Monseñor Rolando Álvarez: “la voz del pueblo es la voz de Dios”
Monseñor Rolando Álvarez expresó que Nicaragua entró en la etapa más difícil “reconstruir” el país para delinear un futuro democrático en el que se respetarán los derechos humanos, sin exclusión.
“200 años después debe enfrentar los errores del pasado para delinear un futuro democrático en el que se respetarán los derechos humanos, sin exclusión. Los obispos hemos dicho nuestro mensaje del pasado viernes rechazamos todo aquello que pretenda robar la paz fundamentada en la justicia y el respeto a los derechos humanos”, expresó Álvarez
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El obispo llamó a los ciudadanos a dejar que Jesús ilumine sus “conciencias” dado que en muchas familias hay división “el país ciertamente, ha entrado en la etapa más importante de su historia la tarea de reconstruirnos a nosotros mismos como una nación vamos conscientes esta tarea, por una parte, es fácil porque los nicaragüenses no dudamos de ser miembros de una nación, pero por otra menos fácil porque el conflicto entre miembros de una familia es siempre amargo y divisorios”
El religioso llamó a los creyentes a trabajar en caminos de amor, conversión, reconciliación, unidad y esperanza para construir una Nicaragua sobre fundamentos de paz y justicia “todos tendremos un esfuerzo individual para la reconciliación y el perdón, un perdón que para ser efectivo debe pedirse con sinceridad, el perdón nos une porque como motor de nuestra historia revela que nuestros sueños, nuestras ilusión de ser nación es posible y permite evitar las ofensas y los espirales de lucha entre hermanos”
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Álvarez enfatizó en el “perdón” como un pilar para restaurar el “orden quebrantado” “debemos demostrar nuestra naturaleza de diálogo democrático, participativo y pacífico para honrar la memoria de tantos que dieron y han dado su vida durante estos 200 años para crear una República con la finalidad de establecer un nuevo orden social en unidad, estabilidad y de futuro”
Para monseñor, el próximo proceso electoral es un marco propicio para la democratización “deberíamos asumirlo como un proceso ético, libre, transparente y justo que permita escuchar la voz de Dios, la voz del pueblo, porque recordemos hermanos, la voz del pueblo es la voz de Dios”