Excarceladas políticas reciben premio Defensoras de Justicia en EEUU
María Esperanza Sánchez y Tamara Dávila hablaron en nombre de las 33 presas políticas excarceladas y desterradas. Denunciaron las arbitrariedades del régimen y ratificaron su lucha hasta que Nicaragua sea libre de la dictadura
La tarde de este jueves, 9 de marzo, el Instituto Global de las Mujeres, de la Universidad George Washington, en Estados Unidos, entregó el premio Defensoras de Justicia a las 33 mujeres que fueron excarceladas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a costa del destierro.
El evento se llevó a cabo en el Auditorio Jack Morton, de la universidad antes referida, y aunque no pudieron estar presentes las 33, en nombre de todas llegó una delegación y las expresas políticas María Esperanza Sánchez y Tamara Dávila fueron delegadas para hablar.
Ambas no pudieron ocultar las lágrimas al hablar del país del que las desterraron y de la familia que han dejado atrás.
La doctora Mary Ellsberg, directora fundadora del Instituto Global de la Mujer, quien ha tenido una relación de trabajo cercana con Nicaragua presentó el premio y manifestó a estas 33 mujeres las despojaron de su nacionalidad y ha sido tan grave lo que han vivido, que dos de ellas pidieron no ser identificadas públicamente, por temor a represalias del régimen contra sus familiares que siguen en Nicaragua.
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“En este grupo hay estudiantes, vendedoras de mercado, abogadas, candidatas presidenciales, activistas políticas, madres, abuelas, todas son símbolo de unidad en resistencia”, resaltó la doctora Ellsberg.
“En Nicaragua las mujeres siguen siendo víctimas de femicidio”, denuncia excarcelada
La primera en subir al escenario fue la ex presa política María Esperanza Sánchez, quien contó que fue presa política en la prisión de mujeres La Esperanza y aclaró que es “una mujer que ha estado en la lucha desde antes del 2018, manifestándome contra la violencia de la mujer y sus maltratos y crímenes impunes”.
Resaltó que con orgullo puede decir que es destacada la participación de las mujeres de todos los sectores sociales, de ideologías diversas, de distintas generaciones en la lucha contra la dictadura, lo que asegura generó un ensañamiento contra las mujeres, “como lo sufrimos nosotras, las mujeres secuestradas en diferentes penales de Nicaragua y en El Chipote, es una muestra del sistema de violencia de estado contra las mujeres”.
Asimismo, dijo que como luchadora “me identifico con las causas nobles de todas las mujeres que levantan sus banderas por su propio derecho, me identifico con las causas de los pueblos que viven en régimen dictatoriales, de represión, para mantenerse en el poder, como es el caso de mi bello país Nicaragua, que hoy me ha dolido dejarlo, pero aquí estamos”.
“Finalmente, quiero destacar que en Nicaragua las mujeres siguen siendo Víctimas de femicidio y víctimas de un estado que no protege los Derechos Humanos, nuestro compromiso es no abandonar a nuestro pueblo, aunque nos hayan desterrado al lado de 189 hombres y otras 94 personas más. La patria la llevamos en el corazón y en la sangre y de ahí nadie no las puede arrebatar, en nombre de todas las mujeres que sufrimos el encierro bajo tortura y la libertad y alcanzamos la libertad bajo el destierro queremos agradecer de todo corazón este premio como Defensores de la justicia un reconocimiento a nuestra lucha por la democracia y la libertad”, concluyó.
Régimen no deja que los hijos de las desterradas viajen a Estados Unidos
Tamara Dávila, también excarcelada política, relató al auditorio cómo estuvo secuestrada durante casi dos años, en un encarcelamiento que tildó como injusto y relató la tortura de la dictadura al separar a las presas y presos políticos de sus hijos, sobre todo de los que son pequeños aún.
“Fueron casi dos años de secuestro y encarcelamiento injusto e ilegal. Soy también madre de una niña de 6 años, a la que no vi ni abracé durante un año y dos meses, porque la dictadura no me lo concedió. Hoy por hoy, un mes después de haber llegado a este país, todavía no he podido ver a mi hija y estar con ella. No podemos regresar a Nicaragua y el régimen ha impedido la salida a nuestros niños y niñas con documentos, porque nosotros ya no existimos, fuimos borrados de los registros públicos y no podemos firmar sus permisos de salida”, relató.
#Nicaragua Emotivo momento. Excarceladas políticas reciben premio en #EEUU https://t.co/tusExZ5UMi pic.twitter.com/59sKgQo2QP — 100%NOTICIAS (@100noticiasni) March 9, 2023
Dávila dijo que la crueldad del régimen no ha tenido límites, “por esto y mucho más todas deseamos y trabajamos por mundo más humano, una Nicaragua linda libre y democrática, un mundo más humano que siempre incluye los vínculos entre todas y entre todos y la reunificación familiar, por eso fuimos castigadas, por eso fuimos criminalizadas y encarceladas injustamente, por querer una patria distinta para nuestros hijos e hijas”.
“En mi país desde hace más de 9 años es inimaginable que las mujeres salgamos a las calles en esta fecha y desde el 2018 imposible poder tener una reunión como esta, toda mujer organizada es objeto de criminalización. Hay cientos de feministas forzadas al exilio todo esto con el propósito de desarticular el movimiento de mujeres y retroceder en la lucha por nuestros derechos, lo que tiene un impacto negativo en la vida de las mujeres y más en la vida de las mujeres que todavía están en Nicaragua”, insistió Tamara Dávila.
“Aquí estamos y hemos seguido y vamos a seguir resistiendo. Fuimos a prisión por el régimen de Ortega Murillo, fuimos perseguidas, otras asesinadas, criminalizadas por decir la verdad, por hablar de frente para alzar nuestras voces. Qué honor esa fuerza del cambio, esa es la fuerza que aligera el peso de estos días, el peso de estar lejos sin nuestra familia, sin nuestros hijos, esa sensación que a veces nos embarga de haberlo perdido todo, pero analizar, sentirnos y recomponernos con la certeza de que no estamos solas ,de que nos tenemos unas a otras, de que juntas podemos ver y ser parte de los cambios que todas queremos en cada uno de los espacios porque juntas somos más y somos más fuertes porque vivas estamos y porque vivas nos queremos. ¡Viva Nicaragua libre!”, concluyó Dávila.
Un grupo de las ex presas políticas recibió el galardón mientras en la pantalla del auditorio se proyectaba un video con fotos de 31 de ellas, porque las otras dos pidieron anonimato.
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