Obreras y desempleadas quedan en desamparo con el cierre del Movimiento María Elena Cuadra
Este 15 de febrero, la Asamblea Nacional aprobó la cancelación de las personalidades jurídicas de seis asociaciones a solicitud del Departamento de Registro y Control de Asociaciones del Ministerio de Gobernación.
Más de treinta mujeres que por décadas defendían los derechos de las obreras y desempleadas pasaron en un abrir y cerrar de ojo a la lista de desocupación en el país tras la cancelación de la personería jurídica del Movimiento María Elena Cuadra y otras asociaciones sin fines de lucro en el plenario nicaragüense.
“Serían muchísimas las mujeres desprotegidas. No solo hablamos por las colaboradoras del organismo, también de las obreras activas de la corporación de zonas francas. No se merecen borrar años de lucha. Ciertamente a quien están dejando desprotegida es a la clase obrera y ahora a dónde nos iremos a quejar si ya no hay María Elena Cuadra”.
Yadira Juárez operó durante diez años y cuatro meses para la empresa New Holland Apparel ubicada en el kilómetro 47,5 de la carretera Tipitapa-Masaya, pero en 2020 fue despedida de esta compañía textil de zona franca al presentar desmejoramiento en su salud.
“Yo fui empleada de la maquila por diez años y me corrieron, porque en las empresas cuando nos enfermamos nos corren como que no valemos nada y por estar enfermas nos empiezan a discriminar. Es doloroso. Las mujeres trabajadoras de zonas francas quedan más indefensas”.
Esta mujer de ahora 52 años fue diagnosticada con síndrome del túnel carpiano, afectando el nervio de la muñeca que le impide realizar movimientos y tener sensibilidad en parte de su mano.Cuenta que ella conoció del Movimiento María Elena Cuadra a través de las promotoras que también eran compañeras en la planta textil.
“Llegué como invitada a una actividad del organismo, un 8 de Marzo. Recuerdo que nos atendieron como reina, nos daban todo no gastábamos en nada. Ahí conocí a doña Sandra Ramos, de quien puedo decir es una mujer que tiene agallas para defender el derecho de los trabajadores”.
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Con el apoyo del colectivo de obreras y desempleadas María Elena Cuadra, Yadira Juárez inició el proceso para obtener una pensión por incapacidad laboral, dice que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social le ha citado cuatro veces y espera que pronto le notifiquen una resolución favorable.
“Ese organismo ha sido una bendición porque nos han apoyado económica y psicológicamente. Ahí teníamos el refugio para exponer nuestros casos. El que hable mal del María Elena Cuadra es porque es una persona mal agradecida, pero yo sí me siento muy agradecida”.
“Es injusto”
María Mercedes Soza de 51 años, trabajó desde los 23 años para distintas empresas textiles y narra que las extensas jornadas laborales han pasado factura en su frágil salud.
“Me diagnosticaron artritis reumatoidea, diabetes, hipertensión, osteoporosis, desgaste en la columna, en las rodillas, un quiste y la verdad que si sigo con todas mis enfermedades no termino”.
Detalla que sus dos hijas no pudieron continuar con los estudios universitarios porque la pensión de 3 mil córdobas que recibe por incapacidad desde el 2020 no ajusta ni para sus medicinas.
“Yo estaba buscando un aumento y en el María Elena Cuadra siempre nos apoyaban y nos brindaban asistencia psicológica. Estoy todavía incrédula de su cierre, ahora no sé dónde recurrir para buscar ese apoyo. Ojalá que todo sea una falsa alarma porque nos dejan en el aire”.
“Estamos tristes y desamparadas”
Martha Ramírez Pérez habita en Tipitapa narra que cuando le sale trabajo se dedica a lavar, planchar y cuidar niños pese a sus enfermedades y muy a pesar de sus 58 años. Su historia no es diferente a las otras. Inició a trabajar en empresas zonas francas desde el año 1997 hasta el 2020.
Según Ramírez, cuando la despidieron la “circularon” para que otras compañías textiles le negaran su ingreso a modo de represalias. Por ello, le es difícil aceptar el cierre del colectivo María Elena Cuadra.
“Las afectadas somos nosotras porque nos ayudaban con asistencia después que quedábamos enfermas y desempleadas. Ahora estamos muy tristes con el cierre de esta asociación porque casi todas somos de la tercera edad”.
Seis asociaciones canceladas
Este 15 de febrero, la Asamblea Nacional aprobó la cancelación de las personalidades jurídicas de seis asociaciones a solicitud del Departamento de Registro y Control de Asociaciones del Ministerio de Gobernación.
De acuerdo con la versión oficial la Asociación de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas María Elena Cuadra, la Fundación para la Promoción y Desarrollo de las Mujeres y la Niñez Blanca Arauz (Fundemi), Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Centro Nicaragüense de la Juventud y la Infancia, Fundación Iberoamericana de las Culturas -FIBRAS y Asociación Pen Internacional Nicaragua han incumplido con sus obligaciones conforme las leyes que regulan a organismos sin fines de lucro.
“Renaceremos como el ave fénix”
“Lo único que podemos heredar a nuestras mujeres es conocimiento. Conocimiento sobre las leyes, sobre sus derechos que algún día nunca vuelva a ser atropelladas y que algún día tengamos el país que hemos soñado por el cual hemos trabajado y que nada es eterno en esta vida”.
Expresa Sandra Ramos, presidenta del Movimiento María Elena Cuadra fundado en 1994, quien desmintió la versión oficial aduciendo que este colectivo ha cumplido con todas las normativas de ley y afirma que fue el Ministerio de Gobernación quien rechazó toda la documentación anual de rendimiento de cuentas.
Añadió que este colectivo estaba siendo cerrado presionado basado en las mentiras y a modo de venganza contra las mujeres y contra esta organización.
“Ha sido obligado a cerrar, pero renaceremos como el ave fénix porque en cada comunidad, en cada barrio y en centro de trabajo está nuestro trabajo con las mujeres defensoras de derecho de este país y vamos a seguir con ellas porque no las vamos a dejar sola”.
Asimismo, la reconocida activista destacó que “el María Elena Cuadra no es el edificio ni las cuatro paredes, qué nos han costado tanto tenerlas porque aquí el gobierno no nos ha dado nada”.
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Ramos aseguró que, sin éxitos, anteriormente se introdujo un recurso por inconstitucionalidad contra la ley de Agentes Extranjeros por ser inconstitucional y cercenar los derechos de esta asociación.
“Nosotros no trabajamos para ningún gobierno extranjero”.
En este sentido, Sandra Ramos precisó que continuará trabajando porque la ley les permite organizarse pese a ser despojados de la personería jurídica.
“Aquí no hay que tener miedo porque nos vamos a llenar de miedo”, se cuestionó y agregó.
“Llenémonos de valor para defender nuestros derechos por una vida digna, libre de violencia. Yo no voy a llorar por estas cuatro paredes y para mí lo ideal sería que les queden a las mujeres empobrecidas de este país”.
Fotos: Óscar Navarrete
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