fuerzas Armadas por el avión ucraniano

En un tono similar al que utilizó el martes, Rohani reclamó a las Fuerzas Armadas de su país que “pidan disculpas” por el derribo no intencional de un avión de pasajeros ucraniano el 8 de enero, un hecho “inimaginable e inaceptable” que dejó un saldo de 176 muertos, y “expliquen al pueblo lo que pasó” para que la gente comprenda que “no quieren ocultar nada”, según reportó la agencia AFP.

El mandatario había pedido en la jornada previa “castigo” para los integrantes de la Guardia Revolucionaria que dispararon el misil, pero además advirtió que no sólo quienes apretaron el botón deben ser llevados a la justicia, sino que “hay otros”.

“Necesitamos a las Fuerzas Armadas para mantener nuestra seguridad, debemos reforzarlas, pero es necesaria más coordinación y supervisión para garantizar a la gente y al mundo que esto no vuelva a ocurrir”, subrayó, de acuerdo a la agencia EFE.

El derribo no intencional fue ejecutado por una batería de misiles Tor-M1 operada por la Guardia Revolucionaria, que confundió al Boeing 737-800 de pasajeros con un misil de crucero, según explicaciones preliminares hechas por ese mismo cuerpo. Un video de publicación reciente muestra que los proyectiles que habrían alcanzado al Boeing serían dos.

La confusión de aquella noche, además, estuvo exacerbada por el hecho de que poco antes del derribo Irán había lanzado un ataque con misiles balísticos sobre una base iraquí que alberga personal estadounidense, en represalia por la muerte del general Qassem Soleimani en un operativo de Estados Unidos.

La reaparición del moderado

Rohani llegó a la presidencia en 2013 y fue visto en aquel momento como un clérigo moderado capaz de generar un proceso de apertura en el régimen teocrático ultraconservador, mejorando también las relaciones de Teherán con la comunidad internacional. En los primeros años este pareció ser el caso, con el Acuerdo Nuclear firmado en 2015 como su principal hito diplomático.

Pero la escalada de tensiones con Estados Unidos en los últimos años y el desmoronamiento del Acuerdo Nuclear han opacado su figura y relativizado su verdadero rango de acción, quedando cada vez más en un segundo plano a medida que el mismo ayatollah Khamenei, jefe de Estado y autoridad máxima, y figuras importantes dentro de la Guardia Revolucionaria, como el fallecido Soleimani, tomaban las riendas del país.

Rohani mantuvo desde el principio una tensa relación con la Guardia Revolucionaria, cuerpo de élite dentro de las Fuerzas Armadas creado con el fin específico de proteger al régimen político surgido de la Revolución Islámica, y no se ha ahorrado críticas a esta organización tras el derribo no intencional del 737 ucraniano.

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