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Bronceado cero: crece la moda de no exponer la piel al sol en las playas

Lucir una piel dorada en verano cada vez pertenece más al pasado. En contraposición, crece el no-bronceado, una tendencia mundial que reivindica la piel sin tostar como prueba de conducta saludable. Las más jóvenes son las más recatadas a la hora de exponerse al sol. Consejos de especialistas para disfrutar la playa y beneficiar el cuerpo sin tomar color

Enero 15, 2020 04:17 PM

La movida de la piel no bronceada esgrime varias razones de salud, estéticas y hasta del modo de disfrutar el verano. Aparece el tema del envejecimiento prematuro de la piel, las arrugas, la falta de luminosidad, la deshidratación, las manchas y, lo más grave, el cáncer de piel. También, que ya no resulta divertido tirarse como un lagarto bajo el sol, que se disfruta más leer o hacer otra actividad, vestido o en la sombra, y que ya no pesa tanto demostrar que el color en la piel es la prueba de que nos fuimos de vacaciones.

¿Tomar sol es una moda que “ya fue”? ¿Estamos en la era del bronceado cero? Por décadas, con mucho auge en los años 80 y 90, se rindió tributo al bronceado como sinónimo de belleza y salud. Sin embargo, en los últimos años, poco a poco –coinciden las especialistas consultadas por Infobae– se fue generando más conciencia sobre los daños del sol.

                             

Así, por una cuestión de cuidado de la piel y también por preferencia estética, cada vez más mujeres –son pocos los hombres preocupados por esta situación–, sobre todo las que tienen entre 20 y 30 años, prefieren volver de sus vacaciones casi sin tomar color. Sombreros de ala ancha, protectores de graduación 50 para arriba y horas prohibidas son el cóctel perfecto para lucir su piel natural en pleno verano.

Varias famosas locales e internacionales se sumaron en los últimos años a esta tendencia y abrieron la puerta a un debate sobre los cánones de belleza actuales. Por estas tierras, Guillermina Valdés, Nacha Guevara y Andrea del Boca son algunas de las predicadoras de la no exposición solar. Fronteras afuera, Madonna, las actrices estadounidenses Nicole Kidman, Liv Tyler, Anne Hathaway, Gwyneth Paltrow, entre otras celebridades.

“Volví hace 48 horas de vacaciones y ya van cinco personas que me dicen ‘ay, estás re blanca, no te bronceaste nada,’. Normalicemos usar protector solar factor 50 para no tener cáncer de piel, por favor se los pido”. Así arranca el hilo que hace pocos días Agustina Sánchez –25 años, quilmeña y estudiante de Comunicación Social– escribió en su cuenta de Twitter y en pocos minutos recibió más de 50 mil likes y 8 mil retweets.

“Y también normalicemos dejar de tener que ´demostrar´ que estuviste de vacaciones con el color que tenés en la piel y con la cantidad de horas que estuviste al sol”, agregó la joven que a fines de diciembre visitó Ihla Grande y Río de Janeiro.

Nuevas generaciones, hábitos naturales

“Sin dudas, las nuevas generaciones están adoptando hábitos naturales como por ejemplo una alimentación saludable, con menos ingesta de carnes y productos procesados, y en esa línea se suma el cuidado natural de la piel”, señaló a Infobae Cristina Pascutto, médica dermatóloga del Hospital de Clínicas y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

“Esas generaciones crecieron junto a las campañas de concientización sobre los peligros de la exposición al sol sin tomar los recaudos necesarios. De a poco, los más grandes se van sumando porque van tomando conciencia de los daños que ocasiona en la piel. Es que las mujeres mayores de 40 o 50 años tienen más arraigada la costumbre de tomar más sol, porque pertenecen a una época en que exponerse era lo que regía en cuestiones estéticas y de moda, convivieron durante años con otro paradigma”, explicó la especialista en diálogo telefónico desde una de las playas de Mar del Plata, donde veranea.

“Prefiero volver blanca y no enfermarme”

“Acá estoy disfrutando la playa, antes de las 10 y después de las 16, siempre con protector factor 50 y al reparo de una sombrilla. Eso no quiere decir que no me meta al mar, voy un rato y me vuelvo a proteger”, detalló la doctora Pascutto con sentido docente. “Vuelvo blanca a Buenos Aires, pero prefiero eso y no volver a tener un tumor en la piel como lo tuve a los 35 años, que por suerte no fue un caso de los más agresivos”, confió.

Es muy importante que las obras sociales y las prepagas apliquen descuentos en los protectores solares que son un insumo básico para la prevención del cáncer de piel. Hay varios proyectos presentados en el Congreso”, agregó. Por efecto de la inflación, estos productos registraron subas de hasta 100%, y su costo promedio se ubica entre 600 y 1.000 pesos.

También las mujeres que hace unos años se exponían varias horas al sol, hoy eligen broncearse en forma más light. Es el caso de Luciana Gómez, platense, abogada y al borde de los 40. “Me gusta tomar sol. Es algo que hago desde joven. Me gusta el color dorado en la piel, cómo queda con determinados tonos de ropa. Me veo más linda, me da más vida”, confesó a Infobae. “Pero ahora –amplió– sé que el sol está fuerte y más peligroso, por eso subí el factor de protección a 40 y no tomo sol a cualquier hora”.

Cambios en los cánones de belleza

Siempre digo que el sol quema, envejece, genera arrugas, manchas, engrosamiento de la piel y también cáncer. Si se quiere mantener la piel más joven, el bronceado no es un signo de salud, es en realidad un mecanismo de defensa de la piel, y con el tiempo pasa factura”, señaló a Infobae la doctora Laura Szafirstein, médica dermatóloga, miembro de la SAD y de la Academia Americana de Dermatología.

“La moda de estar bronceado es algo que empezó hace décadas”, recordó. Y explicó: “Con la revolución industrial y la llegada de las fábricas los obreros estaban blancos, lejos del sol, encerrados trabajando. Quienes integraban las clases altas eran los que tomaban color en su piel, los que tenían tiempo libre. Pero el bronceado recién se puso de moda allá por los años 50 con la diseñadora de alta costura Coco Chanel cuando el glamour del sol atrajo a los turistas a las playas del Mediterráneo”.

La tendencia a bajarle la valoración estética al bronceado comenzó en Estados Unidos hace poco más de 10 años; lo que se conoció como moda blanca”, siguió Szafirstein. “Los cánones de belleza han cambiado. Hoy las modelos europeas están blancas porque no quieren manchar su piel, no quieren arrugarse. Las latinoamericanas y las argentinas aún insisten un poco más con la idea del bronceado, pero lo cierto es que hay un cambio de paradigma mundial, un cambio socio-cultural hacia lo saludable”.

Los principales cuidados

Si bien es fundamental protegerse del sol todo el año, en verano los cuidados deben intensificarse. La radiación ultravioleta es el principal factor de riesgo para la mayoría de los tipos de cáncer de piel: en Argentina, se le atribuyen más de la mitad de los casos de melanoma.

Los especialistas recomiendan utilizar protector solar de al menos factor 30, aplicar una cantidad generosa en la piel seca 20 minutos antes de la exposición, renovarlo cada dos horas con la piel seca o cada vez que uno sale del agua y se frota o se seca la zona y evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16, cuando las radiaciones son mayores.

Siempre que se pueda, se aconseja buscar la sombra, ya sea debajo de un árbol, un techo, una sombrilla o carpa en la playa; usar sombrero, capelina o gorra y lentes de sol que bloqueen del 99% al 100% de los rayos UVA y UVB.

“Con estos cuidados se puede disfrutar de la playa y el sol sin riesgos y también se aprovecha la absorción de la vitamina D, indispensable para asegurar la salud ósea y muscular del organismo, cuyo déficit se asocia al incremento en el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas en los huesos”.

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