De las trincheras de Monimbó a dirigir su propio emprendimiento en Costa Rica

Alejandro Moraga es un joven originario de Niquinohomo, que siempre ha sido aventado en asuntos de sobresalir positivamente y en denunciar las injusticias, venga del bando que sea. Cuando el estallido social de abril de 2018 comenzó a florecer en todo el territorio nacional, también comenzaron a contabilizarse los jóvenes asesinados por la represión de la dictadura Ortega Murillo, y esa fue la chispa que encendió el vigor de este niquinohomeño.

Asegura que fue uno de los precursores de levantar barricadas en la cuna del General Sandino, tierra de la vicedictadora Rosario Murillo. Ahí junto a unos amigos y vecinos arrancaron adoquines y cerraron este municipio para defenderse de las balas de la Policía Sandinista, cuando la refriega se puso más cruenta, y la Policía sandinista coludida con paramilitares, barrieron con las barricadas de la Meseta de los Pueblos, Moraga junto a otros compañeros de lucha decidieron apoyar las barricadas de Monimbó hasta la llamada Operación Limpieza ordenada por Murillo, que dejó luto y destrucción entre la población de Masaya.

En su afán por salvaguardar su vida, este temerario muchacho huyó de las balas de la dictadura, junto a centenares de jóvenes de Masaya por las veredas de la laguna de Apoyo, donde pasó varios días soportando hambre y las hostilidades de la naturaleza, hasta que logró cruzar la frontera de Costa Rica.

Al llegar suelo tico, siempre tuvo en su mente en dejar los malos recuerdos que lo obligaron a abandonar su país y enfocarse en seguir resistiendo cívicamente desde Costa Rica y exponiendo sus ideas, las cuales las mantiene intactas desde hace seis años. 

Entre sus metas una vez estando en el país vecino, era tratar de sobrevivir, y luchar incansablemente para lograr tener éxitos pues en 2019 comenzó a laborar en ebanistería y le gustó mucho ese oficio. 

“En el 2020 en otro lugar de Alajuelita me dieron una oportunidad en el mismo ramo de ebanistería, ahí aprendí otros métodos para fabricar muebles, en materiales como fibra. Ahí gané mucha experiencia y a la vez pude empezar a desenvolverme en el oficio. Trabajé por más de un año. Luego alguien desde Nicaragua me recomendó para trabajar con un inversionista que le gustan los trabajos en madera”, recuerda Moraga.

En la actualidad ya está un poco más estable en su nuevo emprendimiento que se llama Jatziry Furmiture, cuyo primer nombre es por una persona especial en su vida y la otra palabra significa mueblería en español. Su emprendimiento consiste en la fabricación y restauración de productos hechos a base de madera preciosa desde muebles para casas hasta estructuras como puertas, escaleras, cielos rasos, entre otros.

“Yo pude comprar con un dinero que logré ahorrar algunas herramientas y máquinas. Trabajé con muchas personas, pero en mi mente se mantenía la meta de poner mi negocio propio y poder mejorar mi economía. Ya llevo unos meses con mi emprendimiento, y te cuento que no ha sido fácil. Pero el futuro depende de las ganas, del compromiso y de las buenas decisiones que tome uno, y mi consejo para los emprendedores es que esto se basa en asumir los retos y hay que echarle ganas y nunca darse por vencido”, aconsejó el joven exiliado.

Por el momento asegura que le sigue echando ganas a su pequeño negocio que se ubica en Concepción de Alajuelita, aunque la mayoría de sus trabajos de instalación los hace a domicilio. Para cualquier consulta sobre este tipo de trabajo pueden localizar este pequeño negocio al celular empresarial (506) 64816013.