Dictadura bloquea cuentas bancarias de sacerdote Edwing Román
El sacerdote Edwing Román, denunció desde el exilio que los bancos de Nicaragua le congelaron las cuentas. La medida llega un mes después que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo despojaron de la nacionalidad y lo declararon “traidor a la patria”.
“Este era mi “gran capital” en Nicaragua que ha sido bloqueado. A Dios gracias, nunca me ha faltado la dignidad, el techo, y el pan de cada día. ¡Ridículos!”, escribió el padre Edwing Román en su cuenta de Twitter.
El cura acompañó su publicación con dos imágenes donde aparecen unas transacciones infructuosas.
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Edwing Román, quien ha sido uno de los sacerdotes críticos al régimen y que ha defendido los derechos humanos del pueblo de Masaya, detalla en los recibos que su saldo era de 150 córdobas, lo que tildó como el “gran capital”.
Desde la semana pasada, los periodistas Aníbal Toruño, director de Radio Darío y Wilfredo Miranda, de la plataforma Divergentes, denunciaron el mismo día que las entidades financieras bloquearon sus cuentas “sin previo aviso”.
El pasado 15 de febrero, el magistrado Octavio Ernesto Rothschuh Andino, presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, apareció sorpresivamente de febrero, leyendo una sentencia en donde ordenaba despojar de la nacionalidad a 94 ciudadanos, entre opositores, sacerdotes y periodistas independientes críticos a la dictadura.
Entre los despojados de la nacionalidad, a quienes además ordenó confiscar sus bienes “a favor del Estado de Nicaragua”, se encuentra el sacerdote Edwing Román, junto a otros religiosos, entre ellos Monseñor Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua.
Hasta el momento, ninguna entidad financiera se ha pronunciado sobre el bloqueo de las cuentas de los ciudadanos despojados de la nacionalidad, quienes han denunciado públicamente el caso como una violación a su derecho.
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Antes de su exilio, el sacerdote Edwing Román, quien actualmente se encuentra en Miami, Estados Unidos, era párroco de la Parroquia San Miguel Arcángel, en el departamento de Masaya, templo que abrió sus puertas a las madres de los fallecidos de las protestas de abril de 2018, para que protestaran exigiendo justicia al régimen.