La cifra de muertos por coronavirus en Irán saltó a 77, el segundo país después de China, pero el ayatollah dijo que “no es grave”
El líder supremo iraní, Ali Khamenei, declaró este martes que el brote de coronavirus “no es para tanto”, pese a que la nación persa es el segundo país con más muertes en el mundo por la enfermedad, únicamente por detrás de China.
“Esta calamidad no es tan grande, y que ha habido otras más grandes en el pasado”, dijo el ayatollah, en declaraciones publicadas por la agencia de noticias semioficial Mehr. Como solución, además de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, pidió a la población que rece, “ya que la oración puede resolver muchos problemas”.
Además, el líder espiritual ordenó a las fuerzas armadas que asistieran a su Ministerio de Sanidad en la lucha contra la expansión del nuevo coronavirus. “No quiero subestimar este asunto, por supuesto, pero tampoco lo sobreestimemos. Afectará a nuestro país durante un tiempo y luego habrá terminado”, añadió Khamenei
Hasta el martes, 77 personas han muerto en el país a causa del virus y hay 2.336 casos confirmados. Entre las víctimas fatales está un cercano asesor de Khamenei y un ex diplomático que fue representante en el Vaticano. En tanto, el viceministro de Salud, una vicepresidente y algunos parlamentarios están en cuarentena por el virus.
El congresista Abdolreza Mesri, ex embajador de Irán en Venezuela, dijo que al menos 23 de sus colegas están contagiados del virus, por lo que pidió que eviten el contacto con el público, según declaró a la TV estatal.
En tanto, persisten las dudas sobre el verdadero alcance de la epidemia en territorio iraní. Los expertos señalan que la proporción de muertes respecto a las infecciones, que ahora ronda el 4,4%, sugiere que el número de contagios en el país podría ser mucho mayor de lo que dicen las cifras actuales.
No obstante, Khamenei también elogió a las autoridades iraníes por su honestidad. “Nuestros funcionarios han mantenido al público al día con honestidad y transparencia desde el primer día”, dijo. “Sin embargo, algunos países donde esta enfermedad ha estado más extendida, han estado ocultando hechos, pero por supuesto pedimos a Dios que sane a sus pacientes también”
“Todo lo que ayude a la salud pública e impida la expansión de la enfermedad es bueno, y lo que ayude a extenderla es pecado”, indicó.