Bayron Estrada: “En cada uno de los nicaragüenses, palpita enérgicamente el corazón de abril”
Abril, es la explosión de un pueblo cansado de injusticias e impunidad, el grito desesperado de madres, comerciantes, obreros, estudiantes, transportistas, activistas y campesinos que exigían y continúan exigiendo condiciones de vida digna, y la construcción de una sociedad democrática e inclusiva, donde todas y todos gocemos de derechos por igual.
Hoy más que nunca, a dos años de lucha, es imprescindible recordar aquello que nos movió; nos movieron las estructuras de poder en Nicaragua que funcionan desde y para sus privilegios, los grupos opresores al mando del matrimonio Ortega- Murillo, las muertes sangrientas, la injusticia del seguro social y sobretodo nos movilizamos por nuestra patria.
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Por ello, la lucha es inclaudicable, no podemos seguir siendo parte de un sistema corrupto, violento, asesino, femicida, opresor, que se encarga de descalificar nuestras acciones cuando estas van en contra de las injusticias sociales cometidas, y que ante todo quiere coartar libertades civiles y políticas.
No debemos permitir la impunidad ante todos los crimines cometidos, después de dos años existen aún presas y presos políticos exigiendo su libertad desde las cárceles del régimen, las juventudes excarceladas piden justicia por los momentos que les fueron arrebatados y las desastrosas secuelas que el encierro dejó en ellos y ellas, exigen también que pare la persecución y el asedio en cada uno de sus domicilios, los estudiantes comprometidos exigimos regresar a nuestras aulas, las madres que hoy ya no tienen a sus hijos e hijas igualmente claman para que los culpables sean sancionados.
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Una nueva Nicaragua es posible, pero se requiere del trabajo colectivo de todos los sectores, de un trabajo que abone a la formación de un verdadero estado de derecho y que deje atrás los pensamientos de cúpulas y poder viciado, que solo ensucian la sangre y el esfuerzo de quienes en abril despertaron, que no se olvide la Nicaragua que sea posible para todas y todos, también nuestras ideas, donde indistintamente podamos acceder a los espacios públicos que nos han sido relegados durante décadas, donde desde esa misma colectividad encontremos nuevos y mejores paradigmas políticos y sociales. No podemos permitirnos el seguir repitiendo patrones desastrosos de comportamiento social, llenos de fobias, misoginia, e incoherencia en los discursos
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Finalmente, es evidente que esta insurrección nacida desde el pueblo, por las necesidades del pueblo continuará, hasta que conquistemos nuestras metas, que son muchas y terminará cuando el opresor de ortega se vaya, pero también cuando seamos seres humanos libres.
Se nos hace el tiempo corto y los recuerdos arrugan nuestro corazón, pero no podemos olvidar lo que vivimos en abril. Hoy debemos gritar fuerte y llevar nuestra bandera cuanto sea necesario hasta alzarla como lo hicimos aquel abril.
¡Hoy más que nunca sabemos que abril sigue vivo!