Monseñor Báez: el Crucificado sigue sufriendo “en los pueblos oprimidos por poderosos desquiciados”
Este domingo, en la homilía de Domingo de Ramos, monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, pide contemplar al crucificado, que sigue sufriendo en cada oprimido, en cada perseguido y “en los pueblos oprimidos por poderosos desquiciados”.
“El Señor Crucificado sigue sufriendo en los calvarios del mundo: allí donde se irrespeta la libertad y la vida de las personas, en los pueblos oprimidos por poderosos desquiciados y en las sociedades empobrecidas a causa de la injusticia y la corrupción. Jesús sigue clamando y sufriendo en las personas y los pueblos crucificados”, señaló.
Asimismo, monseñor Báez asegura que la historia de la pasión de Jesús es la misma historia del mundo de siempre.
“Es una historia llena de bajezas, traiciones, odio y violencia. Discípulos miedosos, dispuestos a huir y a traicionar al Maestro; hombres de la religión altaneros e hipócritas; soldados crueles amaestrados para torturar y matar; turbas manipuladas e insensibles que se dejan llevar por la irracionalidad; autoridades políticas inmorales, corruptas y sanguinarias. La historia de la pasión de Jesús es la historia de la pasión del mundo, es la historia de la humanidad de siempre”, enfatizó Báez.
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Por otro lado, hace un señalamiento preciso sobre las irregularidades en el proceso político que se llevó contra Jesucristo, el cual coincide casi a la perfección con muchos que se dan en la historia contemporánea de Nicaragua.
Asegura que el relato de la pasión en el evangelio de Mateo pone en evidencia que Jesús fue una víctima de la injusticia del mundo, una víctima del poder religioso y político de la época. El relato no solo revela sentimientos de mentira y de odio en los adversarios de Jesús, sino que está plagado de irregularidades jurídicas que culminaron en su condena y su muerte. El relato de la pasión del Señor es la historia de una injusticia.
“Jesús fue arrestado de forma ilegal. Quienes lo apresaron no tenían ninguna orden judicial para hacerlo, fue arrestado sin haber cometido ningún delito y sometido a un juicio religioso y a otro político, en los que no se respetaron los más mínimos procedimientos establecidos por la Ley”, recalcó.
Pide seguir alzando la voz
El obispo auxiliar de Managua rescata que en medio de las bajezas del proceso que se llevó contra Jesucristo, la mujer de Pilatos habló por él y dijo que era justo, pero su voz no fue escuchada, sin embargo, él pide se siga ese ejemplo porque en realidad es la reserva moral que tarde o temprano se impone.
“La voz de esta mujer representa las voces de quienes hoy defienden a las víctimas inocentes y se alzan contra el atropello a los derechos humanos. Estas voces dan la apariencia de ser débiles y dispersas, el mundo no parece escucharlas y los poderosos se esfuerzan en aplastarlas y callarlas. Sin embargo, lo que hizo la mujer de Pilato es necesario seguir haciéndolo hoy. Tenemos que ser voz de los justos que no tienen voz y son condenados; y tenemos que ser voz contra los que tienen demasiada voz y, por eso, condenan a los justos”, insiste monseñor Báez.
También dijo que la resurrección del Crucificado dará la razón a la mujer de Pilato, y por ello Tenemos que esforzarnos en conservar incorruptible nuestra conciencia, debemos fortalecer los sentimientos que nos hacen solidarios y sensibles ante el dolor de las víctimas, no debemos apagar en el corazón el hambre y la sed de justicia en un mundo sometido por poderes tenebrosos al servicio de la injusticia”.