"Denunciar, denunciar": En Europa comunicadores rechazan persecución a la prensa en Nicaragua
“Es lo único que podemos hacer. Denunciar, denunciar y denunciar”, explica en entrevista con la Voz de América el periodista nicaragüense José Denis Cruz.
Originario del departamento de Granada, se exilió después de haber trabajado en Managua para El Nuevo Diario y La Prensa. Ahora reside en Europa, donde es vicepresidente de la Red de Periodistas Nicaragüenses en España y trabaja para el medio digital Despacho 505.
Desde Madrid, condena la persecución que sufren sus colegas en Nicaragua y explica algunas de las consecuencias más directas de estos ataques, como “el silenciamiento de voces críticas”.
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“Hay muchas fuentes que no están queriendo hablar por temor. Cualquiera que hable o critique al gobierno puede ser detenido”, comenta.
Destaca, además, “la gran diferencia” que hay a la hora de hacer periodismo desde el país europeo: “Sentimos total seguridad, que no va a haber un policía a las afueras de nuestras casas o que van a estar amedrentándonos como está ocurriendo en Nicaragua”.
También desde la capital española, Luis Ayllón, portavoz de la Asociación de la Prensa de Madrid, muestra su rechazo a la persecución que sufren los comunicadores y los medios independientes en el país centroamericano: “Es intolerable que se amenace a los periodistas y que se provoque su salida del país. Es una manera de tener el terreno libre para seguir actuando”.
Por otro lado, el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas en España, Nemesio Rodríguez, califica los ataques del gobierno sandinista hacia el gremio como una “persecución intolerable”.
“Atenta contra el libre ejercicio del periodismo, un valor fundamental de cualquier sistema de gobierno que aspire a presentarse al mundo como una democracia. Perseguir a los periodistas y a los medios es el primer paso para caminar hacia un régimen autoritario sin derechos ni libertades”
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Los expertos coinciden en que los profesionales de la comunicación que ejercen en Nicaragua deben recibir más apoyo desde el exterior, tanto por parte de asociaciones que defienden los derechos de los periodistas como de organizaciones internacionales con más capacidad de actuación.
“Más allá de la condena y de la presión al gobierno, hay que dar apoyo a periodistas que utilizan medios no convencionales y siguen reportando sobre lo que está sucediendo. Si no, la crisis va a desaparecer para el resto del mundo, y es lo que no queremos”, explica Joan Barata, profesor de la Universidad de Stanford y experto internacional en materia de libertad de expresión y regulación de medios.
“Tienen el respaldo de los periodistas del todo el mundo, tanto ellos como los que están acosados en otros países. Terminarán venciendo. Yo creo que el periodismo terminará ganando la batalla con la verdad frente a la propaganda del poder y al acoso por parte de quienes gobiernan”, añade Ayllón.
Rechazo a la Ley de ciberdelitos
Los comunicadores también conversaron con la VOA sobre la polémica Ley de Ciberdelitos, la cual fue aprobada en octubre pasado y castiga con penas de cárcel a las personas y entidades que el gobierno sandinista considera que difunden “noticias falsas” a través de medios de comunicación y redes sociales.
“Vimos una arremetida directa y total contra los periodistas al aprobarse la ley de Ciberdelitos. Bajo esta leyes están amenazados muchos periodistas nicaragüenses. Estamos repitiendo el patrón de 2018”, explica José Denis Cruz.
El nicaragüense confiesa que el propio diario digital donde trabaja, Despacho 505, que cuenta con comunicadores que ejercen el periodismo dentro y fuera de Nicaragua, ha sufrido ataques cibernéticos en varias ocasiones.
“Seguimos informando y condenamos esta censura con la que el gobierno pretende acallarnos (…) Nuestra posición sigue siendo que no vamos a claudicar, vamos a seguir informando, vamos a responder a la dictadura con información de calidad, contrastada y veraz”.
Compara, además, a Nicaragua con Venezuela, otro país que ha sido denunciado por varias organizaciones al vulnerar la libertad de expresión y acosar a periodistas y medios: “Ortega ha seguido los mismos pasos que Maduro para silenciar a la prensa. En Nicaragua, sin embargo, no lo ha logrado. La prensa sigue resistiendo a pesar que los periodistas están saliendo”.
Por otra parte, el portavoz de la Asociación de La Prensa de Madrid destaca la cantidad de desinformación que existe actualmente. Aun así, también expresa su rechazo hacia la polémica ley: “Entendemos que no es precisamente el gobierno o las personas que están en el poder las que deben decidir qué noticas verdaderas o son faltas (…) Debería ser un organismo independiente, no el que está en el poder”.
Una opinión similar expresa el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España: “Dejar en manos de un gobierno la decisión sobre lo que es verdad y es mentira abre la puerta a la imposición de una sola versión oficial de los hechos y a castigar a quien se aparte de ellos”.
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Para Joan Barata, la nación gobernada por Ortega “recoge en un solo país todo lo malo que se pueda hacer respecto la libertad de expresión”.
Destaca que organizaciones como la ONU o la OEA, han denunciado en el pasado que “no se encuentra en la línea de estándares internacionales una prohibición genérica, abstracta de lo que se denominan noticias falsas. (…) Se pone en mano de los gobiernos y del poder un instrumento que permite separar o discernir el discurso político que nos interesa autorizar y el que no”.
El experto añade que aunque dicha ley no se aplicara, solamente por el hecho de incluir severos castigos “su mera existencia tiene un efecto intimidatorio en referencia a cualquier periodista o a ciudadano que quiera expresar sus opiniones”.
La importancia del libre ejercicio del periodismo en Nicaragua
Si bien los expertos consideran que el libre ejercicio del periodismo es “fundamental” alrededor del mundo, destacan que éste aspecto aún cobra más importancia en países como Nicaragua.
“En el caso de regímenes donde la democracia aún está en construcción, la función del periodismo se convierte en fundamental para fiscalizar y atestiguar hasta qué punto existen fallos, cosas que hay que corregir y mejorar”, explica Barata.
El portavoz de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España añade que “limitar el ejercicio libre del periodismo supone cercenar la capacidad de elección del ciudadano. Perseguir a los medios y a los periodistas para impedir que ejerzan un control independiente del poder es el principio del fin de la democracia”.