Celebran eucaristías por liberación de monseñor Álvarez, “el obispo de la paz”
El sacerdote Erick Díaz, ex preso político desterrado y ahora exiliado en Chicago, Estados Unidos, dijo que monseñor Rolando Álvarez es un obispo de paz y de no violencia, que está abrazando su cruz, al igual que Jesucristo
Este domingo, el último del tiempo ordinario en la Iglesia Católica, se celebraron eucaristías en diversas partes del mundo, orando por la liberación de monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, encarcelado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Las eucaristías fueron celebradas en Miami, por Monseñor Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua, en Chicago, por el sacerdote matagalpino Erick Díaz, exprisionero político del régimen y también desterrado a Estados Unidos
De igual manera, la tarde de este domingo se celebró una eucaristía en Costa Rica, país que ha acogido a los exiliados nicaragüenses que huyen de la represión de Daniel Ortega.
Durante su homilía, el sacerdote Erick Díaz, explicó que perdió su nacionalidad hace unos días y manifestó su agradecimiento al obispo de Chicago por permitirle integrarse a la parroquia Santa María del Lago, en donde este domingo celebró su primera misa desde el exilio.
Lea más: Báez: "Nunca ningún opresor termina bien ni ningún dictador triunfa indefinidamente"
El sacerdote invitó a los fieles a orar por quienes persiguen a la Iglesia. “Jesús invita a orar, entonces oremos siempre por quién nos persigue, porque Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos lleguemos a la salvación”, dijo el religioso.
Un obispo que ama a su pueblo
El padre Díaz también exaltó las cualidades de Monseñor Rolando Álvarez y dijo que es un pastor que siempre les decía en la Diócesis de Matagalpa que “hay que trabajar por la paz”.
“En esta línea podemos resaltar entonces la figura del Obispo de Matagalpa en Nicaragua, un Obispo que ha amado a su pueblo sin medida, un Obispo que ha amado a Dios sin medida, ha podido abrazar la cruz por su pueblo de Nicaragua, a quien tanto ama y en ese amor de él para los demás siempre nos predicó no al odio, no a la confrontación, no a la violencia”, recordó Díaz, quien junto a otros sacerdotes, seminaristas y un laico, permaneció secuestrado junto a su obispo dentro de la Curia de Matagalpa.
Por otro lado, recordó que monseñor Álvarez decía que “debemos evitar el odio, la violencia, porque si eso ocurre el odio se convierte en venganza y bajo la premisa de hacer justicia nos lleva a eliminar al otro, nos lleva a eliminar, al contrario, nos lleva a destruir al que piensa diferente”, señaló.
Además, resaltó que Jesús sufrió las injusticias de su tiempo y fue llevado a la cruz, donde todo parecía perdido.
“Sin embargo, se estaba gestando lo más bello de la historia del mundo, la historia de la salvación de Dios, que en Jesucristo nos estaba salvando nos estaba salvando con su amor martirizado”.
“Monseñor Rolando, según dijeron, no quiso abordar el avión para irse del país, eso no se ha confirmado, si fue verdad que lo llevaron, tampoco se ha confirmado si él dijo váyanse yo voy a pagar la condena. Lo que sí es verdad es que abrazó la cruz y está abrazando la cruz por amor a sus hermanos, por amor a su patria, desde aquí le seguimos acompañando, nos seguimos solidarizando y seguimos diciéndole a Dios que lo acompañe en este momento de prueba, en este momento de dolor, en este momento de cruz y que Monseñor sea siempre esa antorcha esa luz que nos ilumina”, puntualizó.
“Monseñor Álvarez es una escuela viviente, nos enseña cuando habla y nos enseña cuando calla, es el Obispo de la Paz, es el obispo de la no violencia, es el obispo que ama hasta el extremo que sigue sufriendo por amor”, concluyó el sacerdote Erick Díaz.
En Miami los feligreses pedían la libertad de monseñor Álvarez
En la eucaristía dominical de la iglesia Corpus Christi, de Miami Dade, algunos de los sacerdotes y seminaristas que estuvieron como presos políticos de Daniel Ortega durante 6 meses, relataron su experiencia en “El Chipote”.
“Nuestro paso por la cárcel no fue algo accidental, Dios lo tenía en sus planes. Era una misión que se nos había encomendado. Aquella noche, estaba oscuro todo, me lleva el policía a la celda, me dijo aquí te quedás. En aquellas planchas de cemento conocí a un sacerdote que me dijo soy sacerdote y me han condenado a 30 años de cárcel, no sé si mi viejita vive o murió”, relató el padre Enrique Martínez Gamboa.
El sacerdote asegura que ellos cuando los sacaban de las celdas les daban la bendición a los otros presos del Chipote, pero los policías les bajaban las manos para que no los bendijera.
“Qué cosa más impresionante, pasábamos en fila maniatados y con la cabeza hacia abajo, porque esa era la orden, y los demás presos estaban ahí de rodillas en los barrotes de sus celdas, pidiendo la bendición”, resaltó.
En la eucaristía, la feligresía coreaba la frase que identifica a los católicos nicaragüenses: “María de Nicaragua, Nicaragua de María”, expresión que destaca durante las fiestas de La Purísima, todos los siete de diciembre y con la cual pedían la libertad de monseñor Rolando Álvarez.
Facebook
Visitar Facebook
X
Visitar X
Instagram
Visitar Instagram
Youtube
Visitar Youtube
LinkedIn
Visitar LinkedIn
WhatsApp
Visitar WhatsApp
Telegram
Visitar Telegram
Spotify
Visitar Spotify
TikTok
Visitar TikTok
Google Noticias
Visitar Google Noticias