Báez: "Son mentirosos los tiranos" que califican de "bendiciones divinas sus delitos, ilegalidades y corrupción"
En la prédica dominical, monseñor Silvio Báez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, criticó a los tiranos que aseguran amar a Dios pero que explotan a los pueblos.
Desde su exilio, Baez reflexionó en torno al capítulo bíblico en el que un fariseo preguntó a Jesús cuál era el “mandamiento mayor” de la ley de Dios, a lo que sin dudar respondió que era “Amar a Dios sobre todas las cosas” y agregó “Amar a tu prójimo como a tí mismo” “Para Jesús hay un único amor con dos rostros: el de Dios y el del prójimo”, explicó el religioso.
Baez, considera que por eso el amor a Dios es inseparable del amor a los demás, porque no se puede amar a Dios sin amar a los otros, lo que según el sacerdote se aplica al área social y política.
“El amor tiene también una dimensión social y política. Por eso son unos mentirosos los tiranos que con cinismo se llenan la boca hablando e invocando a Dios, e incluso calificando de bendiciones divinas sus delitos, ilegalidades y actos de corrupción. Dicen amar a Dios mientras ellos mismos ocupan su lugar creyéndose dioses, se enriquecen a costa de los pobres, irrespetan los derechos de las personas y oprimen a sus pueblos”, criticó el obispo desde el púlpito de la Iglesia Católica Santa Ágatha en Miami.
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Agregó que “Ese dios del que hablan los dictadores no es el Dios verdadero, a quien no se le puede amar si no se ama y se respeta a los demás. Quienes explotan a los pobres y oprimen a los pueblos, no sólo no conocen a Dios sino que, como dijo hoy el Papa Francisco, “cometen un gran pecado… corroen la fraternidad y devastan la sociedad”, manifestó monseñor.
Según el obispo Báez, en medio de tantas insatisfacciones, amar a Dios y al prójimo se hace vital para enfrentar la adversidad.
“Detrás de tantas insatisfacciones y depresiones que padecemos, hay grandes vacíos de amor. A raíz de las relaciones problemáticas, los disgustos y separaciones en la familia y el abandono de las personas enfermas y ancianas hay una escandalosa falta de amor a Dios y al prójimo. Porque nos hemos cerrado al amor a Dios y al prójimo. vivimos en un mundo martirizado por la guerra, herido por el drama migratorio de tantas personas y familias y afligido por el flagelo de la injusticia y de la pobreza, El desamor es el único pecado que vuelve desierta la tierra e impensable el futuro”, reflexionó el religioso.
Monseñor Silvio BáezMonseñor Silvio Báez, se refirió al amor a Dios y las diferentes maneras de expresarlo, incluso como un compromiso histórico que se demuestra en la dimensión civil.