Policía de Nandaime persigue a jóvenes que representaban la pasión de Cristo en las calles
Este Miércoles Santo, Jesucristo no pudo ser crucificado en Nandaime, debido a la feroz persecución que desarrolla el régimen Ortega Murillo contra cualquier manifestación de fe relacionada a la iglesia católica.
Las calles adoquinadas de Nandaime se convirtieron en el escenario en el que agentes de la policía sandinista dieron persecución a los jóvenes que representaban a Jesucristo, los apóstoles y los soldados romanos.
En videos que circulan en redes sociales, se observa cómo el joven que representaba a Jesús con la Cruz se detiene en una esquina y de pronto, el resto de jóvenes con túnicas y los vestidos de soldados aparecen corriendo, huyendo todos de la policía, únicamente amparados con la bandera blanca y amarilla de la iglesia católica.
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La abogada e investigadora Martha Patricia Molina asegura que en la Semana Mayor “tenemos las calles llenas de procesiones y todo ha sido prohibido por la dictadura, algunas parroquias han decidido sacar a los santos solamente alrededor, las que tiene espacios grandes los aprovechan y otros, por mayor cautela, no han salido de las iglesias, es la primera vez en la historia de Nicaragua que sucede algo así”.
Buscan aniquilar a la iglesia católica
También resalta que desde el año pasado la dictadura ya venía prohibiendo procesiones, pero masivamente como está ocurriendo esta Semana Santa nunca se había visto.
“La iglesia católica somos todos, ahí están los sacerdotes, obispos, seminaristas, religiosas, laicos la dictadura sandinista procura evitar que la gente salga masivamente a las calles, ellos le tienen temor a aquel abril del 2018, en donde la gente de manera autoconvocada se manifestó y reclamó sus derechos y el alto a todas las arbitrariedades, entonces erróneamente está pensando que con las manifestaciones de piedad popular el pueblo se va a reactivar y volverá a las protestas”, señaló Molina.
Ella afirma que prohíben las procesiones para que el pueblo no se reactive masivamente, “porque la policía no tiene capacidad de controlar a toda la gente en las 8 diócesis y en la arquidiócesis”.
En segundo lugar, afirma que “ellos tratan de aniquilar la religión católica, pero es algo que nunca van a conseguir, esto porque los sacerdotes y obispos mediante la proclamación del evangelio le siguen diciendo que son asesinos y violadores de derechos humanos”.