“Me tocó saltar del tren de la bestia, me doblé los dos pies” y así cruzó el río Bravo, relata defensora de CPDH al emigrar a EEUU
Con voz entrecortada recuerda que vió morir a 5 nicaragüenses migrantes, inmediatamente se traslada a ese momento al recordar que no pudo ayudarlos
Detrás de cada defensor de derechos humanos nicaragüense hay una historia, algunos se convirtieron en el blanco del régimen de Daniel Ortega por defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos, lo cual provocó una persecución feroz en su contra que los obligó al exilio forzado.
La abogada Carla Sequeira, es un ejemplo vivo. Esta mujer emprendió una larga travesía hacía Estados Unidos junto a su hijo de 14 años. Comparte con 100%Noticias que pensó que no lo lograría, su mayor temor era dejar desamparado a su hijo que en ese momento tenía 12 años.
“Tenemos un compromiso muy arraigado”, dice Sequira, quien aclara que su trabajo no es por un salario sino por la pasión de defender los derechos humanos de cada uno de los nicaragüenses.
Esta activista tiene 19 años como defensora de derechos, para resguardar su vida tuvo que emprender la riesgosa travesía hacía EEUU.
“Es una decisión bastante difícil, yo tenía visa pero mi hijo no, era la decisión de dejar a mi hijo o arriesgarme a cruzar de manera ilegal el río, fueron momentos muy dolorosos todavía tengo lesiones físicas de ese trayecto que fue hace un año exactamente”.
Con voz entrecortada recuerda que vió morir a 5 nicaragüenses migrantes, inmediatamente se traslada a ese momento al recordar que no pudo ayudarlos.
“Estuvimos en riesgo de morir ahogados”, expresa.
Agrega “Es parte del sacrificio que hemos hecho por seguir alzando nuestra voz por aquellos que no tienen voz”.
Asegura que aún no logra superar ese episodio “un defensor está acostumbrado a levantar la voz por otras personas, pero ver a personas que se están muriendo y que uno no puede hacer nada, porque uno quiere lanzarse ir al rescate, pero sabes que puedes morir. Ni yo, ni mi hijo podemos nadar”.
En el tren “La Bestia”
La defensora cuenta que subió al tren “La Bestia”, al que también se le conoce, como “el tren de la muerte”, el cual transporta combustibles, materiales y otros insumos, también usado como medio de transporte por migrantes.
“Me tocó saltar del tren en movimiento, me doblé los dos pies en la parte del tobillo, posteriormente me tocó caminar, pasamos hambre y sol, huyendo de la migración mexicana, tuvimos que meternos en unos árboles con muchas espina, yo traía el pie todo bien inflamado se me hizo una herida que me llegó hasta el hueso”, narra.
La abogada dice que es difícil superar la muerte de los nicaragüenses que viajaban con ella, pensó que iba a morir.
“Le digo a uno de estos compañeros miren, por favor, si pasa algo olvídense de mí, ayúdenme a salvar a mi hijo, entonces un muchacho me dice yo con costo puedo conmigo mismo mucho menos que asuma la responsabilidad por alguien más. Entonces dije: yo voy a cruzar hasta que el río esté al ojo del pie porque yo venía con una lesión en los dos pies.Y pues no sabíamos nadar ni mi hijo, ni yo”.
Asegura que las palabras de ese joven le salvaron la vida, porque le inyectaron coraje para cruzar el río bravo “esas palabras fueron las que me salvaron la vida porque seguramente si hubiera cruzado con mi hijo en ese tronco, posiblemente hubiera perdido la vida”.
Recuerda que ese día murieron 5 nicaragüenses que venian en su grupo “Unos murieron ahogados, otros se salvaron porque sabían nadar, a otros les tiraron una boya, un muchacho, que se llama Lester que me ayudó en todo el viaje cuando estaba lastimada murió y ver una persona de gran corazón que lucharon no solamente por ellos, sino por otras personas y perdieron la vida, es tan difícil”, cuenta conmocionada.
El joven al que se refiere la defensora era Lester Sotero Castillo Jarquín, de 28 años, quien murió ahogado en el río Bravo. Su cuerpo fue encontrado en una morgue en Laredo, Texas, EEUU. Los hechos se registraron el 26 de mayo de 2022, sus restos fueron repatriados 11 meses después de su deceso.
Compromiso con las víctimas
A pesar que el régimen de Daniel Ortega confiscó sus instalaciones y obligó a su personal al exilio forzado, la Comisión Permanente de Derechos Humanos, CPDH, mantiene su compromiso de seguir documentando las violaciones de derechos humanos que se comenten en Nicaragua.
Marcos Carmona, Director de la CPDH, destacó la ardua labor de los abogados que recepcionan denuncias en sus oficinas en Costa Rica y Estados Unidos.
“Las nuevas oficinas nos han permitido ese contacto directo con los nicaragüenses donde seguimos recibiendo denuncias, seguimos documentando las graves violaciones de derechos humanos que hasta el día de hoy tenemos más de 650 expedientes de graves violaciones de derechos humanos y eso también nos ha permitido trabajar de cerca con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la oficina de las Naciones Unidas”, expresó Carmona.
El defensor aseguró que la CPDH busca expandirse a diferentes Estados en los EEUU. Sin embargo, en estos momentos no cuentan con los recursos necesarios para abrir nuevas oficinas.
“Hay muchos nicaragüenses que quieren ser parte de la Promotoría, sin embargo, una vez que nosotros podamos tener mayores recursos, vamos a empezar a indicarle a los nicaragüenses donde van a tener las nuevas oficinas que pensamos aperturar en su momento”.
Carmona recordó que la CPDH tiene 46 años en la defensa y promoción de derechos humanos, “lo seguimos manteniendo, la dictadura sandinista se equivocó al cerrar la oficina, callar nuestras voces, más bien nos hemos fortalecido, reitero, hemos abierto oficina en Costa Rica estamos atendiendo estamos haciendo alianzas con diferentes grupos en los Estados Unidos, hemos hecho alianzas estratégicas de cara a promover y defender los derechos humanos de los nicaragüenses”.
El director de la CPDH, señaló que su compromiso es con las víctimas, por eso continúan documentando las graves violaciones de DDHH porque comparten la información con el Grupo de Experto de las Naciones Unidas.
“No nos podemos quedar callados, hay que seguir denunciando porque en algún momento Nicaragua se va a restablecer la democracia, va a haber justicia y todo esto actos crueles, inhumanos, abusos autoridad, estos funcionarios tienen que pagar ante la justicia cuando tengamos un verdadero estado de derecho”.
Actualmente 12 personas colaboran con la CPDH, entre ellos, abogados, psicólogos, técnicos y administración.
De igual forma, Denis Darce de la CPDH expresó que cuando un defensor de derechos humanos se exilia, lo primero, que piensa es como continuar la lucha por defender derechos humanos porque las víctimas depositaron su confianza en la organización en el momento que interpusieron sus denuncias.
“Tenemos la responsabilidad y el compromiso de continuar dando asistencias y acompañamiento a las víctimas y por supuesto continuar recopilando las denuncias que los nicaragüenses quieran interponer ante la Comisión”.
Aseguró que mantienen el acompañamiento en Nicaragua a través de la atención virtual “nosotros desde Estados Unidos asumimos el compromiso de fortalecer el trabajo de la organización, aunque fuera desde Estados Unidos, de continuar el proceso de fortalecer e instalar nuestra oficina en San José, Costa Rica. En 2018 empezamos ese esfuerzo de acompañar y de dar asistencia a las personas de Nicaragua que están exiliados en Costa Rica”.
Resalta que los nicaragüenses exiliados en EEUU requieren de la asistencia del organismo “lo que hacemos es recibir denuncias, ayudar en el proceso de documentación de sus denuncias para que junto con estas denuncias emitir una resolución y que sea parte de los documentos que tienen que presentar para una solicitud de asilo o cualquier tipo de gestión que ellos realicen”.
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