Espionaje contra Zoilamérica dirigido por Ortega Murillo
Zoilamérica Ortega Murillo se asomó la mañana de este 30 de septiembre por la ventana, y vio algo inquietante afuera de su casa en San José, Costa Rica: Un viejo jeep marca Suzuki con dos banderas de Nicaragua obstaculizando el parqueo. Adentro del auto estaba un hombre mayor que vestía con ropa de camuflaje militar.
Faltaba media hora para que Zoilamérica saliera como de costumbre a dejar a su hijo de 14 años al colegio. Al asomarse de nuevo por la ventana y observar con más detenimiento el Suzuki, la mujer vio algo que la desconcertó y la aterrorizó por completo. Sobre el tablero del auto estaba un gallo blanco de cresta roja. El gallo aleteaba sobre la guantera…
“Un gallo vivo”, describe con sobresalto Zoilamérica. De inmediato, el estribillo de la canción sonó en su mente: “¡Ese es Daniel, Daniel Ortega; es el gallo ennavajado…!”. El estribillo de la canción que el comandante Ortega usó en la campaña electoral de 1990, siete años antes que Zoilamérica lo denunciara públicamente de haber abusado sexualmente de ella.
Zoilamérica decidió enviar a su hijo en Uber a la escuela y no a pie como lo hacen habitualmente. Ella se quedó encerrada en casa. El Suzuki y el gallo se mantuvieron más de una hora frente a la vivienda. Hasta que un vecino de Zoilamérica le reclamó al hombre que estaba mal parqueado y bloqueaba el estacionamiento del residencial.
Según el relato ofrecido por Zoilamérica a CONFIDENCIAL, el tipo le contestó de mala gana a su vecino y permaneció más tiempo estacionado. El jeep estaba en una posición clave, puesto que desde la ventana y la casa de Zoilamérica se podía apreciar muy bien.
Este episodio denunciado por Zoilamérica ocurre menos de tres semanas después que se estrenó el documental ‘Exiliada’. En el film dirigido por la cineasta Leonor Zúñiga, Zoilamérica relata su vida como sobreviviente de abuso sexual, y detalla la complicidad de su madre, la vicepresidenta Rosario Murillo, con el comandante Ortega.
En esta extensa entrevista con CONFIDENCIAL, Zoilamérica narra el episodio vivido la mañana de este 30 de septiembre. Pero además asegura que desde que se exiló en Costa Rica en 2013 —debido a la misma persecución del gobierno de su madre y su padrastro en Nicaragua— se ha sentido “espiada”.
Zoilamérica no titubea al responsabilizar a la pareja presidencial por este hostigamiento que ella tilda de “siniestro” al involucrar el simbolismo de un gallo. Pero lo que más le alarma es que la operación haya sido realizada en un horario que involucraba a su hijo menor.
“Siempre he dicho que la fineza con la que se planifican estas cosas responde, desgraciadamente, a una mente criminal. Es criminal intimidar a mi hijo, que en este caso es su propio nieto. ’Ella los mandó’. Esa fue la frase de mi hijo (tras el incidente)”, asegura Zoilamérica.
Zoilamérica, ¿qué sucedió exactamente este lunes?
Yo cumplo una rutina en la mañana: ir a dejar a mi hijo a la escuela. Voy a pie. Eso es bien temprano. Pero este lunes, media hora antes de la hora habitual, se parqueó un vehículo con banderas azul y blanco frente a mi casa. Con la ventana del asiento del pasajero entreabierta. La manera en la que se parqueó el vehículo fue desatendiendo las regulaciones viales, porque en ese lugar hay un parqueo, y el carro lo bloqueó para ubicarse de manera que pudiera ser visible desde el balcón y las ventanas de la casa. Fue frente a la puerta.
Me pareció extraño sobre todo porque en mi casa estaba un huésped que venía de Nicaragua. Durmió en la casa esa noche y, obviamente, para la señora fue mucho más evidente lo que estaba pasando. En Costa Rica no andan autos con banderas de Nicaragua. Cuando pasó media hora y el vehículo no se alejaba, opté porque mi hijo se fuese en Uber a la escuela. Me quedé observando. Al ver a mi hijo salir, el tipo del carro tomó un celular y se puso como a hacer una llamada. Como yo no salí a la hora establecida, y lo que hice fue quedarme dentro de la casa, el carro permaneció por 30 minutos más y se fue. ¿Qué pasó?
Un vecino se acercó a decirle que estaba mal estacionado. Que si buscaba a alguien… y la persona respondió que estaba bien allí. Que allí se iba a quedar. Tenía acento nicaragüense y vestía camisa camuflada. Era una persona mayor. Y desde el balcón se podía observar sobre la guantera del carro que tenía un gallo vivo.
¿Un gallo vivo?
Sí, ¡vivo!
¿Es la primera vez que te pasa algo así?
Una cosa así es la primera vez.
¿Pero en Costa Rica nunca habías sido acosada?
De esa manera no, porque lo que ha sucedido frecuentemente es que cuando hay personas que vistan mi casa se ubicaba un carro en una esquina y permanece allí. Es un carro que no es de ninguna de las casas de los vecinos. En una ocasión tuve a dos estudiantes franceses en la casa y fueron interceptados por ese vehículo para preguntarles por mí.
El tema es que el mensaje no solo es para mí, sino para las personas que se me acercan. Desde que yo estoy en Costa Rica para mí siempre ha sido evidente —y además es algo que está en investigación— que desde la embajada de Nicaragua se establecieron dispositivos para mantenerse informados de todas las actividades que yo realizo. Incluso, desde la embajada hacen un trabajo de intimidación. Y esto ocurre antes de que sucediera la crisis de abril.
¿Entonces te sentís espiada en el exilio?
Totalmente. En una instancia internacional está la documentación al respecto. A muchas personas que vienen a Costa Rica se les dice que no deben reunirse conmigo. La embajada de Nicaragua una vez dispuso de periodistas para indagar de mis reuniones o de gente con quién me vínculo. Algunas de esas personas han sido interrogados por aspectos de mi vida personal. El intento fundamental tiene que ver que nosotros como nicaragüenses establezcamos alianzas que den credibilidad a la historia actual tanto como a mi historia personal. El segundo elemento es aislamiento. Ese es un factor determinante.
¿Qué tipo de periodistas te refieres? ¿Nicas? ¿Ticos?
Se utiliza a grupos de periodistas para obtener información. Son nicaragüenses y costarricenses que necesitan favores de la embajada, porque se venden favores migratorios en la embajada. El otro nivel, y que no debe olvidarse, es la cantidad de gente que tiene inversiones aquí y en Nicaragua. Por mucho tiempo se me bloquearon las oportunidades de empleo, porque intimidaban a las personas que me empleaban diciéndoles que eso podía implicar riesgos en futuras inversiones en Nicaragua. Todo está documentado.
Hay que ser diligentes en decir que esto de las inversionistas también incluye a las oenegés. Hay organizaciones internacionales que tienen sede aquí y en Nicaragua, y entonces se les intimida o se les obliga a que yo actúe clandestina. He tenido organizaciones que me han pedido omitir mi nombre en actividades por los costos que puedan tener en Nicaragua. Al final, es un proceso que se ha mantenido encubierto en Costa Rica: control, espionaje e intimidación a las personas que se vinculan conmigo.
Reacción “Exiliada”
Esto que denuncias, lo del sujeto con el gallo, ocurre pocas semanas después del documental ‘Exiliada’. ¿Crees que es una reacción a eso?
Es que el documental da visibilidad a los delitos que cometió Daniel Ortega y a la complicidad de mi madre. Todo lo que implique visibilidad de las cuentas que Daniel Ortega tiene con la justicia, más hoy que se suman los crímenes de lesa humanidad, conlleva a que se presenten este tipo de cosas. Estamos hablando de la aparición del documental ‘Exiliada’, que en este momento tiene una gira mundial y da a conocer una realidad de Nicaragua. También el hecho que estoy vinculada con personas en el exilio, porque ahora no solo soy yo, somos muchos. Hay que tener claro que, incluso, las divisiones que se generan entre nosotros en el exilio están muy dirigidas y motivadas por suspicacias que siembran personas externas, que nos quieren ver como víctimas sin capacidad de acción o contrincantes entre nosotros mismos.
Lo que pasaste este 30 de septiembre no es un acoso convencional… lleva un mensaje más que subliminal. Hay un gallo y en Nicaragua todos sabemos lo que significa. ¿Cómo interpretas el mensaje que quieren enviar?
Hay que recordar que el gallo como símbolo del patriarcado, de la masculinidad representa al hombre que siempre gana; que siempre prevalece… y que la canción del Gallo Ennavajado implicó en su momento un estandarte de victoria. En esta etapa se quiere revertir a un Daniel Ortega en un franco colapso de su liderazgo político por todas las cosas que ya sabemos; pero más aún por el colapso a partir de la comisión de crímenes de lesa humanidad. Quieren reinvidicarlo como el gallo que siempre vence.
Pero en tu caso también está el abuso sexual que denuncia el documental…
Efectivamente. En la parte de la masculinidad es reivindicar que el abuso sexual es un acto que el hombre comete con derecho, y es el mismo derecho que ese hombre hoy tiene para gobernar Nicaragua pese a cualquier cosa. Es decir, ¿por qué yo tendría que aceptar que ese hombre sea un gallo como persona y como líder, si Nicaragua ya reconoce que esos símbolos de poder no existen?
Hay que destacar que es impresionante cómo le ponen firma a todo. Son como las mafias que dejan un símbolo para que sea reconocida su mano. Esto del gallo es un símbolo siniestro. Me quieren decir ‘aceptá que quien te abusó sigue siendo el gallo… aceptá quien mancilló tu vida va a seguirlo haciendo’.
¿Saben las autoridades costarricenses de este episodio?
Sí, están al tanto y están investigando. Es importante que las autoridades costarricenses consideren lo que viven los nicaragüenses. Tampoco podemos convertir el exilio en un espacio clandestino. Los nicas que estamos Costa Rica al menos tenemos que recuperar el derecho a sentirnos seguros.
Una última pregunta: este no es un hostigamiento digamos normal. Parece algo con bastante concepto perverso; para enviar un mensaje bien claro. ¿Quién crees que idea esto?
Siempre he dicho que la fineza con la que se planifican estas cosas responde, desgraciadamente, a una mente criminal. Porque es criminal intimidar a mi hijo, que en este caso es su propio nieto… para mi hijo no fue ajeno porque él me dijo ‘ella los mandó’. Esa fue la frase de mi hijo. Solo una mente criminal involucra un incidente de este tipo con el horario de rutina de un niño de 14 años para ir al colegio.
Por otro lado, involucra un símbolo de este tipo, el gallo… Siento que debo responsabilizar a Daniel Ortega y a Rosario Murillo. Así como son responsables de todo lo que pasa en Nicaragua: de orquestar mecanismos de violencia psicológica y física, tejido con este nivel de crueldad y de mente criminal. Es impresionante que se sientan en la liberad de usar territorio costarricense para agredir a nicaragüenses. En ese sentido en las autoridades ticas han actuado con responsabilidad y lo seguirán haciendo.