Migrantes nicaragüenses en Costa Rica y el anhelo de regresar a Nicaragua, ¿Quiénes podrán visitar a sus familiares?

En cada temporada navideña y fiestas de fin de año llega la nostalgia para miles de nicaragüenses que están en Costa Rica, debido a la migración que se han visto forzados a emprender, ya sea por la crisis económica que atraviesa el país o por la persecución política de la que son víctimas por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, esta última, recrudecida desde el abril del 2018.

Estadísticas de Manuel Orozco, director de Migración y remesas de Diálogo Interamericano, detalla que hasta la actualidad hay en el país vecino del sur 437,502.65 migrantes en Costa Rica. De esa cantidad, 319,345.00 son «remesadores", que envían dinero a 1.1 hogares en Nicaragua.

Según datos facilitados por una autoridad de Migración y Extranjería de Costa Rica, el año pasado salieron cerca de 45 mil nicaragüenses hacia su país y que, para estas fiestas navideñas, el gobierno costarricense se prepara para la salida de alrededor de 50 mil personas por los medios legales.

También indicó que existe un dispositivo de reforzamiento policial en la zona de Peñas Blancas y de Tablillas para atender la demanda de salida de personas y evitar la salida irregular.

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En un recorrido que hizo el equipo periodístico de 100% Noticias, en las diferentes terminales de buses que realizan viajes a Nicaragua, constató que en los últimos días ha habido un numeroso flujo de personas que se han dispuesto salir del país para visitar a sus familiares y poder estar en las fiestas decembrinas.

«Vamos hacia Nicaragua a visitar a nuestros familiares; estaremos unos ocho días», expresó a groso modo un ciudadano, la madrugada del sábado, 23 de diciembre, en las afueras de la empresa de transporte Tica Bus, en San José, Costa Rica, mientas bajaba sus maletas junto a otros dos familiares para realizar el proceso y poder abordar el autobús.

Otro en expresar el entusiasmo que le trae estas fiestas de Navidad fue el nica Cesar Morales, un vendedor de café ambulante que estaba en las afueras de Tica Bus y contó a este medio de comunicación que recientemente viajó a Nicaragua para estar con sus familiares y luego poder regresar a Costa Rica, país en el que vive desde hace más de 15 años.

El entrevistado destacó que en el reciente viaje a Nicaragua le fue «muy bien», y que tiene pensado a regresar. Además, informó que para poder viajar se prepara desde el segundo semestre del año, «llevando un estimado de 500 a mil dólares para estar unos 18 días».

Otra empresa de viajes que estaba aglomerada de nicaragüenses, que se disponía viajar, fue Trans Nica, también ubicada en la capital costarricense.  «A toda hora salen los buses y más en horas de la madrugada», dijo, en condición de anonimato, un joven que esperaba que saliera el bus en el que viajaría su madre.

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¿Qué pasa con los miles de exiliados nicaragüenses que no podrán estar con sus familiares?

De acuerdo con los datos de la Unidad de refugio de Costa Rica, se estima que al 31 de diciembre de 2022, habían 231.847 personas solicitantes de refugio, de ese total, el 88% son de nacionalidad nicaragüense, en su mayoría, justificando su llegada al país por la persecución política por parte del régimen de Daniel Ortega, asegurando que no pueden regresar a Nicaragua porque sus vidas corren peligro de muerte o de cárcel, a como ha sucedido con desenas de opositores, víctimas de la represión.  

La abogada Wendy Flores, integrante del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, refirió a este medio de comunicación que en Nicaragua se viven dos realidades distintas en cuanto a los ciudadanos que han decidido migrar.

«Primero existe una parte que ha salido de forma histórica a trabajar a otros países y regresa en las fiestas de diciembre a reencontrarse con sus seres queridos; sin embargo, hay otra parte de la población que sufre, no solo los que se fueron a raíz de la represión de 2018, sino también los que han sido víctimas de expulsión del país», señaló.

Asimismo, afirmó que el hecho de que una parte de nicaragüenses puedan retornar al país y poder estar con sus familiares, no cambia la realidad de otros que se han ido y «han dejado la silla vacía. Por eso nosotros tenemos que recordar a los asesinados en 2018 y a los que están fuera de sus hogares, debido a la circunstancia represiva que impuso el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo».

«(…) Existe una triste realidad a la que se enfrenta la población nicaragüense que esta fuera del país, y que supera los más de 650 mil en lo que va de esto cinco años —de represión— y que profundiza el dolor que tienen desde su salida o de la pérdida de sus seres queridos», agregó la defensora de derechos humanos, quien dijo «lamentar no poder abrazar a mis hermanas que adoro y que no veo desde que tuve que exiliarme».

Aun los migrantes económicos corren el riesgo de que no los dejen ingresar

Por su parte, la defensora y activista feminista Indira Mayorga, subrayó que a diferencia de los migrantes económicos, que pueden salir hacia Nicaragua a pasar las navidades en familia, los migrantes económicos se ven imposibilitados a hacer lo mismo «porque nuestras vidas corren peligro».

 A la vez manifestó que aún los migrantes económicos corren el riesgo de que la dictadura de Nicaragua no los deje ingresar al país o no les permitan salir si hablan o dicen algo en contra de su régimen, por lo que aconsejó a los ciudadanos que han salido de Costa Rica «que cuiden su integridad porque a como está el país, ellos pueden perder su libertad».

¿Cómo enfrenta un migrante político no poder estar con su familia en estas fechas?

Para el psicólogo y exreo político Roger Martínez, la experiencia de un exiliado político que no puede regresar a su país durante las festividades navideñas puede estar marcada por diversas afectaciones psicológicas y emocionales.

«Este tiempo de Navidad y festividades culturales pueden generar a una persona exiliada política desequilibrios emocionales y labilidad al llanto por la profunda nostalgia y añoranza que conllevan el significado dado a estos tiempos», explicó el experto.

Argumentó, a la vez, que la incapacidad de no poder celebrar con los seres queridos, por la separación, podría generar en opositores exiliados, sentimientos de soledad y aislamiento, porque asegura que las preocupaciones sobre la situación política en Nicaragua, así como las dificultades y desafíos asociados con el exilio, pueden generar niveles elevados de estrés y ansiedad.

«La imposibilidad de regresar al país natal durante la temporada navideña puede intensificar los sentimientos de impotencia y falta de control sobre la propia vida. Parte de todo lo que vivimos los exiliados es el duelo cultura sobre todo en países donde no se celebran estas tradiciones de la misma manera que en Nicaragua», detalló.

27005 nicas han salido por Peñas Blancas a visitar a sus familiares

En entrevista con 100% Noticias, el director de la Policía Profesional de Migración, comisionado Enrique Arguedas, detalló que, y han ingresado a territorio tico 13068.

Arguedas aseveró que lo «nicaragüense de bien son personas que aportan muchísimo al desarrollo del país (…) y ciertamente en esta época de Navidad hay un movimiento masivo hacia su país; y en los primeros días de enero se observa que muchos regresan a Costa Rica».

Se espera que, para la primera y segunda semana de enero, haya un flujo habitual de regreso de migrantes nicaragüenses a Costa Rica. Sin embargo, según una fuente de Migración, muchos de los nacionales optan por ingresar de forma irregular para no pagar el impuesto por vías terrestres, que es de ocho dólares.   

En tanto, el exsubdirector de Migración y Extranjería Daguer Hernández advirtió que los migrantes que están exiliados en Costa Rica «lamentablemente» no pueden salir del país debido al peligro que corren, pero si lo hacen, están expuestos a que se les elimine la solitud de refugio «porque se asume que esas personas están renunciando de forma tácita a su solicitud».