Monseñor Báez pide una patria sin tiranos y sin víctimas en Nicaragua
En el 167 aniversario de la Batalla de San Jacinto, monseñor Silvio Báez publicó un mensaje en el que pide una patria sin tiranos ni víctimas, luego de que el lunes Rosario Murillo lo acusó de sacrílego.
“Si pequeña es la patria, uno grande la sueña» (Rubén Darío)”, con esa cita del más grande de todos los nicaragüenses, monseñor Báez, Obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, inició su tuit en el que pidió que “soñemos y luchemos por una patria sin tiranos ni víctimas, sin lágrimas ni sangre, con libertad y justicia”.
Asimismo, bajo su mística de fe pidió que “Dios bendiga a Nicaragua” y deseó felices fiestas patrias a los nicaragüenses, aunque en realidad el festejo es relativo en un país donde hasta los desfiles patrios fueron intervenidos y estuvieron suspendidos la noche de este miércoles hasta que decidieron realizarlos aunque en breves recorridos, sin importar el gasto de los padres.
Monseñor Silvio Báez es la voz eclesial que más se alza para enfrentar las graves violaciones de derechos humanos cometidas en Nicaragua por la dictadura y sus fuerzas represivas, por lo que se ha convertido en una molestia para Rosario Murillo, quien despotrica en su contra constantemente.
“¡Ay de ustedes, los que ahora se ríen, porque estarán de duelo y llorarán» (Lc 6,25). Pronto terminarán quienes se ríen del sufrimiento ajeno mientras disfrutan de su riqueza y sus privilegios. No tienen futuro quienes hacen sufrir a los demás y se ríen con cinismo del dolor de las víctimas”, escribió monseñor Báez, cuya homilía del domingo 10 de septiembre incomodó por demás a Murillo.
La homilía que molestó a Rosario Murillo
Monseñor Báez basó su prédica en la historia de Ezequiel, a quien el Señor le pidió denunciara el mal y actuara como un “centinela”.
“La voz profética se alza hoy también contra los militares altaneros, corruptos y culpables de crímenes de lesa humanidad: ¡Dejen de amenazar las voces libres que claman por justicia y, si alguna vez tuvieron fe, vuelvan a Dios, pidan perdón por sus delitos y cambien de vida!”, exhortó Báez.
Además, Báez insistió en que es necesario alzar la voz en nombre de Dios y llamar a la conversión a quienes son verdugos del pueblo y se han endiosado exigiendo ser obedecidos y adorados.
“La voz profética se alza hoy para hablarle a los dictadores, invitándolos a reflexionar y a cambiar de vida: ¡Reconozcan sus graves delitos contra la vida y la justicia, respeten los derechos humanos, no priven al pueblo de sus libertades, liberen a los presos políticos, no atenten contra la educación y la cultura del pueblo”, manifestó.
Asimismo, se dirigió a la policía y dijo: “La voz profética se alza hoy también contra la policía que reprime, encarcela y tortura a inocentes: ¡Ustedes están para servir al pueblo, no para aplastarlo. Respeten a la gente, no sean sumisos a órdenes inhumanas. Reflexionen, pidan perdón a Dios y sirvan la justicia! La voz profética se alza hoy contra aquellos que merodean los templos para asustar y espiar a sacerdotes valientes que anuncian la palabra de Dios”.
Al día siguiente, Rosario Murillo dijo que monseñor Báez agitaba las campanas para llamar a que mataran y que es sacrílego.