Joselin Montes: Si me enviaban a Nicaragua me esperaba cárcel, tortura y muerte
La periodista nicaragüense Josselin Montes fue liberada tras 10 meses de permanecer en un centro de detención migratorio. Estuvo a punto de ser deportada a Nicaragua, donde su vida corría gran peligro. En algunos momentos perdió las fuerzas y esperanzas, dijo a entrevista con 100% Noticias
La periodista nicaragüense Josselin Montes fue liberada tras 10 meses en un centro de detención en los Estados Unidos, era acusada de infringir las leyes migratorias de ese país que estuvo a punto de deportarla a Nicaragua, donde su vida corre peligro.
“Yo dije a la honorable corte que si me enviaban a Nicaragua allí me esperaba cárcel, tortura y muerte, porque en ninguna parte, territorio o municipio de Nicaragua yo puedo estar porque mi vida corre peligro”, relató Montes en entrevista con 100% Noticias donde contó esta terrible experiencia.
“Estar en esos centros de detención es algo que no se lo deseo a nadie, es estar privada, encerrada entre cuatro paredes, privado de tu libertad, allí se compran los alimentos que uno ingiere porque las comidas son muy pésimas, tuve compañeras de nacionalidad nicaragüenses, cubanas, venezolanas, enfrentando procesos migratorios” .
Antes de emigrar a Estados Unidos, Joselin Montes de 33 años, estudió periodismo en la Universidad de Managua (UDM), trabajó en un canal local de Chinandega y en el noticiero Acción 10.
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Se sumó a las protestas de abril de 2018 en Chinandega y desde la brigada médica Alvarito Conrado, atendía a jóvenes heridos en los enfrentamientos contra policías y paramilitares.
Por esto, la acusaron de quemar la alcaldía de Chinandega y de atentar contra la vida de funcionarios públicos y de retornar a Nicaragua su único destino era la cárcel.
Aunque viajó con visa de turista a Estados Unidos en marzo de 2016 se le cancelaron. Luego intentó volver a ese país en diciembre de 2022, en el trayecto fue secuestrada en México y liberada posteriormente. En enero de 2023 cruzó el río bravo y finalmente se entregó a las autoridades norteamericanas y empezó otro calvario que duró 10 meses en la cárcel.
“En estas cortes te vas a enfrentar a un juez, a la fiscalía que es la parte acusatoria, hay una parte de defensa, tuve que abrir el caso para el proceso de asilo, yo no tenía derecho a una entrevista de miedo creíble, pero sí a un miedo razonable, debía darle las razones al procesador especialista en asilo de cuál es mi temor de regresar a Nicaragua, lo cual salió positivo y eso abre el proceso de ir a presentar mi retención a la expulsión a corte”, detalló la comunicadora social.
“Yo perdí hasta la fuerzas, estaba perdiendo hasta las esperanzas y me agarré de la mano de Dios y le dije Padre tú me fundaste en el vientre de mi madre con un propósito, tú me hiciste cada estructura de mi cuerpo, yo solo te pido que me preserves mi vida. Estoy infinitamente agradecida con Dios por esta victoria. Agradecida también con mi representante legal, con muchas personas que estuvieron conmigo, así también agradezco el apoyo de la de derechos humanos, en este país por al doctor Pablo Cuevas que siempre estuvo conmigo”, dijo Joselin.
Para frenar la deportación y obtener su libertad, Montes debió entregar pruebas contundentes, entre ellas pruebas de la brigada Álvaro Conrado que fundó en el departamento de Chinandega para atender a jóvenes heridos. Muchachos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se negaban a asistir en centros hospitalarios.
Añadió que comprobó las acusaciones que la dictadura de Nicaragua fabricó en su contra cuando la señalaron de querer asesinar al secretario político y a la alcaldesa del departamento de Chinandega.
“Me acusaban de intentar quemar la alcaldía de Chinandega, acusaciones completamente falsas, porque yo además de ejercer mi carrera que siempre me ha gustado, yo era una ciudadana nicaragüense y tenía derecho a protestar pacíficamente como lo hacíamos. Entonces yo llevé cada uno de esos detalles, cada prueba verdaderas”, narra Joselin acerca del proceso que resultó maratónico.
En el centro de detención la rutina de Joselin empezaba a las 6 de la mañana, conteo tres veces al día, con comida de cárceles federales, portando uniforme del mismo color. Cada utensilio básico como pasta de dientes, cepillo, champú o jabón, debía ser comprado dentro del centro de detención.
Hoy tiene recuerdos agradables del compartir y el espíritu de solidaridad entre las detenidas, pero también la incertidumbre cuando no podía salir ni al patio.
“La sorpresa me la llevé, me la llevé por una llamada telefónica a mi abogado. El representante legal me preguntó si me habían informado y luego me dijo ganamos y entonces en ese momento me tiré al suelo, comencé a llorar, a decir Dios es fiel, mis compañeras me agarraron y todas decían nosotras sabíamos que ibas a ganar”, así conoció de su liberación.
“Hubo tres meses que no salía, y yo ya me sentía muy preocupada y angustiada ante la incertidumbre de que me iban a mandar a un lugar donde mi vida peligraba, es impactante pero me aferré mucho a la palabra de Dios y aquí estoy, Cristo Jesús rompió las cadenas y se abrieron esas puertas”, dijo la periodista entre lágrimas.
Montes asegura que la primera lección que le deja esta experiencia es que Dios es real y que hay personas que la estiman mucho.
“Yo tenía una orden de deportación más otra orden de deportación, es un milagro, son casos tan extremos, no me iban a mandar a un tercer país, porque mi nacionalidad es nicaragüense”, comenta emocionada.
Agrega que actualmente debe hablar con su representante legal para revisar la documentación, “tengo una cita en migración para el 22 de marzo, no sé si me van a poner grillete de nuevo, pero igual yo estoy dispuesta a seguir haciendo las cosas bien. Voy a cumplir con mis citas, a presentarme por donde tenga que presentarme”, dijo a 100 % Noticias.
Al momento de esta entrevista, la comunicadora solo tenía 24 horas fuera del centro de detención, pero ya tiene planes para los próximos meses.
“Yo me quedaré en Estados Unidos, aprendí tanto de casos migratorios que voy a tratar de ayudar a otras personas, quiero ejercer la comunicación y estoy apta para ejercer en cualquier medio de comunicación, y quiero sacar un curso de paralegal y estudiar el idioma. Todo inicio es duro porque yo salí como dicen popularmente con una mano adelante y otra atrás, pero voy a salir adelante”, dice optimista.
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