Jesuitas podrían denunciar a Nicaragua ante organismo internacionales

El jesuita español José María Tojeira, sacerdote delegado para hablar del tema de la confiscación de la Universidad Centroamericana y de la Compañía de Jesús en Nicaragua, conversó con Religión Digital y dijo que en este país se ha instalado un régimen de terror, el cual estudian denunciar ante organismos internacionales.

El sacerdote señaló que están estudiando posibles denuncias en organismos internacionales, ONU y OEA, que velan por los derechos humanos, “dada la imposibilidad de realizar reclamos o demandas jurídicas al interior de Nicaragua”.

Tojeira aclaró que la Compañía de Jesús tenía en Nicaragua diversas personas jurídicas y hasta el momento el régimen ha anulado dos, “la relativa a la Universidad y otra llamada Asociación Compañía de Jesús, propietaria del inmueble en el que vivían los jesuitas que trabajaban en la Universidad y otro inmueble más utilizado como residencia de estudiantes con beca”.

Reconoció que con esa segunda personería jurídica enviaban los fondos para mantener la enfermería para jesuitas ancianos que tenían en Nicaragua, pero tras la cancelación optaron por sacar a los sacerdotes de 99, 91 y 85 años a El Salvador.1

Lea más: Nieta del primer alumno de los jesuitas en Nicaragua los despoja de sus bienes

“De momento, a parte de los ancianos, hay un jesuita nicaragüense al que se le ha impedido regresar a Nicaragua (ex rector de la UCA), el actual rector de la UCA, también nicaragüense, ha salido del país, y un párroco jesuita, acosado y amenazado, también ha salido. Los demás, unos 11, continúan trabajando en las instituciones mencionadas”, dijo Tojeira a Religión Digital.

Persecución es a la iglesia, dice

También ratificó lo que se ha denunciado con anterioridad, de que el problema no es solo con los jesuitas sino con la Iglesia en general.

“El obispo Rolando Álvarez encarcelado, las hermanas de la Madre Teresa expulsadas, sacerdotes y otro obispo, todos ellos nicaragüenses privados de su nacionalidad, amenazas a congregaciones religiosas y apropiación de sus bienes, son parte de la persecución a la Iglesia. Todo ello dentro de un contexto de persecución también a opositores políticos, defensores de DDHH y periodistas independientes”, señaló.

Y considera que la escalada contra la Iglesia viene motivada por la defensa de los derechos de las personas, por las llamadas de la Iglesia a la paz social y el diálogo y por la denuncia profética de la brutal represión de manifestaciones de protesta acontecidas el año 2018.

Con respecto al Papa Francisco dijo: “sabemos de su solidaridad con nosotros. Respecto a palabras públicas el Papa busca siempre que sus palabras no repercutan negativamente al interior de los países que mantienen una dura represión. Defendió muy claramente a Mons. Álvarez, pero entendemos que es complicado para él estar interviniendo públicamente en los conflictos, por las consecuencias que puedan tener para otros. A nosotros nos es suficiente con saber que nos apoya, aunque no lo diga en público”.